Capítulo 22.

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En un palacio que es preparada una de las salas, tapizan las paredes con obras de arte, dejando que el cielo liso se lavado para ver una parte de reflejo para los invitados, las mesas perfectamente rectas y alineadas para recibirlos en un sitio de descanso, en la que podían disfrutar diminutos estremeces y en bandejas en plata vinos de su reserva y copas listas para ser llenas.

En una fiesta estimada para la pareja del Señor Ciervo, los pocos morían de curiosidad de la persona en cuestión, ya siendo algunos de los sirvientes que revelen la posición del chico, uno de gustos delicados y una persona normal, sin dones, algo que era extraño de escoger para el hombre más poderoso de la ciudad, después de adquirir un edificio.

Jimin después de ser bañado, era vestido necesitándose varios sirvientes para que el traje que tenía puesta con algunos encajes, este hecho para él, entrando como un guante y de forma original en tonos fríos, para cuando arreglan su cabello y delinean los labios carnosos, Jimin nunca odio su reflejo.

Parecía ser que las señales de su pasado habían sido borradas como su pasado, lo que veía era una persona diferente en ese reflejo, otra identidad.

−Te vez muy hermoso, Jimin. ¿Recuerdas lo que te dije ayer?

−Sí, todo.

−Entonces estás más que listo...

Sonriente la mujer vestida de un traje varonil y de cabello sujeto, termina por apuntar varias cosas en su agenta cerrando la misma para sonreírle con optimismo a Jimin. El ahora pelinegro no sabia que hacer ante eso, pero si algo como agradecerle a la joven mujer.

−Señorita Solar, gracias.

−No me lo agradezcas.

−De verdad tengo que hacerlo, ha sido muy buena conmigo... A sido una amiga para mí.

–No es nada Jimin, en verdad. Estando aquí es como si tuviera otro hermano...

Ante aquella acción es Jimin quien con una sonrisa es dirigido hacia afuera de su alcoba, con la gata que se encuentra jugando siguiendo a ambos hasta cambiar de dirección, Solar avanza a la par de Jimin hasta encontrarse en uno de los balcones, con vista debajo de donde se encuentra el gran salón.

Para ese momento las manos de Jimin tiemblan levemente, mientras ve las distintas personas que ocupan cada rincón de ese gran salón, pero bajo esa sonrisa tranquila que comparte con Solar lo disimula la ansiedad que siente dentro. Sin notar los pasos que se acerca es Solar quien reacciona con una dulce sonrisa a su hermano mayor, el Ciervo queda viendo a la actitud altiva, segura y elegante de su prometido.

−Estábamos esperándote, querido Ciervo...

Jimin tiembla un poco escuchando más claros los pasos que van a su lado, Jimin quedaba viendo al hombre de semblante serio quedándole viendo Yoongi al particular chico que a recibido un cambio de imagen, con su simple cabello oscuro.

Él menor sabía que decir, o que acciones podían agradarle al Ciervo, por lo que aguarda un momento el valor para hablarle a Yoongi.

−Le agradezco esta fiesta...

−Eso ya lo veremos, gorrión. −Da una mirada a la derecha− Solar, puedes aguardar arriba, puedes retirarte.

−Como ordenes...

Era un momento de debilidad para Jimin, viendo a la joven rubia ir contenta en uno de los pisos de arriba, dándole entender que estaría ahora nada más con el pelinegro, a pesar de eso Jimin intenta estar calmado, ante las miradas lucidas de aquel hombre.

El ciervo pasa de la mirada de Jimin para poner sus ojos hacia abajo, viendo cada misera hormiguita que ha decidido visitarlo el día de hoy, viendo desde la cima, es Jimin quien aguarda a su lado, aguardando quieto y callado como pidió Solar.

Señor Ciervo. [🦌]Yoomin. ¡COMPLETO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora