Capítulo 1

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6 años antes

Katarina.

—Hoy vendrán. Estate lista en tres horas. —Me había comunicado mi madre, desde el sillón mullido de la tela del mismo color que cubría las paredes del Pequeño Salón, sin observar la sonrisa de complacencia de mi padre. A los segundos, William había movido la pieza del ajedrez que tenía en vista, encerrando al rey, y pronunciado las palabras "Jaque Mate".

Como sea, es por eso que allí me encontraba ahora. Frente a la visita. La verdad es que no me considero una chica complicada. Sin embargo, cuando mi madre se queja a mi lado por quinta vez, me lo replanteo.

Esa noche, básicamente se basa en presentarme el mercado para ver con quién voy a concebir al futuro heredero al trono. O eso es lo que cree mi madre, la reina. Pero para mí, es otra noche de fastidio. Nadie te dice que es tan pesado llegar a mi edad. Cuando tuve mi presentación en sociedad, todas las jóvenes me decían que lo que se venía era lo más esplendoroso. Pero todo era una total farsa. No estoy lista para estar con alguien. Sin mencionar que me presentar a todos hombres que, o me doblan la edad o ni expresan opinión frente a nada. Ni siquiera reflejan expresión alguna con su rostro. En pocas palabras, son aburridos.

—Mi nombre es Illian Murphy, señorita Katarina Shuryn-Sjöberg. Poseo mucho conocimiento en estrategia, planificación y guerra. Y soy...

El joven sigue relatando sus mejores cualidades pero yo ya no le escucho. Esas cualidades no son su persona. ¿Cómo se supone que me case con alguien así, a quien no conozco para nada? Porque eso no es conocerlo. Simplemente, es decir lo mejor de uno. Sé que, en todo eso, se esconden un montón de características de muy poca bondad. Pero... Sé que es mi deber. Casarme con alguien así. Así que por eso estoy aquí y lo hice durante horas. Por eso asiento cuando mi madre me dice que llegaron visitas y voy directo. Por eso, pongo mi mejor sonrisa, mostrando todos los dientes y me muestro interesada. Hago como si escuchara, al menos.

Observo a mi madre de reojo que sonríe ampliamente y me devuelve la mirada como diciendo es el indicado. Incluso eso parecen creer mis cuatro damas de compañía que me acompañan hoy en día. A Lucy, Kimberly, Rebecca, Ava, Sarah, y Emily me las presentaron hoy con el pretexto de que no podía ser que aún no tenía damas de compañía. Y es que, me generaba extrema vergüenza aclarar esto, pero no tenía mayor amistad que la de Linda Thomas. Leyla Sjöberg, mi madre, aseguró que aquello debía cambiar. Sus palabras exactas fueron "¿qué van a pensar las personas cuando te vea pasar el rato con tu propia criada?". La pura verdad es que no tengo muchas amigas porque nunca he salido de aquí. O quizás sí. Quizás cuando era joven, apenas una niña, me dejaron salir de la inmensidad del Palacio, pero un recuerdo como aquel no se me reflejó en la mente ni una sola vez en lo que llevo de existencia. Y ya llevo dieciséis años y varios meses.

Así que, en todo caso, la culpa recae en mis padres porque nunca me dejaron salir. Según ellos, era muy chica para conocer las atrocidades del mundo, pero a ver... Yo no creo que vaya a ser una buena reina algún día si no me dejan salir; o al menos eso es lo que le he estado diciendo a mi madre. Claro que seré una excelente reina algún día. Aunque espero que ese día sea dentro de mucho mucho tiempo.

Como sea, mi madre lo resolvió de alguna manera. Me trajo a seis mujeres de mi edad aproximada y de gran nobleza para que me hiciera amigas por obligación. No me molestaba tanto, quería tener más amigas. Pero no quería que Linda deje de serlo, me caía demasiado bien.

En fin, todas, absolutamente todas, me estaban observando con aquella mirada que decía elíjelo a él que es el indicado. Yo no lo creo tan así.

La joya del mar ║A love storyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora