Capítulo 42.

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En clara naturaleza que podía estar Park Jimin, eran varios ojos que lo observaban entre aquellos personas tan importante como la familia Kim, entre ellos el Cazador quien comienza a enterarse por el chiquillo del Ciervo, entre el resto de personas que trabajan para ellos, aquellos que aplauden con respeto al menor que queda estático en el escenario, a pesar de aquello con el silencio del momento, ninguno de ellos se ríen, aguardan serios, sabiendo que sus cabezas rodarían, si hacían lo contrario.

No era mentira que Jimin esperaba al Ciervo en estos momentos, aunque su distraída mirada conecto con el comienzo de la canción cuando sintió el pequeño empujón en su espalda.

−Así que era mentira cuando me dijiste que bailarías, sin que estuviera yo aquí.

El Ciervo estaba, como siempre para burlarse como el resto, invisible a las espaldas de Jimin, teniendo que ver su presentación en vivo y más cerca de lo que pudiera estar, aun siguiendo el ritmo bajando los pequeños escalones lo que son testigo el resto era el ave delicada de su señor.

Moviéndose con la misma calma que la canción, moviendo con destreza sus caderas, comenzando a escuchar la canción por milésima vez moviendo delicadamente sus manos, sintiendo los pequeños toques del invisible que intenta alcanzarlo.

Aun pasando a sus límites de los escenarios Jimin baja al escenario, provocando al invisible que aparezca con movimientos coquetos en cada una de las mesas, interrumpiendo el trago de las mujeres y el cigarrillo de los mayores.

Luciendo como un inocente bailarín, como si su vida dependiera de ello, como si no tuviera detrás cuidándolo un sádico criminal y como si alguien fuera a levantar un comentario contra él, seria asesinado en instantes.

Para cuando la armonía regresa a la estrofa final Jimin vuelve al centro del escenario, haciendo que el conjunto que lleva puesto brille, como su apariencia, como una inocente paloma que comienza a cantar para los invitados.

La dulce voz que generaba Jimin en sus labios fue suficiente para que el Ciervo que habia vuelto a su lugar aparezca, siendo el primero que aplauda la presentación de Jimin, aquel que sonríe orgulloso para volver detrás del escenario.

−Lo hice, lo logré...

Jimin recuperando el aliente se recarga de la pared, sintiendo sus piernas y manos un poco entumecidas, aun cuando se escucha la fuerte música fuera del escenario, como Jin de locutor, antes de que pueda reaccionar recibe un fuerte golpe en su rostro, lo que hace barar en el suelo, siente su cabello ser jalado, hasta ser levantado y ser con ello, visto por Elly.

− ¡Que hiciste! ¡Es tu culpa que haya decidido expulsarme! −Reclama Elly a Jimin− ¡Insignificante niño! ¡No sabes lo que te espera!

Jimin en una mirada en el suelo sintiendo su nariz sangrar, queda quieto, sabiendo que esto es suficiente piensa en los límites, pensando ahora cual podría a llegar a tener Elly.

− ¡Lo que le ocasionas a él es asqueroso! ¡Nunca va a amarte como me ama a mí! ¡Eres nada más un maldito estúpido!

Cuando Jimin levanta el rostro recibe otro fuerte golpe con su puño cayendo boca arriba, el no pelea contra la mujer embarazada, cada herida que causa Elly, es rápidamente curada por su Don. Seguido con cada golpe, bofetada y porrazo sanado, cada vez lentamente, haciendo visto las heridas.

− ¡Te matare con mis manos! ¡Todo lo que me ha pasado es por tu culpa! −Grita Elly− ¡No descansare hasta que mueras! ¡Hasta que desaparezcas maldito granjero!

Antes de que otro golpe sea recibido es Jimin quien detiene la mano, empujando la mujer con la rabia que lo corroe para el perfecto rostro que ahora adorna pequeños y grandes hematomas.

Señor Ciervo. [🦌]Yoomin. ¡COMPLETO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora