𝐄𝐍 𝐔𝐍 mundo dividido por la lucha entre el bien y el mal, el héroe numero dos de Japón recibe una misión insólita: infiltrarse en la base de los villanos y seducir a la villana más vulnerable para extraer información crucial. Con una estrategia...
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El héroe número dos caminaba por los pasillos austeros y poco iluminados de la sede de la Comisión de Seguridad. Los pisos de mármol pulido reflejaban las luces fluorescentes del techo, creando un ambiente frío y severo que siempre le ponía los pelos de punta. Se preguntaba si esa sensación era solo cosa suya o si todos los que pasaban por ahí sentían lo mismo.
Le habían citado ahí para darle órdenes específicas sobre una nueva misión a la que lo mandarían, aunque aún no estaba completamente seguro sobre qué se trataba todo eso. Había rumores, claro, siempre los había, pero hasta que no estuviera cara a cara con la presidenta, todo era mera especulación.
Cuando llegó a la puerta de la oficina de la presidenta, respiró hondo y tocó tres veces antes de entrar. La oficina era amplia, decorada con austeridad y precisión, lo cual no le sorprendía en absoluto. La presidenta, una mujer adulta con un semblante severo y el cabello recogido en un moño perfecto, estaba de pie junto a una ventana, observando la ciudad.
Junto a ella, uno de los líderes y agentes de la comisión, un hombre alto y delgado con una expresión impasible, revisaba unos documentos sobre un escritorio. Ambos se dieron la vuelta para ver a Hawks cuando entró, con esas caras serias de siempre que a él le aburrían pero que, claro, también lo mantenían en alerta.
La presión en el aire era palpable, casi sofocante. Hawks, intentando romper el hielo, soltó una sonrisa ligera y saludó. Pero, ¿a quién engañamos? Sabía que este no era el lugar para bromas. Algo importante estaba en juego y tenía que estar preparado para lo que viniera.
─Ya estoy aquí, lamento la demora─ les dijo con una sonrisa, intentando aligerar el ambiente. ─¿Cómo les está yendo?─ intentó ser amable con ellos, pero como siempre, solo le dieron órdenes.
El hombre se dio la vuelta, dándole la espalda. ─Haz que la Liga de Villanos te acepte, Hawks─ lo interrumpió de golpe.
Aquello lo tomó por sorpresa, congelándolo por un instante.
"¿Una misión de infiltración en la Liga de Villanos?" pensó. Definitivamente no era algo que esperaba.
─Ah... Esperen un momento, no estoy entendiendo esto─ dijo él, desconcertado. ─¿No se supone que hacen un equipo de búsqueda? Con Gran Torino y los demás...
El hombre preguntó, aún mirando a la ventana. ─¿Cómo te enteraste?
Hawks prefirió cerrar la boca y ser un poco más discreto y cuidadoso con su elección de palabras. La presidenta aprovechó el silencio para intervenir.
─Por eso te queremos en el equipo, Hawks─ comentó. ─Tienes ojos y oídos muy agudos. Eso es clave.
El tipo ahora lo miró directamente, sus ojos eran fríos y calculadores. ─En la batalla de Kamino tuvimos que priorizar la vida del rehén y actuar con rapidez─ hizo una pausa, evaluando la reacción del héroe. ─Nos faltaba información, no conocíamos bien su fuerza─ aquello era cierto. ─Para acabar con estas organizaciones necesitamos saber todo lo que podamos, en especial de los monstruos... ¿Pueden crearlos solo con los poderes de All For One?─ cuestionó. ─Si no averiguamos todo lo necesario sobre la Liga... seguiremos cometiendo los mismos errores.