Katarina.
En mí interior, tenía ganas de reírme. Y es que, aquella situación me causaba muchísima gracia. Por un momento había pensado que él buscaba trabajar en el puesto de guardia de la reina Judith Claesson de Tocren o la reina Ann Axelsson de Claoyae, que habían venido aquel día de visita, y pensé que simplemente se había equivocado de puesto y nombre. Pero eso era... Raro. Y también había pensado que quizás él solo estaba bromeando antes. Sin embargo, ahora, viendo la cara que había puesto cuando yo me presenté como la princesa... Y es que se notaba a simple vista que no salía de su asombro. Sus ojos se habían abierto de par en par como dos huevos y no los apartaba de mí.
Uno por uno, fueron presentándose, diciendo sus aptitudes y defectos. Puse atención en cada uno, ya que eran los últimos, pero me interesaba con lo que iba a salir él. No creía que alguien que... Había entrado a robar hace años tuviera talento para este trabajo. Y definitivamente no pensaba en contratarlo. Claro que no. Contratarlo significaría exponerme a peligro, más que otorgarme seguridad.
No obstante, me sorprendió un poco. Cuando finalmente llegó su turno, no habló de lo ladrón que es o era, por supuesto. En su lugar, relató una serie de aptitudes relacionadas con la fuerza y táctica que poseía. Dijo que era buen líder, que tenía mucha fuerza para levantar toneladas y toneladas. Que incluso una vez, había levantado veinte anclas de un barco. Ya quería ver eso. Y que era muy bueno en la lucha cuerpo a cuerpo y con armas, de eso sí que no dudaba.
Los invité a retirarse asegurándoles que nos íbamos a tomar un tiempo para decidir, pero que se queden fuera de la sala. Hicieron una leve reverencia y se fueron. Me volví hacia mi madre.
—Son todos iguales. —Exclamé.
—Mmm yo creo que tendremos que comprobar sus aptitudes, ¿no? —Esta vez, se dirige hacia Adam, el guardia que se encuentra entre nosotras dos.
—Señora. Si, por supuesto.
—¿Qué podemos hacer?
—Algún... Tipo de ejercitación para que lo demuestren.
—¿Puede organizarlo para mañana?
—Por supuesto, señora. Con mucho gusto.
—Perfecto. —Concluyo interrumpiendo. —Díganles que será mañana a las 10 de la mañana la prueba. Yo tengo que irme a la reunión con el Equipo de Guerra.
Ambos guardias asienten y yo salgo con otros dos guardias siguiéndome a mis espaldas. Al hacerlo, noto que todos dirigen sus ojos hacia mí. Impacientes. Los evado y voy hacia el Salón de Estrategia.
De estas reuniones se suele ocupar mi padre, el rey, cuando está aquí. Pero ahora mismo, se encuentra de viaje hace ya un par de días y yo me estoy ocupando de sus tareas. Madre me ha dicho que tengo que hacerlo. Antes, en caso de vacancia del rey, de estas reuniones se ocupaba Stefan. Desde su muerte, he tenido que reunirme mínimo una vez por semana con ellos. Y esto ha pasado literalmente desde su muerte porque es el mismo tiempo que tuvo que irse mi padre. Va de conferencia en conferencia y de país en país y todo, para que nuestro país tenga muy buenas relaciones con el resto de los países y nos desarrollemos adecuadamente. Su labor es admirable y estoy segura de que nunca lograre ser como él.
—Buenas tardes. —Digo al ingresar. Todos me saludan haciendo una reverencia.
En el medio del Salón hay una gran mesa de vidrio. Alrededor diez agentes de diferentes edades y géneros se encuentras sentados en orden a su cargo. Algo que sí cambie y que mi padre aún no sabe, es que introduje mujeres en estas reuniones. Me parecía una locura que sean puros hombres. Sentía que no representaban a todo el país en sus decisiones.
ESTÁS LEYENDO
La joya del mar ║A love story
RomanceElla en la seguridad de su Palacio, no se espera que 5 años luego de un ataque de piratas, uno de ese grupo llegue como su nuevo guardia de seguridad. Debería no contratarlo. Debería... Él debería no aceptar el trabajo. Porque la odia y odia todo l...