Capítulo 73.

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Jimin se resguardaba en una de las mansiones que adquirió la Ciudad del Oriente, en aquella mansión que no podía encontrar forma para su antiguo hogar, sin importar cuantas de sus pertenencias llegaran, cada una se encontraba resguardadas y sin sacar, siendo apenas lo que lleguen a usar los gemelos Wonwon y Wen.

Los menores se encuentran en su cuna, siendo cuidados por la misma Solar quien se encargó del resguardo de los tres en su nuevo hogar, tomando el tiempo de estar con sus sobrinos menores y llegar a ver en ellos la clara similitud de su padre Jimin, unos bebé tranquilos y soñolientos.

Mientras Solar se pasea con sus brazos ocupados para el despierto Wonwon, Jimin sostiene al pequeño Wen, entre sus brazos tratando de ver en el tierno rostro de su hijo algún terrible aspecto, algo que diera indicios de que fueran para odiar para el señor Ciervo, pero es que frente Jimin sus hijos son perfectos, criaturas indefensas que nunca harían daño a nadie.

−No entiendo Solar. ¿Cómo puede llegar a odiarlos? −Pregunta Jimin, de nuevo al borde de sus lágrimas− S-Son tan solo unos bebés.

−Mi hermano sigue temiendo en ver su reflejo en sus hijos, teme que lo que hizo el joven en el pasado se repita con sus hijos varones... −Menciona Solar, acariciando las mejillas del recién nacido− Sí tan solo los hubiera visto... Se parecen mucho a ti, Jimin...

−Sigues siendo sus hijos. ¿Cómo le harían daño siendo unos bebés? Si crecieran serian igual a mi Chungha, no me lo creo que nos haya abandonado aquí.

−Jimin...

−No le importo nada, ni si quiera que me alejara de mis hijas...

Entre algunas lágrimas, el sollozo era visto por Solar dejando el pequeño en la cuna, para tomar al pequeño Wen para repetir dicha acción, llegando a ver el dolor en Jimin en cada exhalación, siendo el dolor desafiando incluso el amor entre sus cuatro hijos, se sentía destrozado por el hombre que lo abandono, inclusive siendo el interior de Jimin como si lo estuvieran desgarrando por dentro, cuando Solar no vuelve a escuchar tan de repente los sollozos del menor, aquella se preocupa, tomando a Jimin del hombro para jalarlo suavemente.

−Jimin... ¡Jimin!

El joven no respondía, para el repentino dolor junto el cambio de ciudad no había tenido tiempo para sanar el parto. A lo que Solar suelta un grito para alertar al rastro y tratar al esposo del Ciervo.

Mientras, que para la ciudad de Dante Yoongi veía su palacio solo, siendo los llantos desde una de las alcobas de su hija donde se escuchen los sollozos de Yuna, la pequeña que era cuidada por Hoseok la alzaba para tomarla entre sus brazos, terminando el cambio de pañal con varias en fusiones de leche, nada la calmaba, por lo que desesperado el Ciervo tomaba a la menor, para explotar contra el pelirrojo.

− ¿Qué esperas? ¿Qué mi hija siga sufriendo? −Reclama, sin respuesta de Hoseok− ¡Llama a Wook! ¿Qué pasa si ella enferma? ¡Date prisa!

Los sirvientes no sabían cómo iban a aguantar el mal humor del Ciervo, aun pasado tres semanas las cosas no llegaban acostumbrarse como estaban, el palacio que era dirigido por la pareja se había vuelto un desastre, con las imprevistas llegadas del Ciervo en su palacio y siendo mal momento su pésimo humor.

En cuanto Wook llega al palacio podía ver la desgastante mirada de su líder, como la pequeña bebé que apenas apacigua con algunas infusiones preparadas, se mostraba la pequeña Yeri incomodo, en busca de su otra parte paterna.

−Necesita de su otro padre. −Dictamina el doctor Wook− Igual que su hija Chungha.

−No le pedí su opinión, preocúpate por su salud.

Señor Ciervo. [🦌]Yoomin. ¡COMPLETO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora