Capítulo 6.

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El señor Ciervo siempre vio como una virtud la lealtad de su familia, siendo los únicos de sus hermanos que pudiera confiar, existían los tres menores, fuera de aquello estaban los fieles animales de su palacio, con los que siempre ha mostrado su encanto a las razas exóticas y por las que se pudiera ligar la casería.

Había encontrado la raza de sabuesos como las que estaban a destinados en acompañarlos en momentos de entretenimiento, para cuando tuviera que ir a la carpa en el bosque y pudiera saciar su casería, era una escopeta y sus perros los que lo acompañaba.

Son perros dispuestos a olfatear en larga distancia a cualquier presa, con la habilidad de ser un encanto de animales en la luz del día y cambiar en un semblante peligroso para cuando oscurece, por lo que no se tentarían para cualquier posible desconocido.

− ¡SUÉLTENME! ¡AYUDA! ¡Por favor, dejen de morderme! −Reclama un desesperado Jimin que recibe mordida tras mordida− ¡Ya basta! ¡ME LASTIMAN!

En un arranque de desesperación intenta de nuevo alcanzar la velocidad, hasta sentir la primera mordida que lo tumba, cuesta abajo. En un fuerte grito que incluso espanta a las aves que se encontraban descansando en los árboles, cubre su rostro, recibiendo la terrible sensación entre rasguños, golpes y mordidas.

Hasta llegar un momento que la luz en esa oscuridad llega, en el sonido de un silbato los perros retroceden detrás de su dueño, cuales algunos brincan animados por una cacería exitosa, entre el crujir de los pasos, podía escucharse el llanto de Jimin.

Tirado sobre el césped en el que estaba tumbado sintiendo el ardor de sus piernas y brazos, aun con el rostro intacto, era una mejilla que apenas mostraba un rasguño, pero con las manos destrozadas que apenas logro evadir, estaban maltratadas y ensangrentadas.

−Son apenas unos cachorros, como tú. −Pronuncia Yoongi, arrojando de un costal de tela varias aves muertas que los perros intentan desgarrar gustosos− Y no sabes, cuanto les encantan cazar aves, mi gorrión.

Jimin apretaba sus ojos, al sentir el acercar del hombre que jala su cabello para que se sentara a la fuerza sobre el pasto, Yoongi viendo el rostro del chico como el resto de su figura, intenta ahora con un simple pañuelo limpiar esas dramáticas lágrimas, dejando que esos ojos de Jimin se abrieran.

−No debiste salir de tu jaula. ¿No te dijo, Jung que no salieras de tu alcoba? −Finge lastima mientras limpia dolorosamente esas lagrimas− Te dije que, si intentaras algo, te arrancaría las alas. ¿Recuerdas?

En un cuerpo que Jimin no puede responder, es cargado por el mayor, mismo que lo hace retornar con sus cachorros de nuevo en ese palacio. Para ese entonces en el que los invitados se habían marchado y con lo que Yoongi, trata de memorizar aquel doloroso llanto, la imagen tan degrada de Jimin con cada herida.

Llegando de nuevo en la alcoba que se había marcha, entra para dejar con sumo cuidado a Jimin sobre su cama. Para permanecer inclinado para que sus manos se acerquen a tocar sobre cada mordida de sus piernas, descendiendo a su cintura los rasguños y ese corte en su mejilla que de nuevo desprende sangre.

−Mírate, tan bello que llegaste aquí, para que ahora... Te veas tan asqueroso.

−D-Déjeme, ir, por favor... 

−De ninguna forma, lo único que lograste es que quiera esperar para cuando todas esas heridas sanen, quiero ver en esas cicatrices o marcas, como le perteneces a la familia Min. −Acaricia Yoongi cerca de su estómago, del lugar del vientre− Mi bello gorrión, eres tan patético ahora.

En el sollozar fuerte del muchacho, ante su desesperación Yoongi lo disfruta.

Para cuando desaparece el ciervo es la enfermera y su personal que llega hacer curación, interviniendo al pobre muchacho que fue víctima de una cacería por perros adiestrados, en un dolor que Jimin jamás olvidaría, algo estaba seguro que nunca pasaría, su libertad.

Para el día siguiente que el sirviente principal se hace cargo de él, parecía que de nuevo el modesto chico había cambiado, uno horrorizado y adolorido, que recibió de castigo tras su escape. Por lo que un animado Hoseok se hace cargo, cambiando con los días los vendajes y del servicio personal del joven.

Siendo frente un espejo, Jimin ve ahora las marcas blanquecinas en gran parte de su cuerpo por esos malditos perros, cada rasguño y cicatriz que menciono ahí estaba, siendo un recordatorio del porque no podía salir.

−Joven Park, he terminado de limpiar tu alcoba. ¿Necesitas algo más?

−Sí, quería hablar sobre Min Yoongi.

−Ahora nuestro señor, me ha pedido que no aceptara peticiones suyas, lo lamento.

−No es eso... Quisiera saber más, sobre él, por favor...

Para Hoseok parecía una petición muy extraña, sabiendo que había sido escogido por el señor ciervo, aunque al final y en cuenta a ese punto de sus sospechas de traerlo en contra su voluntad lo sabe ahora, por lo que estando en la pequeña sala habla.

− ¿Qué le gustaría saber?

−Se que no hace cosas buenas, pero su familia es algo que siempre mencionan.

−Por supuesto, Min Yoongi es quien formo los cimientos de su famosa familia, son importante en la ciudad de Dante, tienen en su poder más de la mitad de la ciudad.

− ¿Lo que se dedican?...

−Para este momento debes de saber que su trabajo poco lucrativo, tiene que ver con familias de la mafia, dirigen varias familias en pandillas. Quieren asegurarse que el poder de nuestro señor, será entre ellos la más grande, y estamos seguro que lo logrará.

− ¿Quiénes son los que están en su familia? He visto algunos que siempre lo acompañan.

−Min Yoongi es el mayor de ellos, sus hermanos son desde Min Taehyung y su hermana Min Solar, son igual de fuertes, aunque por encima siempre esta nuestro señor ciervo...

Quedando pensando en aquello, no podía imaginar en todo el poder de llegar a tener ese sujeto, se imaginaba los distintos escenarios, aun a pesar de haber escapado de este palacio. ¿Qué hubiera hecho afuera? Probablemente seria localizado en instantes, además que estaba en medio del peligro tratando con criminales.

Llegando el punto de Hoseok debe de dirigir a Jimin en aquel terrorífico palacio, mostraba el área que le pertenecía por completo al señor Ciervo, dejando apenas unas habitaciones de la familia privadas y cerradas a llave, desde la primera sala principal, estaban sus habitaciones, de comedores principales, cocina y un estudio con biblioteca, aun quedando la parte trasera de explorar, Jimin se porta atento a las menciones de Hoseok.

−Joven Park, tiene la libertad de pasearse donde usted guste, siendo la pareja oficial de nuestro señor. Aunque la parte trasera no se la recomiendo a lo contrario que guste ir al campo, hay algunas habitaciones que sirve la servidumbre y una que le pertenece a nuestro señor, incluyendo la granja de afuera.

− ¿Atrás se encuentran esos perros?

−Sí, pero le aseguro que no recibirá el mismo daño, suelen ser dóciles en el día, nuestro señor Ciervo los ha entrenado bien, él es todo un amante de la caza. −Sonríe cordial Hoseok− Igual el señor de la casa, me ha pedido que le avise que piense arreglar el palacio a sus necesidades, en decoraciones, seguridad y siguiendo sus referencias.

−Gracias, Hoseok.

−No, es nada. Es mi trabajo.

Jimin seguía su caminar junto a Hoseok, aunque desde la parte superior estaba siendo observado, siendo los hermanos del ciervo quien quedan mirando al chico quien desaparece al final del pasillo, los hermanos aun sentían sospecha a la extraña selección de su hermano, en cuanto tener una pareja.


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Señor Ciervo. [🦌]Yoomin. ¡COMPLETO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora