Capítulo 17

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Allí estaba Yuu, vistiendo su nuevo armamento. Sus antebrazos, rodillas y pecho estaban recubiertos por un duro material de color hueso.

También habían piezas en partes de la cintura y hombros. Por otro lado, una capa de piel se sobreponía en su cuerpo. Era el traje creado a partir de los restos del berserker.

La emoción del muchacho lo hacían ver cómo un niño al que le daban un nuevo juguete. Ese brillo especial en sus ojos denotaba eso y, puede que ahora estuviera más que activo.

—Ha hecho un trabajo excelente, señor Loizer — exclamó el castaño, sonriente y mostrando sus colmillos cómicamente.

—Espero que te sirva bien, maese Yuulkā — musitó cordial.

—Claro que sí, señor — se alzó altanero con los brazos al aire —. Es hora de hacer historia, chicos — animado, dio un paso adelante; justo frente al primer peldaño de la escalera, el viento le acarició al rostro.

—Por supuesto, amo — asintió Hydris.

Por su lado, Foorïs sólo dejó ir un "Hum" en forma de resoplido. Baud en cambio secundó la actitud de Yuulkā con un movimiento positivo de cabeza.

Empezaron el camino hacia la capital de Aqra una vez más. El brillo de la determinación resplandecían en los ojos del moreno.

A cada paso, el poco frondoso bosque se venía volviendo más rocoso y difícil de caminar. Los árboles disminuían a lo largo del trillo trazado por los pasos de los viajeros.

Todos iban de lo más normal, salvo Baud. En su interior llevaba muchos pensamientos. Siempre ocultaba millares de ideas con su azul mirada serena.

‹‹¿Qué es esta energía extraña?›› — se preguntó a sí mismo, algo perturbaba sus sensaciones.

¿Qué?

‹‹La zona de aquí parece más calmada de lo normal, no escucho ni siquiera el sonido de los insectos. Esto no me inspira nada bueno››

A medida que el tiempo corría, el peligro que solía abundar en las afueras de los pueblos era mudo.

Generalmente una persona solía caminar minuciosamente por estos trechos por el temor de cualquier ataque. No así, el aura de dichos lares disimulaba una cierta confusión.

El silencio.

Cuando un viaje se satura de silencio, entonces es porque las probabilidades de algo desconocido y tal vez dañino son más grandes. Baud que llevaba un cierto tiempo, aunque relativamente corto conocía de lo que podía significar el aterrador viento callado.

‹‹Ahora percibo una anomalía en el aire... Algo definitivamente no anda bien con este lugar››

—Hemos de tener cuidado, hay algo que... — por fin luego de varios minutos de reflexionarlo, decide alertar a sus compañeros.

Su voz se ve fragmentada en este corto segundo.

¿Por qué?

Una persona normal no se lo imaginaría, no así, Foorïs y Hydris eran criaturas sobrenaturales, eso explica que también lo sintieran en ese momento. ¿Yuu? Ja, Yuulkā era tonto y no percibía la magia. Obvio el moreno no pudo notar la fluctuación energética.

Un destello rosado fue lo que les sacó de paso. En unas fracciones de minuto, ya estaban dentro de aquello raro que hasta ahora no habían podido decir con seguridad de lo que se trataba.

—Una barrera — insinuó Hydris, colocando uno de sus rizados mechones detrás de la oreja —. Hemos sido absorbidos por la barrera mágica de alguien.

Sombras de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora