Capítulo 02

86 71 6
                                    

Solo y perdido en el bosque. Deambulando en busca de algún ser al cual desgarrar para olvidar sus tragedias.

Un suspiro. Un único suspiro deja salir todo un infierno de dolor. "Soy indestructible" ~pensó~ "si después de esto no he muerto, no lo haré con nada". Y sí, parecía mucho que estaba exagerando, pero, bajo ese perfil de audacia e inconformidad había alguien muy sentimental.

‹‹No hay problemas, en medio año mi padre me ha de matar y seré libre. Jajaja›› hablaba a baja voz, contradiciendo cada palabra con la siguiente. Parecía noqueado. Fuera de sí.

***

Bien vestido con su traje, el pequeño niño iba caminando por el bosque.
Había salido de viaje y, tal vez unos cuantos peligros podrían hacerse presentes. No obstante eso no era una preocupación.

Para Baud de Rochenfourd, cualquier criatura de las que podrían asustar a otro chico de doce años, sería nada.
El pelinegro inspeccionó toda la zona en búsqueda de lo que más odiaba.
Para su suerte, no había ningún espíritu allí.

Seguía caminando sereno por toda la arboleda hasta que, un silencio extraño lo metió en sus pensamientos.

‹‹Es demasiado extraño, aquí debe de haber algo que provoque está calma en los animales ››

Continuó su trayectoria para al final hallarse con... Nada.

No había ninguna presencia que denotara el porqué del extremo silencio allí

Así pues, algo a su lado se manifestó.

—Seguro esto es cosa de los demonios — dijo la extraña voz.

Una especie de esfera negra era la causante de esto. Parecía hecha de humo y, aún sin boca podía hablar. Su único rasgo distintivo era un enorme ojo de pupila morada en el centro. Nada más.

—Jazhú, no te he dado permiso para salir — exclamó con firmeza el niño, pero aún así, su aire de nobleza se hizo notar.

—No sea así, amo. Sólo quiero ayudar — la sonoridad de la extraña criatura parecía algo así como un niño pequeño cuando se queja.

—Como sea... He oído que luego de firmar la paz, algunos demonios han mantenido alguno que otro de sus planes para reiniciar la guerra.

—Señorito Baud, los demonios son personas bastante egoístas. De seguro su propio reino está hecho un caos.

—Tal...

El comentario de Baud fue cortado, pies en ese momento se hicieron ver aquellos que causaban el pánico a la fauna del bosque.

Uno era un ave oscura y enorme. Medía unos dos metros y, poseía rostro humano, como de hombre.

El segundo era más bien como una serpiente, sólo hasta la mitad de un torso humanoide. La cola de serpiente era roja y, la mirada de ambas criaturas resplandecían carmesí.

—Bienvenido a nuestro bosque, humano — dijo ladino el monstruo aviar —. Mi nombre es Bownckort Kyarekk, miembro del clan demonio de Kyarekk.

‹‹Espera un segundo, si tienen apariencia animal es porque son nefelims. Entonces... ¿Un clan demonio? ›› — pensó el chico, tomando la espada alargada y de un solo filo que yacía en su cintura.

—¡Pero qué veo! — el tono burlón del mitad serpiente fue el segundo en escucharse — Parece que el pequeño quiere enfrentarnos. Déjame decirte, chico, yo soy Clemment Tekaru, del clan demonio de Tekaru. Somos nefelims de la más alta calidad — se carcajeó, haciendo brillar aún más sus rojizos iris —. ¡Y tenemos hambre!

Sombras de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora