Señor Ciervo. [🦌]Yoomin. ¡COMPLETO!

Capítulo 25.

Ambos siendo la tensión la que responda, el apenas cuerdo Jimin se separa de los labios en un chasquido, con la mirada que el Ciervo no le gusta del menor. En una mirada lo rechazaba, veía su reflejo en el en una manera friolenta.

Por lo que el Ciervo se inclina para ser rechazado, sintiendo los pequeños dedos sobre sus labios quedar un momento para prestar atención la mirada de Jimin.

−Quieres tanto que te bese, como lo quieres tú.

−No, porque entonces seria como su primera mujer.

−Hablas tan mal, de la mujer del Ciervo es una grave acusación.

−Es porque así lo es.

− ¿Qué no eres suficiente hombre para defenderte?

−Y usted, los pantalones de hacerse cargo de su rebelde mujer y su hijo...

−No pruebes mi paciencia, gorrión.

El ciervo exhalaba fuerte, aun con el chico que sigue sosteniendo sus hombros, es el primero en separarse, acercándose en la puerta de la granja y abrirla, aun probando Jimin su suerte que estaba seguro de tener un lugar en este palacio.

− Si dices ser un hombre de palabra, entonces cumpla su promesa de que nadie va hacerme daño.

− ¿Quién te ha hecho daño?

−Su mujer.

Esa confirmación hace pensar al Ciervo la posibilidad, claro que existía desde que se acordó que Kim Seok Jin iba a comprometerse con él, además de otras personas que han ingresado en este palacio Elly se había encargado de espantarlas.

De nuevo la vida de Jimin teniendo de un hilo, al acusar la pareja de su secuestrador, aquel se acerca como si nada, abriendo más la puerta donde el aire fresco choca la calidez de ambos.

−Yo no soy un hombre de promesas, pero te puedo jurar que conmigo vas hacer intocable. −Musita el pálido tocando la barbilla de Jimin, hasta sobar con su pulgar sus labios− Claro. Eso no significa que me faltes el respeto.

En una mirada seria, Jimin un poco tembloroso toma las manos pálidas, aquellas extrañamente suaves que dirige de nuevo a su cintura, en una sensación inexplicable para el ciervo siente la cercanía del menor pareciendo que él, ahora es el manipulador.

−No lo volveré hacer si cumple con su palabra... −Musita Jimin− De lo contrario, saldré de su palacio y no volverá a verme.

−No puedes hacer eso.

−Muerto, apuesto que saldré de aquí.

En el salón que se encontraba sin su Ciervo, cada uno de los invitados aguardan, siendo en cuestión de minutos que vuelven a entrar desde la puerta principal, con el hombre en traje de la mano quien sería su pareja, entre los sirvientes quienes preparan las bandejas listas para el brindis el señor Ciervo hace los honores.

−Señoras y señores, tengo el honor de presentarles a mi prometido Min Jimin. Será quien uniré a él, hará de esta familia cada vez grande, como mi legado. Brindemos, por Min Jimin...

En copas tintineantes cada uno brinda sin creer tal revelación, en una presentación que ni si quiera se manifestó por su primera mujer, o al menos cuando llego el momento para Kim Seok Jin. Un aviso así de grande dibujaba una cordial sonrisa en los labios de Jimin, mostrando el encanto del bello joven, pero para el resto de familias significaba algo.

Que probablemente el hombre más poderoso de la ciudad, hará crecer su legado.

Cada uno de los invitados ahora se acercan al comprometido chico que fue anunciado, buscando la misma atención como se la dieron al Ciervo, siendo Jimin quien conozca a familias con apellidos y exorbitantes ganancias.