Luego de observar como su primo abandonaba la biblioteca y su hermana parecía estar sufriendo junto a otra chica como adolescentes por un actor, Hayden tomó su teléfono y abrió el chat con Deva que estuvo frecuentando más de lo que esperaba cuando recibió una notificación de ella:
Deva: Tengo la próxima hora libre ¿te apetece tomar ese café que me prometiste?
Con una sonrisa le escribió una respuesta y se levantó de su lugar.
—Debo irme—anunció a su hermana, quien no le prestó atención. Con paso decidido y seguro se encaminó hacia la cafetería del campus donde ella lo esperaba, realmente él había sentido la conexión que siempre esperó encontrar con una chica en Deva y eso podía hacerlo aparentar obsesionado o muy pesado, pero para Hayden...ella era el fin. Ya no necesitaba seguir buscando, porque pensaba que esta era la indicada. La mayoría de las personas que no lo conocían personalmente y solo escuchaban rumores, lo consideraban el típico mujeriego mantenido que disfruta los coches y los autos...cosa que mayoritariamente puede ser real, pero nadie conocía realmente su corazón y sus ganas de anhelar el amor de una sola mujer por el resto de su vida. Él no desmentía dichas suposiciones porque no quería verse vulnerable, tenía una mala idea de que el amor lo volvía de esa forma.
Acomodó su traje y pasó sus manos por el cabello antes de cruzar la puerta de la cafetería. Deva estaba parada pensando que ordenar, él la reconoció de espaldas: su cabello oscuro estaba recogido en una coleta y vestía un conjunto rosado que él disfruto recorrer con sus ojos. Caminó hasta ella y se detuvo a su espalda:
—Déjame adivinar tu orden.
Ella sonrió y se cruzó de brazos divertida por sus ocurrencias: —Me gusta tu actitud, pero esto no podrás adivinarlo. Soy un tanto especial.
—Esa es la mejor parte—Hayden se separó de su espalda y luego de leer unos segundos la carta, la miró y con seguridad dijo—Un frappuchino de caramelo con mucho jarabe de chocolate.
—Definitivamente acabas de antojarme eso, pero no.
—Vale, acepto mi derrota—Deva rió y ambos se colocaron en la fila—¿Cuál es, entonces?
Ella esperó a estar primera en la fila para revelar su secreto, así que cuando la cajera le consultó que les apetecía ella soltó:
—Un caramel macchiato con un extra de matcha abajo.
—Ok. Inesperado, pero nada mal...—le susurró antes de dirigirse a la cajera—Yo quiero un expreso.
Cuando pagaron sus bebidas no tardaron en recibirlas, porque no eran muchas las personas que se encontraban allí. La mayoría de los estudiantes estaba en clases, así que se sentaron en una de las mesas. Hayden la observó darle el primer sorbo a su bebida y cerrar los ojos por el placer que le generaba, le gustó aquella reacción y cuando volvió a verlo algo divertido cruzó por estos y se inclinó hacia delante:
—Cuéntame más de ti, ¿de dónde eres?
—¿Ya quieres empezar con las preguntas de la primera cita? —él decidió jugar a cambio.
—¿Primera cita?
—Si ¿algún problema con eso?
Deva lamió su labio inferior—No, ninguno.
—Genial, soy de Manhattan.
—Igual que mi padre—comentó—Pero yo en cambio, si bien viví un tiempo allí, soy de Atlanta.
—Bueno, ya sabes que tengo una melliza, con quien a propósito creo que se llevarán muy bien. ¿Tú tienes hermanos?
Ella jugó con su café asintiendo—Un hermano menor, una maldita estrella de rock.
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Estrellados © 3º
Fiksi RemajaWill, Juno y Hayden deben cumplir el último deseo de su abuelo para poder acceder a su herencia: pasar tres meses en un internado apartados de todos no parece algo malo, excepto cuando se encuentran con personas que deseaban dejar atrás. Secretos d...