El wyrm y el guerrero.
En las tinieblas de la noche, salió sin avisar a nadie sobre la travesía que estaría por tomar, pero eso la verdad poco significaba ya que antes del amanecer ya habría regresado a casa.
El frío era terrible, casi tanto como la oscuridad que se retorcía junto a las sombras de las maldiciones. Pero nada detendría la determinación de este poderoso luchador. Ya en su vida se había enfrentado a millares de adversidades, su némesis no haría gran diferencia justo ahora.
‹‹Las cosas que hago por ese insolente ››
Vinieron a su mente los recuerdos del causante de su viaje más o menos repentino. Sonrió con amargura, estrujó su rostro y entró finalmente en la cueva que tenía en frente. Y era más que aterrador. Si la penumbra de antes era de miedo, el interior de la caverna simulaba el averno mismo.
Pero tampoco era la gran cosa para el hombre, quien fijó todos los esfuerzos de sus rojizos ojos para hacerse paso por aquel rocoso camino.
Demoró minutos, puede que horas. Al final encontró a quien esperaba hallar. Alguien tan grande y macabro que hasta los ángeles tendrían pánico de verlo a la cara.
Se trataba de un ser fuera de lo que podías encontrar normalmente en un bosque o pradera. Tal vez hasta en un lugar encantado sería difícil de hallar. Pero aquí estaba, nada más ni nada menos que un Wyrm.
Los Wyrm son criaturas familiares de los dragones, tan poderosos que uno sólo podría destruir un poblado completo. Dicen que con los años, uno lo bastante fuerte y sabio se podría volver un auténtico dragón.
Parado sobre sus cuatro patas sobrepasaba un par de veces la estatura del hombre fornido que ya de por sí era alto. Su longitud era de nada menos que siete metros y tanto su cola como alas eran majestuosas. Y sí, tenía alas, unas alas tan amplias y escamosas que se iban del contexto de lo que parecían las de un murciélago. Los ojos reptílicos de la criatura resplandecían en las sombras de la cueva y... Aunque su figura no se vislumbraba tan bien, se podía distinguir la forma que tenía, como de un lobo muy, pero muy grande.
La mirada del Wyrm era impetuosa, pero el hombre estaba determinado y no vacilaba ni un segundo.
—Cuanto tiempo, Yuukyō — la poco humanizada y rasposa voz del Wyrm denotaba cierto tono de chantaje..., puede que algo más —. ¿Ya me has perdido el miedo?
—Tengo cosas más importantes que hacer, Ho'Rent — musitó éste con un tono inquebrantable.
—Entonces, ¿qué asuntos tan importantes te traen a morir aquí? Digo, porque sabes que te voy a matar.
—No podrías aunque lo intentaras, amigo mío — dijo burlón el hombre —. Pero he venido por mi hijo.
—Yuulkāryon...
—No uses su nombre dragón, sólo es Yuulkā. Al menos por ahora.
—Da igual, ve al grano — masculló impaciente el dragonoide.
—Se va a cumplir el aniversario de la muerte de la bruja, ya sabes, su madre. Y prometió que cuando esté día llegara, se iría a conocer el mundo. Obvio, él no sabe que yo estoy al tanto de su promesa.
—¿Qué es lo que quieres exactamente?
—Ya sabrás lo que hacer en su preciso momento. Como su otro padre deberás instruirlo, ¿no es así, Ho'Rent?
—Comprendo...
***
La conversación se extendió algo más, pero al final...
—Yo sé que harás lo correcto, Yuukyō — susurró el Wyrm al guerrero.
—Igual yo... Espero.
El hombre salió a paso ligero de la cueva... Pero no antes de que Ho'Rent lanzara una llamarada desde su boca, la cual envolvió al hombre en incandescentes flamas de dragón.
El cuerpo del mismo cayó entre llamas en medio de la caverna.
—Veamos que depara el futuro, mi querido Yuukyō.
El último susurro del Wyrm se apagó junto al fuego en la piel del guerrero de fornido cuerpo.
👻👻👻
Hola jaja. Ya sé que acabo de meter esto de por medio pero es algo que hacía falta.
No es un capítulo en sí, pero es parte de la trama.
Espero les vaya gustando.
Sin más que decir, espero su apoyo.
Besos
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Sombras de Dragón
FantasyLa paz llegó hace relativamente poco tiempo, pero los monstruos siguen existiendo así como los demonios y otras criaturas de las sombras. Un aventurero nace a causa de varios factores y las cuatro lunas serán sus guías en el camino tan escabroso que...