Capítulo 13

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Con mucha energía, Yuu subió las escaleras, arrastrando consigo a sus acompañantes. Desde no muy lejos le seguían Hydris y Baud. Con toda su calma, Foorïs a penas y se deslizaba por los escalones.
La colina era relativamente alta, pero no constituyó un problema demasiado exhaustivo. De modo que pocos minutos fueron los empleados en dicho trabajo.
Al final, pudieron vislumbrar disímiles estatuas de barro, rocas, metal. Otras cuantas artesanías decorativas en el patio, y últimamente, una gran casa de preciosas maderas y un sofisticado diseño.
Así, fueron interceptados por un señor. No era muy robusto ni parecía potente, pero sus manos si que estaban bien definidas. También se podían reconocer a la perfección sus blanquecinas canas.
—¿Qué los trae por aquí, aventureros? — los miró y preguntó con su rasposa voz — ¿Hydris?
Espera... ¿Qué? Acaso...
—¿Ustedes se conocen? — saltó la pregunta del moreno.
—Así es, amo — respondió la muchacha mirando desde atrás a su maestro —. El señor Loizer es un excelente artesano que una vez pasó por mis aguas.
—Espera, ¡¿qué?! — resaltó una vez, dándose cuenta de algo turbio... — No me digas que tú...
—No, señor. Nosotros no estuvimos, si es lo que piensa — intervino el hombre, pero aún así eso no calmaba las dudas del chico —. No imaginé verte otra vez, mucho menos en mi casa.
—Pues yo tampoco, señor Loizer — secundó la ninfa con una rodada y apagada voz.
Foorïs se aburre de la conversación y le da unos picotazos a Yuu. El castaño le dedica una mirada molesta pero en seguida el ave dice.
—Oye, él es un artesano — susurra, entonces Yuulkā lo ve extrañado.
—¿Y?
—Que seguro puede hacer algo con los restos del berserker — chilló.
—Ahh... — entendió. Deja pues de ver al pájaro para dedicar su vista al supuesto artesano —. Oiga, señor Loizer.
—¿Qué, muchacho? — correspondió éste.
—¿Usted es capaz de hacer un buen trabajo con la piel y huesos de un nefelim?
Dejando de espectar sus alrededores, Baud miró al moreno en el justo momento en el que dijo la palabra "nefelim".
—Vaya... — parecía asombrado —. Esos suelen ser buenos materiales, de los mejores — rebuscó en sus pensamientos algo distraído para luego hablar —. Dime, ¿acaso tuviste la suerte de hallarlos de un cadáver?
—Eh, no... Yo lo maté — dijo con toda naturalida, cosa que dejó en shock al señor.
Matar a un nefelim..., lograr eso era ya una enorme hazaña.
—Entiendo... ¿Podrías enseñarme los materiales? — inquirió curioso y Yuu desvío sus ojos hasta el pequeño doceañero.
—Baud — le llamó.
—Aquí está — dijo suave, entonces un espectro en forma de langosta apareció, sacando de su boca la piel y los huesos del oso demoníaco.
—Impresionante... — los inspeccionó, quedando cada vez más deslumbrado —. Esto no está para nada mal. Podría hacer una excelente armadura, pero podría salir bastante cara, sabes.
—Este yo... No tengo dinero — dijo apenado.
El pequeño Baud fue a decir palabra, pero en ese instante la voz de Hydris sonó más fuerte. Todo indicaba que tenía alguna idea.
—Yo me encargo, maestro — habló mirando a Yuu, después lo hizo con Loizer —. Podemos pagarte con gema inferno de sal. Es una oferta que no puedes rechazar — sonrió ladina, lo normal, después de todo, un demonio era, o sea.
—Es una excelente oportunidad. Pediré diez pedazos de la gema. Por favor — rodó su vista por todos los viajeros —, entremos en mi casa. Ahí estaremos mucho más cómodos.
Asintieron a la petición del señor artesano. Entre él y Yuu cargaron los materiales y, en una sala con muchos asientos de exquisita calidad, se colocaron para seguir la conversación.
Finalmente discutieron todo.
Según lo acordado, en un tiempo de al menos tres semanas el trabajo estaría hecho. En este período podrían hacer estancia allí pero con una condición, deberían ayudar en la comida. Por todo lo demás, tendrían un techo y camas para descansar.
El señor Loizer les dejó en una habitación con varios colchones un tanto antiguos. Definitivamente estaban los cuatro, ya listos para descansar.
Pero Yuu tenía sus planes. No esperaría más tiempo, debía fortalecerse. Ya casi había olvidado su objetivo, pero eso no pasaría. Porque en medio año un cazador iría a por él. También estaba el asunto de su venganza, que no era tan personal; su única aspiración por la misma era la espada maldita que había obtenido de aquel espíritu oscuro.
Aún como fuera, no quería permitir que más tragedias como las que pasaron en Porce se vuelvan a repetir. De esta manera, tenía decidido volver con sus entrenamientos.
Y estas tres semanas serían el momento de volverse más poderoso. De tal modo, miró la piedra carmesí de la plateada sortija, y se lo prometió. Ya era la hora.
Sacó de su gastada mochila el pedazo de papel antiguo que tenía el hechizo. Esa reliquia le tenía intrigado, por esta, en varias ocasiones sentía una rarísima sensación. Como justo ahora... Al leer este papiro nuevamente algo se movió en él.
Ahora, sabía algo más. Era consciente de algo intangible que se desplazaba en su interior, algo especial que nacía en su alma. Lo místico de la vida misma.
***
La incertidumbre y un mal presentimiento acarició bruscamente la columna dorsal del ente dracónico. Yacía en su caverna no muy alejada del pueblo de Numa, calmado hasta que llegará la fecha de su trato.
No así, hubo algo que lo molestó. Un mal presagio.
Acostado sobre sus patas, el Wyrm de fuego aleteó, mostrando a la nada la magnificencia de sus poderosas alas. Los reptílicos iris de Ho'Rent incandecieron. Había notado un ser indeseado.
... La mujer que apareció en la cueva, era una chica de unos trece, puede que quince años. Su piel era muy blanca y sus ojos, aunque no eran rojos, tenían ese brillo fantasmal que a una persona normal causaría pánico.
Estando cara a cara, la muchacha se carcajeó como no haría una jovencita de su edad. Este aura... Era algo que Ho'Rent conocía la energía de aquella persona a la perfección.
—¿Es este uno de tus títeres, Amira? — la sonoridad imponente del Wyrm hizo temblar la caverna.
—Veo que me descubriste, querido mío — la sorna con la que habló la pelinegra mostró sus intenciones.
—No creo que vengas a hacerme una visita amistosa, así que habla. ¿Para qué has venido, mujer del demonio? — y ahí está, el odio que Ho'Rent le guardaba a la bruja.
—Ahh... — suspiró hastiada —. He venido a por tu gema dragón, tu cristal de dragan. La necesito, ¿sabes? — se carcajeó suavemente.
—¡No sueñes tanto, simple humana! — rugió, con su potencia de grito, las rocas de la cueva que estaban frente al Wyrm se hicieron añicos.
La niña, por alguna razón no fue dañada. Solamente desapareció.
De la nada, reapareció detrás de la nuca del dragonoide. Una onda de chispas purpúreas salieron de las manos de la bruja, impactando en la parte superior del cuello de éste.
En respuesta, con su gran mandíbula, volteando su cabeza hasta donde se hallaba la chica, agarró a la misma y sus colmillos hicieron el favor de crear una gran llaga en el hombro de la Amira falsa.
Como un títere, se olvidó de los daños y continuó su combate. Lanzó más chispas de índigo brillo a Ho'Rent. La electricidad fue nula.
A gran velocidad, embistió el dragonoide a su oponente, quien levitando con un encantamiento esquivó todos los zarpazos y cortes de las garras de la bestia alada.
Voló hasta el techo de la caverna y, tocándolo con un fulgor morado, un círculo lleno de varios símbolos, escrituras y otras figuras se dibujó. El techo colapsó, y junto a las enormes ricas imbuidas de la electricidad violácea, la técnica mágica de Amira golpeó al Wyrm.
Fue tan enorme el estruendo y el polvo voló, tal parecía que la bruja había destruido tanto la cueva como a su mítico enemigo.
Dejó de levitar poco a poco, esperando que la página polvareda se extinguiera.
No podía bajar la guardia, Ho'Rent es un Wyrm superior; un descuido y perdería la batalla, así como su botín de guerra.
Entonces, de frente al humo que iba en descenso se detuvo a mirar.
En segundos, el polvo destelló anaranjado. Cuando lo notó bien, un espiral de fuego infernal era expulsado del cuerpo de Ho'Rent. Era como si el sudor del Wyrm fueran flamas de poder.
Así, toda la cueva pereció ante el poder dracónico.
En el poco tiempo, Amira logró protegerse a duras penas del fuego con un encantamiento poderoso, pero ni con eso se libró de las serias quemaduras. Como si fuera poco, en menos de un flash, el Wyrm asaltó el malherido títere humano de la bruja, destrozándole todas las cavidades con su peligrosa mandíbula.
Expresando todo su odio, Ho'Rent devoró a la niña poseída por la bruja que tanto detestaba. Hacía tiempo que no tenía que tratar con Amira, pero esta vez se había excedido.
Con la preocupación a flor de piel, o escamas, o lo que sea, el Wyrm de fuego se dispuso. Desplegó sus alas con fuerza y alzó al vuelo.
...
En pocos segundos ya estaba al nivel de las nubes. El aire acariciaba sus escamas y pelaje. A pesar de la batalla contra la bruja, muy pocos daños fueron los que recibió. Si había algo bueno que tenían los Wyrms y dragones era su fuerte resistencia a la magia y a los impactos físicos.
Con todas las dudas, pensó en Yuukyō. Si había ido a por él, era que ya tenía a su contra parte en su poder. Todo lo que tuvo a continuación fue una idea. Derrotar a la verdadera Amira tenía que ser su objetivo.
Voló, voló más y más en dirección a uno de los poblados más peligrosos de probablemente el planeta.
Thraken, el continente demoníaco.
***
Un par de días, puede que semanas. Sólo que al final consiguió arribar a su destino.
Thraken era un lugar árido, tan seco que la agricultura resultaba casi imposible; sólo algunas pocas plantas daban resultados a causa de su magia. Por lo general, la mayor fuente de alimentación de los demonios eran bestias alimentadas con humanos, algunos incluso se comen a los propios humanos.
Y Ho'Rent conocía a alguien que debía poder ser de ayuda. Por su orgullo no era de aceptar ayuda, así que lo que haría, un contrato de mutuo beneficio.
El activo que conocía en el territorio de los demonios era un ente de gran potencia, pero a decir verdad nunca lo había tratado directamente. Sólo sabía de él porque Yuukyō una vez lo mencionó. El mismo habitaba en un pueblo no muy importante conocido como Zubar.
A las afueras de Zubar, Ho'Rent se detuvo a esperas de su transformación. No podía aparecer en esa forma porque, los demonios serán muy extraños, pero físicamente eran casi humanos salvo por algunos pequeños detalles. Ver a un Wyrm de tal calibre los pondría alerta.
Sobre sus patas, relució como una estrella en la oscuridad. La vida se tragó su apariencia y ahora... Totalmente distinto.
En su lugar, un hombre de la piel muy oscura lo reemplazó, aunque técnicamente era él. Los ojos por poco y seguían siendo igual de reptílicos, rojos. Una armadura azabache y grotesca lo recubría, tan negra que contrastaba con su piel y largos cabellos de azabache.
Concluyendo con su transformación, sus alas de Wyrm se mantenían en su espalda, así como cuernos de color de noche de rojizas nebulosas.
Siendo ahora un hombre, casi posible de confundir con algún demonio caminó por los caminos de Zubar. Las casas, talladas en gema de hierro, se fundían con las calles que eran del mismo material, siendo totalmente grisáceo. Las personas que transitaban, por gracioso que sonare, eran gráficamente humanos. Quiero decir, se veían totalmente normales. Puede que alguno tuviera ligeros cuernos, colores inusuales de piel o incluso alguno con alas que no parecían típicas de los demonios.
Esto hubiera sorprendido a un humano que nunca hubiese visto a uno, pero para Ho'Rent que era un Wyrm, ver demonios no era la gran cosa.
Después de largas horas de paso y de amenazas a un debilucho, pudo dar con el lugar. La casa de aquel que buscaba no era distinta de las demás.
Tocó a la puerta. Se abrió por si sola, así que fue camino adentro.
Una persona le veía desde un asiento, un hombre adulto con un cuerpo marcado pero no muy voluminoso. Apuesto de rostro y con los ojos de un color rojo oscuro que casi de acrcaba al negro.
—¿A qué debo su visita, señor dragón? — inquirió ladino con una sonrisa a la mitad de su cara — Aunque, a juzgar por su transformación incompleta ha de ser un Wyrm superior.
—Vengo a por un contrato, auténtico demonio e hijo de la sangre, Syngrim Tekaru — habló firme.
—Hmm... — murmuró —. Así que sabes que no soy uno de los falsos demonios que habitan este mundo y se disfrazan de nosotros. Eso es interesante.
—La humanidad cree que los demonios que tanto temen son auténticos, pero en realidad existen otros entes de la oscuridad. Los verdaderos demonios.
—Y bien, ¿en que os puedo servir? — preguntó haciendo un ademán con la mano para indicar su interés.
—Necesito disfrazarme de humano.
***
Yuu estaba en postura. Frente a sí tenía a Hydris y Foorïs, quienes añse habían ofrecido a ayudarle con su entrenamiento.
Empezando, la muchacha empezó a lanzar su ataque. Sus manos desprendían balas de oscuridad que  si te tocaban provocaban ciertos daños. Yuu tenía que esquivarlos para entrenar su agilidad y resistencia.
De por sí, el moreno de ojos café rojizos era tan ágil que ninguna esfera le daba, así que Hydris tenía que planear bien sus movimientos para no agotar su energía y que el entrenamiento fuera útil.
Por otro lado estaba el Kaliz, quien se había transformado y ahora lucía como un ángel de alas y cabello estelar. Foorïs, luego de aquella pelea contra el berserker se había propuesto aprender magia ofensiva, por lo que había practicado en secreto. Ahora podía hacer colisionar pequeñas barreras de luz para crear una descarga de energía que podía causar severos daños que no cualquiera podía resistir.
De esta manera, entrenaban los tres, Yuulkā su resistencia al agotamiento y a la magia. Los otros dos, su aguante a la hora de usar hechizos y su habilidad con estos.
...
Al cabo de unas horas...
—Ya no aguanto más... — dijo exhausto el castaño, arrojándose al suelo.
—Yo tampoco... — resopla Foorïs, quien desde hacía un rato se había casado y había tenido que cambiar a su forma aviar.
—Debemos tomar un baño, mi señor — dijo Hydris con su voz muy normal.
—Seh...
Sin más, fueron a un lago artificial que la ninfa había creado con su poder. Casi desnudos, entraron con todas las ganas de tomar su merecido descanso.
Allí vieron a Baud llegar, quien se había rechazado a entrenar y sólo había ido a buscar comida. Para la suerte de ellos, había conseguido muy buenos alimentos. Un siervo joven había sido traído por él y uno de sus espectros.
Esta noche habría un festín.

👻👻👻

Holaaaaa

Aquí les dejo la actualización, un poquito tarde bebés.

Espero que les guste y bueno.....

Hagan lo que quieran con sus vidas joder
Los quiero
*no soy esquizofrénico

Bueeeeno
Si no entienden algo de la trama pueden preguntar.
Igual si tienen ideas tengo los ojos abiertos a sus comentarios.
Besos pedazos de cabrones.
😣😣💜

Sombras de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora