⠀⠀⠀ ⠀ 𑇛 ֹ ﹙Ꮺ﹚𝗗𝗘𝗟𝗜𝗖𝗔𝗧𝗘 . ⭒ ࣪ 𓈒 ﾟ┓
Ivy Howard pelinegra, ojos café y sonrisa
brillante es la hija de en medio de la familia
Howard. Solamente con 17 años vivía fuera
de su ciudad natal per...
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⿻ ៹ ㅤ CELOSO ! ׅ ࣪ ⃝.
IVY
Luego del incidente con Danny, él me mandó a casa diciéndole a la consejera que me sentía mal. Así que al llegar a casa vi que todo estaba vacío o al menos eso creía hasta que vi a Lee sentado en la mesa comiendo algo. Se miraba perdido en sus pensamientos así que no quise molestar pero era obvio que no iba ignorar los pasos.
—¿Quién está ahí? —preguntó algo asustado y me reí por lo bajo.—Si no te muestras voy a sacar un arma que tengo en la mano.
—Oh claro, un pan es el gran arma que tienes. —bromee acercándome a él a lo que frunció el ceño.— ¿Qué haces aquí, Lee? Faltan unas horas para que terminen las clases.
—Eso mismo debería de preguntarte.
—No me sentía bien. —encogí los hombros.— ¿Tú?
—No te importa.
—Dios, siempre estás de malhumor. —suspiré cansada.— No sé cómo puede haber tanta amargura en un cuerpo tan pequeño.
—Vete a la mierda, Howard.
—No te preocupes, ya estoy ahí. —rodé los ojos al quedarnos en silencio así que me dirigí a la cocina buscando algo de comer pero al momento de ver la comida se me cerró el estómago.
— ¿Qué? ¿Esa comida no es suficientemente sofisticada para la princesa? —habló en burla pero yo ya no me estaba riendo.
—Cállate, Lee. —hablé entre dientes sentándome en la primera silla que mire intentando ignorar el nudo en el estómago que estaba teniendo.
—¿Sabes lo que más odio de ti y Jackie? Que siguen pensando que viven en cuna de oro, reaccionen, están en un pueblo en Colorado. —levanté la vista para ver como fruncia el ceño y yo enarque una ceja.
—¿Por qué nos odias? Sigo sin entender cómo puedes odiar a una persona sin conocerla, es algo cansado. —me senté mejor para verlo.— Tan joven y tan amargado ¿Qué no disfrutas tú vida?
—La disfruto, pero no quisiera juntarme con ustedes. —lo quedé viendo sin decir nada.— La vida es dura, no solo ustedes tienen problemas.
—Tienes razón. —me levanté y me acerqué a él para enfrentarlo.— Y por eso no deberías de juzgar los procesos de las personas, nadie te hizo sentir como un problema cuando tu padre se fue a la marina ¿no? —él se calló.— Entiendo que no te guste tener nuevas personas cerca, pero no puedes tampoco marcarnos como si fuéramos unas criminales.
