Katarina.
Cuando Lucy y Emily me sacan lo correspondiente al vestido que llevé en este día, siento inmediatamente aquel frío conocido en mí vientre, piernas y brazos. Luego, Linda tiende el vestido nuevo sobre la cama y con la ayuda de Sarah lo aplasta. Me ponen la ropa interior, el corsé, las enaguas, y por último un vestido rojo terciopelo. No elegí este vestido porque sea el color favorito de Julian ya que lo cierto es que esta noche no lo veré, ya trabajó todo el día.
Tampoco tengo la intención de verlo. Y menos después de lo de anoche. Los sentimientos fueron demasiados y enserio estoy replanteándome la idea de exigir que lo pongan como seguridad general del palacio. Estaría bueno así no lo veo tanto. Siempre y cuando mi madre siga con la decisión de que es mala idea quitarme a los guardias de seguridad.
A pesar de tener toda la intención de quitarlo de mi vida, mientras me maquillan, peinan y terminan de arreglar para el baile, no dejo de pensar en él. En sus ojos, sus manos, sus rizos, sus labios y en las palabras atrevidas que siempre salen de ellos. Me pasan la máscara roja con incrustaciones de plata –porque se trata de un baile de máscaras–, y salgo de mi recamara. Enseguida me encuentro a mi padre que se dirige a las escaleras con paso apresurado. Va de traje blanco hueso y lleva su máscara del mismo color en la mano. En el camino, se voltea a verme y me sonríe.
—Estas esplendida hija, seguro deleitas a mas de un caballero con tu presencia. Pasalo hermoso, ¿si? Yo iré en un momento.
Yo, simplemente, le sonrío en respuesta porque aún estoy algo enojada por lo que me hizo hacer anoche. Él apresura más el paso y lo pierdo mientras sube las escaleras. Yo en su lugar, me dirijo a las otras escaleras de la izquierda para poder bajar al Salón Azul.
Cuando llego, los reyes no se han presentado aún y todos los ojos se dirigen hacia mí. Recibo unos cuantos saludos y reverencias y voy directo a un costado. Hoy no es una noche que me gusta sentirme observada. En realidad no lo es nunca. Además, todos me conocen pero yo no conozco a la mayoría de las personas que se encuentran hoy aquí. He dicho que yo me encargué de todo pero lo cierto es, que si hay algo de lo que no me ocupé fue de enviar las invitaciones. Eso lo hizo mi madre. Así que si hay jóvenes que no conozco. Jóvenes con los que mi madre quiere que me case. Desearía tanto que la gente no me conociera y no fuera la princesa. Pero como sea, hoy en específico, siento más esto. Quiero estar con Julian, no aquí. Caminar por el pueblo, libre de miradas y susurros. Libre de tantas sonrisas fingidas.
Pero él no está aquí. Quien me sigue a todos lados esta noche es Marcus, no Julian. Y no estamos precisamente afuera del Castillo.
Mantengo largas y aburridas conversaciones con varios grupos cuando al fin llega mi madre y me salva, sustituyéndome ella en la labor. Leyla lleva un vestido hueso ceñido a su esbelto cuerpo y unos guantes delicados del mismo tono. Se ve esplendida, brilla. Va combinada a mi padre incluso. Sus ojos se vuelven hacia mí por un segundo y luego sigue saludando a los demás.
Pasa recién una hora cuando se presenta el Rey. Saluda uno por uno a todos los invitados, entre ellos, príncipes y princesas, infantes, duques, marqueses, condes, vizcondes, barones, y señores y señoras.
Luego, comienza el baile. Primero fue el turno de mis padres, los reyes. Al compás de la melodía de cuerdas hecha por la banda "Los arcos de lluvia" –nombre el cual aun no comprendo el significado– comenzaron a danzar sus pies. Se miraban como si fuera la primera vez que lo hicieran. Se sonreían del mismo modo. Eso es justamente lo que deseo. Un romance que dure a través de los años. Un romance que, aunque se separen de vez en cuando por el trabajo, sigan mirándose con amor. Un romance que no conozca barreras. Lo cierto es, que hay una verdad muy extraña y es que nunca le pregunté a mi madre cómo conoció a mi padre. Y nadie habla de ello. Nunca. A ver, es obvio que su casamiento fue arreglado pero, me gustaría saber la primera impresión que tuvo uno del otro. Si se amaron desde el principio y eso.
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La joya del mar ║A love story
RomanceElla en la seguridad de su Palacio, no se espera que 5 años luego de un ataque de piratas, uno de ese grupo llegue como su nuevo guardia de seguridad. Debería no contratarlo. Debería... Él debería no aceptar el trabajo. Porque la odia y odia todo l...