Capítulo 30.

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En el recuerdo cariñoso que tenía Jimin de sus padres, estaba su madre una maestra de danza que usaba los días libres para hacer escuchar a su hijo de las armoniosas canciones en la radio, en una de las estaciones de música clásica Jimin trataba de seguir los mismos pasos delicados de su madre.

Llegando a ser adolescente, quizás vio en la universidad como aquello un sueño, entre sus más fantasiosas metas en que sus padres lo fueran a visitar a la gran ciudad que les desagradaba, que entre la multitud de un bello escenario pueda usar una de sus coreografías, recordando como extrañaba en su libertad su celular con numerosas canciones y audiófonos.

En un día nublado a plena mañana que el cielo sigue oscurecido, Jimin abre las ventanas para terrible lluvia, estando en la sala se encontraba en el suelo intentando buscar al menos una estación de radio que no sea estropeada por la mala señal que proporcionaba la lluvia.

Era un día en el que Jimin tenia la necesidad de seguir bailando, pues fueron las visitas del feroz gemelo menor de su secuestrador que había quedado embobado de su danza, con ello ofreciéndole un baile para mejorar así la relación con el Tigre.

− ¡Otra vez! −Grita el Tigre, al mismo tiempo que aplaude− ¡Otra vez!

Ahora Jimin conocía mejor al temido tigre, el otro lado de la moneda que siente amor incondicional por su amada Solar, el que tiene una actitud infantil en consecuencia al aislamiento de su infancia y su Don.

Jimin intentaba recuperar el aliento, terminando su baile animado para ver al hombre que se encuentra en el suelo sentado debajo de uno de los cojines. Realmente prefería eso, que cuando llegaba Angust para vigilarlo terroríficamente al final de cada pasillo.

−Esta bien, por favor aguarde un momento.

− ¡Ahora! Baila otra vez.

Quería entender la razón por la que los últimos días los hermanos del Ciervo se encontraban rondando en su palacio, aun en un intento de preguntarle a Angust, era difícil hablar con el mayor, siendo cada intento respondido con un.

−Solar me dijo que es secreto, se enfadara conmigo si te digo.

−Sí, pero ahora soy la pareja del Ciervo y pronto estaré junto tu familia. ¿Qué te parece si te enseño un baile nuevo? Si me lo dices, no se lo diré a nadie.

−No, no.

−Lo único que quiero saber. ¿Es que sucede? Realmente me preocupa.

−Es Se-cre-to...

Dejando de insistir Jimin, busca uno de los pañuelos para limpiar el sudor de su frente, aun tomando un vaso de agua que dejo Hoseok antes de marcharse, aguarda asiento frente a Angust, recuperando el aliento, mientras ve bien al gemelo del Ciervo.

Viendo detenidamente a Angust, Jimin veía su cabello oscuro un poco mas largo que él de Yoongi, en un aspecto que cuando se lo proponía parecía más relajado, además su forma de comunicarse y lo extrañamente sentimentalista, Hoseok en algo tenía razón.

− ¿Por qué me miras tanto? Yo ya tengo novia.

−Lo sé, es que... Te pareces tanto a Yoongi.

− ¡Ugh! No me gusta cuando dicen eso, el es malo y yo bueno.

− ¿No ayer me dijiste que decapitaste a alguien? Eso no es para nada bueno.

− ¡Si soy bueno! Solar me dijo que soy su superhéroe.

− ¿Es por eso que estás aquí? ¿Para protegerla?

−No, me hago pasar por Yoongi, para cuidar aquí... −Confiesa Angust, hasta llegar a darse cuenta que ha dicho la verdad− ¡Ya lo sabía! ¡Eres igual a Yoongi! ¡Tú eres malo!

Señor Ciervo. [🦌]Yoomin. ¡COMPLETO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora