Capítulo 39.
Yo sabía que eras un problema.
Por la mañana, aun cuando no salía el Sol, Amber salió al jardín del Instituto. El pasto se encontraba húmedo, aunque no había llovido. Algunas partes seguían destruidas por la batalla de unas semanas atrás, protagonizada por la traicionera de Alexandra Montclaire. Sentado encima de varios escombros de madera, se encontraba Jem, con una botella casi vacía al lado. Miraba hacia el este, como si esperara que algo maravilloso sucediera allá.
La chica se acercó a él y subió al montón de madera, no eran muy cómodos pero tampoco incómodos. Jem la miró por un momento y le ofreció la botella. Sin dudar, Amber bebió un poco. El vino era increíblemente amargo, así que no pudo evitar una prolongada mueca.
―No dormiste, ¿o si?― preguntó Amber.
―No lo hice. No pude dejar de pensar en demasiadas cosas... y beber.
―Entonces estás borracho.
―No logré hacerlo, de alguna manera― murmuró el alemán―. Después de una botella y media, ya es algo anormal.
Amber suspiró y lo abrazó. No se veía feliz.
Jem puso su cabeza en el hombro de la chica.
―¿En que pensabas?― dijo ella de sopetón.
―En mi vida en Alemania, en mi padre y las desgracias que viví desde que mi madre murió, en como llegué aqui y...― respondió él apartando su rostro del hombro de ella― en ti.
Amber se quedó muda. No sabía que responderle. ¿Lo siento? ¿Todo estará bien? ¿No te preocupes? Cualquier cosa que se le ocurría sonaba como algo muy tonto e inservible.
―Te amo, Jem― murmuró ella después de unos minutos.
Se subió al regazo de él y le tomó una mano. Le besó los dedos, y él gimió con pena. Le tomó el rostro y la besó. Sus labios eran suaves, como siempre recordaba. Al parecer, él estaba algo tenso y apenado, pero ella lo tomó de las caderas y le susurró al oído:
― Por favor, acaríciame.
Él obedeció y le acarició el cuello. Fue descendiendo hasta llegar a sus pechos y los apretó con delicadeza. Amber respiró de manera entrecortada. Nunca la habían acariciado así. Amaba a Jem, era demasiado intenso...
―Te amo de aquí a la luna, dos vueltas y de regreso...― le murmuró él. Separó sus labios de los de ella y la miró directamente a los ojos― Pero no puedo salir contigo cuando se que no soy el único en tu corazón.
Amber se apartó de su regazo, y algo asqueada, se bajó del montón de madera. De repente, no le gustó la idea de estar cerca de él.
―¿Qué?
Jem la miró con rabia e incredulidad. Eso no podía ser cierto. Primero se encontraba triste y en una palabra volvió a ser el mismo Jem destructivo e hiriente.
―No puedo creer que te hagas la desentendida, Amber―exclamó con rabia. También bajó del montón de madera y hundió sus manos en los bolsillos ―. Tu sabes perfectamente que me refiero a Gideon.
―¡Estás demente!
―No puedo estar contigo cuando se que no seré el único, que te dan ganas de tirarte a otro mientras yo te abrace o te intente dar todo. Lo noté aquel día que te besé por primera vez― continuó Jem, aunque se notaba que él se lastimaba mas con lo que decía que su intención de dañarla ―. No creía que aquello había sido un error, pero cuando me desperté un momento y te vi con él en la sala de música... Tu mirada lo decía todo.
― ¡Es mi mejor amigo! ¿Cómo lo he de mirar?― protestó ella, y le lanzó una rama directo al rostro. Él, como siempre, la esquivó.
―¡«Mi mejor amigo»! Es la excusa de una mujer para cubrir la verdad de que ya tuvieron sexo― Jem comenzó a caminar alrededor de Amber, para calmar su desesperación, parecía.
―¡Deja de hacer insinuaciones sexuales a todo! No todo en la vida es sexo y todo lo que tu piensas ―ordenó Amber. Lo seguía con la mirada, intentando que su mirada lo hiciera estremecer.
Jem se detuvo en seco y mencionó con descaro:
―Dejaría de hacerlo, pero es inevitable decírtelo cuando cada vez que te lo encuentras lo desnudas con la mirada.
―¡Eso es absurdo!― contraatacó la joven ―. En tu mirada se ve como desnudas mentalmente a tu "mejor amiga", inclusive cuando la llamas por teléfono. Tus intenciones con ella son las mismas que planteas que yo tengo con tu parabatai.
― Por el Ángel, eso es ridículo.
Las lagrimas amenazaban con salir, Amber no les dejó resistencia y pronto salieron, empapando su rostro rojo de ira.
― Yo sabía que eras un problema, no directamente pero sentía que íbamos a terminar mal― murmuró ―. Primero me amas, después no quieres ni escucharme respirar, luego me hablas como si nada, luego me insultas, luego me declaras amor y al primer comentario que hago tu te enojas y te largas con Gwendolyn. ¿Crees que es divertido soportar eso?
― ¡¿Crees que es divertido ver como estás enamorada de mi mejor amigo mientras yo lo estoy de ti ciegamente?!
Amber se quedó muda ante eso. Sintió que todo su mundo se hizo trizas al escuchar que aquella frase salió de los labios del alemán. Él nunca diría algo así. ¿Estaría borracho?
― Estoy sobrio― gimió Jem como si le hubiera leído la mente―. Y estoy seguro que, borracho o no, no perderé mi tiempo con una chica tan puta y regalada como tu.
Amber lo miró con asco. No creía en verdad lo que estaba diciendo.
― Sabes, podríamos quedar mejor en un acuerdo― siguió Jem, con una sonrisa hiriente―. Podemos seguir enrollados y de mas, aunque no oficialmente, claro; pero no se si podría ser en tu habitación. Porque si quiero entrar, a lo mejor y me encuentro contigo y Gideon. ¡No vamos a caber los tres y el piso es jodidamente incomodo para cosas como esa! Placentero pero doloroso...
― Cállate ya, maldito cerdo ― Amber subió la voz y le plantó una sonora bofetada. ¿Qué se creía ese cabrón? Le estaba llamando puta, cuando unos días atras le había llamado "mi amor". Que asco.
― Qué lastima que lo nuestro lo hayas matado tu. Yo en serio, te sigo amando, pero la cagaste, mi amor― murmuró él―. Y deja de llorar, que no me vas a sensibilizar. Si supieras que deliciosa te quedó la mentira de nuestro amor...― añadió, con una media sonrisa― Casi me la trago toda.
Amber se limpió las lagrimas y lo tomó por el cuello de la camiseta.
― Ojalá y comprendas que yo en verdad te amo, y que fuimos los dos al destrozar esto. No es que no encajemos o una cosa cursi de mierda así, es tu ideología de alejar a todo ser viviente de tí― murmuró ella―. James Blackthorn, terminamos.
Y lo soltó. Se fue a toda prisa, llorando desconsoladamente. Se sentía tan vacía y sola...
Y cuando se aseguró de que él no la seguía, se derrumbó en el suelo como un títere sin hilos.
N/A:
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Aquí está el capitulo.
Me sentí como una perra sin sentimientos al destrozar #Jamber, porque bueno, ni Jem ni Amber lo destruyeron, tecnicamente fui yo B-)
Pero recuerden que todo puede pasar :D
Pues comenten, den voto si les gustó y no se olviden de seguirme.
El fin del Mundo se acerca... bueno, en realidad, solo de la primera parte de esta cosa.
Los amuuuh,
pv.
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Corazón Metálico || Shadowhunters || No. 1 (Primera edición en proceso)
Fiksi PenggemarUna carta. Solamente es lo que recibe Amber Montclaire de su hermana. Pero eso es lo mejor que puede haber, durante un poco más de tres años nada sobre Alexandra llegó a sus oídos. Los Angeles, la ciudad donde por fin se reencontraran, Amber deja to...