Capítulo 72.

273 23 0
                                    

Era Jimin entrando en la sección de emergencia, sin importar que pronto entraría en labor de parto, sentía ahora el intenso miedo por los menores, sin importar el dolor, los analgésicos o el cansancio sus ojos se estuvieron abiertos, haciendo lo que preparo no diera inicios para la perdida de sus hijos.

Cuando Jimin supo de segundo embarazo, recibió la primera reacción al saber que daría a luz varones, siendo una segunda alternativa lo que evitara que el Ciervo cometiera una atrocidad. En presencia de Solar, Angust y Youngjae, estando en cada momento sin provocar que la tragedia volviera a suceder.

Aun llegando el momento que dio a luz, el Ciervo se mantenía a distancia observando como uno de los primeros trillizos sale, para después recibir Min Yoongi sus dos castigos, dos varones que salen del interior de Jimin que se digna en no tener que ver el milagro, simplemente perdido en sus pensamientos que al final la vida lo castigaba.

Dando como castigo un hijo varón y siendo injusto como si el hijo que se deshizo de su primer matrimonio, le reclamara cuentas pendientes, son dos niños y dos ofensas que podía llegar tomar.

−Yoongi...

En instante que Jimin lo intento llamar, es el primero quien se marcha siendo el Ciervo quien muestre el disgusto con su esposo, cuando sale de la sala, escucha un escandalo por parte de los familiares, entre ellos siendo Jimin quien, sostenido de la puerta, con la bata puerta, muestre su tristeza al hombre que no reconoce a sus hijos.

− ¿Qué hice mal, Yoongi? Son dos de tus hijos que salieron de mí, tu sangre.

−Tu lo sabias. ¿Y crees que iba aceptar esta ofensa? En cuanto supiste que iban en camino debiste deshacerte de ellos, confié en ti. ¿Y así es como me pagas?

−Yoongi, no me hagas esto...

−No Jimin. Tu eliges. ¿Esos niños o yo?

−N-No abandonare a mis hijos, nunca lo haré.

La respuesta del Ciervo fue suficiente para girar a ver a su esposo, siendo ahora sostenido entre Youngjae y Angust sintiendo recelo por esos dos niños, a grado punto que su gorrión escoja a son niños que, a él, siendo la decisión Yoongi sonríe con ironía, sin importarle el grado de salud de Jimin.

−Regresa Jimin.

−Yoongi, deje vivir a mis hijos, no quiero algo más de ti... ¿Acaso no puede hacer eso por mí?

–¡Deshazte de esos niños! ¡Ahora Min Jimin!

–¡Nunca lo haré! ¡Son mis hijos! Soy también el padre de nuestros hijos, tienen derecho a vivir, si intenta hacer algo contra ellos...

− ¿Pretendes intentar amenazarme?

−No me dejas otra opción ¡No dejaré que nada les suceda!...

La mira impertinente de Jimin lo hacía firme ante su sucesión importando poco que estaba frente el propio diablo, había varias ideas que mentalizaba Yoongi para Jimin, logrando hacerlo sufrir.

−Bien, dejare vivir a esos dos niños. Vivirán donde los puedas criar, sin que tenga que verlos... –Dictamina llenando de calma a Jimin hasta, hablar nuevamente– Pero, ni sueñes que mis hijas irán contigo. Porque ellas pertenecen en su palacio, conmigo, con su padre.

−Y-Yoongi, no puedo vivir sin mis niñas, no puede alejarme de Chungha y de Yuna... Son pequeñas, son también mi vida....

−Es mi decisión... Ahora márchate, no quiero volver a verte...

El hombre de traje le da la espalda, siendo Jimin quien llora desconsolado estando de rodillas obligado a entrar ante su vulnerable situación de dar a luz trillizos volviendo a la cama, se siente abatido en la cama, viendo entre las tres pequeñas cunas a sus bebés, siendo el resto que intente consolarlo, es hasta esa misma noche que la demandante orden del Ciervo, lo hace tomar medidas drásticas.

Siendo Jimin al ingresar en el palacio y llevando cada una de sus pertenencias, sigue sin creerlo, y tan poco dejarlo entrar a la habitación de su esposo. Aun cuando regresa a su alcoba ve a Youngjae encargándose de los menores, siendo Chungha que no deja de ver con adoración al llegar a ver a su papá.

−Papi. Permite que Youngjae empaque mis cosas para acompañarte junto mis hermanos. −Ruega la menor de seis años−... ¿Qué voy hacer con mi hermanita y yo, solas? Queremos ir contigo.

−No puedo, amor. Es lo que decidió tu padre, deben quedarse con él. ¿Quién va a cuidar a Yuna? Como su heredera debes permanecer junto el Ciervo.

Jimin prepara todo viendo su fiel Cirviente quedar en el resguardo de sus dos hijas.

–Cuida de ellas, Youngjae.

–No les faltará nada, joven Jimin...

Siendo Youngjae quien sostiene la recién nacida se la entrega a Jimin abrazando con todas sus fuerzas como Chugha quien se acerca, viendo a su primer padre.

–Debes de quedarte aquí, siempre debes obedecer a tu padre, porque así te convertirás en su heredera...

−No quiero ser una heredera, solo quiero estar contigo...

Jimi intentaba permanecer fuerte llevando a su hija hacia la cama, aun sin creer que la decisión del Ciervo persevere, aun con el dolor del mundo Jimin se despedía de adorada hija de cabellos oscuros y lacios, intentaba que esa noche no llegara al amanecer, siendo en plena luz del día siendo Hoseok quien los escolte fuera del palacio.

Jimin quería luchar, gritar llorar, pero simplemente eso volvería grabe la situación y el dolor dentro de su corazón veía al Ciervo observarlo tal cual enemigo, siendo su marcha de Jimin no soportar el momento al ingresar al auto, comenzando a sollozar por el dolor más grande que lo deja experimentar.

Mientras dentro del palacio Yoongi, sentía que el palacio se le iba encima comenzando su día repudiando a cualquiera que llegara sacar el tema de su esposo e hijos, pasando el resto de la tarde hasta llegar a saber que Jimin llego a salvo a la ciudad del Oriente, el hombre sin escrúpulos intenta desviar su emoción cuando llega a la recamara de su hija.

Para la primera hija de la pareja Chungha estaba sentada en la cama, pensativa jugando con sus pequeñas manos. Siendo extraño para Yoongi, es quien busca su atención.

−Chungha... ¿Qué te sucede? ¿No vas a saludar a tu padre?

La menor de cabellos largos al fin pone atención de a su padre, aunque aquella dulce mirada se convierte en un molesto gesto.

−No quiero saludarte. No quieres a mi papá y a mis hermanos. No quiero hablar contigo...

Era un mal momento en que Youngjae entraba a la habitación con la pequeña en brazos, quien no deja sus sollozos, el Ciervo siente un poco de desesperación, al ver a Chungha darle de nuevo la espaldas, mientras que la pequeña bebé del Ciervo llora desconsolada sin presencia de su otro padre.

Esto apenas daba comienzo a la locura.

Esto apenas daba comienzo a la locura

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Señor Ciervo. [🦌]Yoomin. ¡COMPLETO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora