Sinopsis.

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En este mundo injusto en que las clases sociales más que altas, tenían sobre cualquier persona de clase baja una ventana, siendo una de ellas la selección de Dones, poderes.

No eran igual a los que podían usar super héroes, de esos que ayudan a oras personas con su super fuerza o pudieran volar para un encuentro con ellos mismos, muchos de los muy pocos lo aprovechaban, inclinándose en la balanza de villanos.

− ¡P-Por favor se lo ruego!... −Suplico Park Jimin− No me mate.

Los pocos que portaban estos super poderes lo usaban para mejorar su clase, por dinero, fama e incluso muy pocos a los que desean el poder absoluto de varias de las familias, pero esta cuestión era una de ellas, una oportunidad en unas muy pocas posibilidades.

Min Yoongi, sentía el don de aquel joven chico, pasando los veinte años y de semblante muy delgado, cual investigo por el nombre de Park Jimin, fuera de querer asustarlo ahora estaban en una escena en la misma habitación donde Yoongi sostiene el celular del chico, que hace poco buscaba para llamar por ayuda.

Park Jimin hace poco vio desgraciadamente una escena que no debería, por lo que no estaba en sus planes y Yoongi buscaba la forma de arreglar este terrible malentendido.

El Ciervo retrocede hasta llegar abrir la puerta de la alcoba, dejando un lugar libre para que pudiera marcharse el muchacho, dando algunas indicaciones para su tortura.

−Tienes ahora el camino libre, pero antes dime. ¿Quieres ser el ciervo o el cazador? −Cuestiona el pelinegro−... Si no respondes entonces quieres ser el ciervo esta vez. ¿Verdad?

−N-No me haga daño, se lo ruego... No diré nada de lo que hizo.

−Eso no lo sabre, viste más de lo que debería. ¿Qué piensas que te va a pasar? −Pregunta el mayor que resguarda el arma dentro de su costoso traje, sustituyendo con una cajetilla de cigarros, tomando su tiempo para dar una calada a uno− Puedo tenerte cautivo o dejarte ir, no te mataría... Al menos los siguientes cinco minutos.

−N-No me volverá a ver, no le diré lo que paso a nadie... Solo déjeme ir.

En simple acción que hace el pálido el revisa el reloj de su muñeca, como si fuera un simple aviso para el menor decida irse. En los nervios de Jimin estaban en la puerta abierta, en el hombre que paso una noche y que no hace el mínimo esfuerzo para arrinconarlo o intentar atacarlo con tal arma.

−Van cuatro minutos...

Era Jimin quien pudo reaccionar en unos pies pequeños y desnudos que deciden irse de la gran mansión saliendo de la alcoba en la que fue llevado, el camina en un pulido paso de mármol, en una gran mansión mientras que en lagrimas decide salir para salvar su vida.

No había ningún alma en la casa, aun saliendo fuera de casa sabia que ha llegado en auto, aun cuando sus manos empujan con fuerza la puerta la entrada, vuelve a llenarse de pánico.

En el ruido de las cigarras nocturnas, en amplio terreno de completamente bosque, en el que un viento de próximo verano soplaba, los arboles altos e imponentes se movían terroríficamente y el reflejo de alguno de los animales que habitaban.

−E-Estoy atrapado. −Dictamino Jimin.

Sin señales de tal auto aun antes de que pudiera amanecer, recuerda aquel contador, no dejando opción de maltratar sus piernas con el pisar de crocantes piedras y rastros de verde pasto, intenta correr con todas sus fuerzas, dejando que la adrenalina lo dirija en lo lejos de aquel bosque, aun cansado logra pararse detrás de un árbol, cubriendo su espalda y comenzando a desorientarse con los ruidos de la naturaleza.

Aun intentando recuperar aliento vuelve a correr siendo ahora entre los grandes arbustos que busca descanso. En un momento los pequeños manos de Jimin cubre sus voluminosos labios, sin hacer ningún ruido sus pequeños ojos se amplían, sintiendo la respiración sobre su hombro, siendo señal ahora que se encontraba atrás suyo.

−Date la vuelta, lentamente Park Jimin...

Comenzando en desbordar sus lagrimas en un silencioso llanto, en sus apretados ojos se rinde, haciendo como última acción girando hasta abrirlos lentamente, siendo su captor uno de sus dones la invisibilidad, con lo que ya no cubre su apariencia para sonreír.

−No voy a matarte Jimin, no estaba en mis planes cuando cite a tu maltratador jefe y a ti, a servirme a mi mansión. −Confiesa con el arma apuntando debajo de su comisura− Tan poco quería probar la horrenda comida, quería tu compañía.

−Por favor, deje ir.

−Min Yoongi, no da segundas oportunidades, ahora eres mío.

Aun tomando en su don de invisibilidad Jimin deja de sentir el tacto del revolver, inclusive sin ver su presencia es el agresivo tacto que lo movía en varias direcciones martirizándolo mientras que el mayor simplemente comentaría con gusto la simple tortura.

Para una persona tan vil y fuerte en toda la sociedad, en los empleos bajos conocían a Min Yoongi el rey de la corrupción y paladín de la injusticia, entre todas las maldiciones que alguna vez pronunciaron su nombre es el, 



Señor Ciervo.

Señor Ciervo

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Señor Ciervo. [🦌]Yoomin. ¡COMPLETO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora