El viaje de regreso a su casa fue incomodo para los mellizos. No se hablaba de nada ya que se podía percibirse la tensión que emanaba de Hayden. Su madre intentó consultarle que tal las cosas, pero no tuvo mucha suerte. Él los miraba intentando descifrar cómo nunca se dio cuenta de que algo extraño ocurría, cómo nunca notó lo que le dijeron...y sacó la conclusión de que eran muy buenos mentirosos, porque por más que se pasara horas o incluso días mirándolos, ellos iban a mostrarse igual. Igual a una pareja que se quería y Hayden detestaba que fueran buenos en eso...
Su hermana se había enfrascado en su celular, aprovechando haber recuperado el contacto con el mundo y sus redes. Empezó a contarles toda la experiencia a sus amigas y a organizar su próxima juntada.
Cuando llegaron a su casa, Hayden fue el primero en bajarse del coche y cerrar la puerta de un portazo. Sabía que estaba exagerando, pero volver a ver a sus padres y que actuaran como si todo estuviera bien no lo dejaba pensar con claridad.
Su padre dejó de soportar su actitud. Fue el primero que habló cuando entró en la casa.
—¿Qué te pasa? —consultó seriamente—No sé si se trata de lo que ocurrió en el internado, pero no vamos a tolerar este comportamiento.
Hayden chistó como si un discurso fuera innecesario. Su hermana, sabiendo lo que vendría, se acomodó en un sofá mientras que su madre observaba todo confusa.
—Lo que pasa es que son unos mentirosos.
Su padre frunció el ceño—¿En qué te hemos mentido?
—A ver...¿por donde empezar?—se colocó una mano en la barbilla para acompañar su acting—Bueno, el hecho de que los hayan obligado a casarse sería un buen comienzo.
Su madre soltó un jadeo de sorpresa. Su padre se mantuvo igual que como estaba.
—¿Cómo sabes eso?
—No importa cómo lo sé ¿es verdad?—pasó la mirada por ambos, ya empezaba a sentir aquella desesperación que lo abordó en el internado.
Sólo entonces su padre bajó la mirada hacia sus zapatos. Era extraño eso en él porque nunca se permitía hacerlo, siempre les inculcó ir por la vida con la cabeza bien en alto. Ese mínimo gesto le dio a Hayden la respuesta que necesitaba.
—Sí, es verdad.
—¿Nunca pensaban contárnoslo? —se enfadó y buscó concentrarse en su madre—¿Iban a mentirnos toda la vida? ¿O estaban esperando que nos enteremos así?
—Hayden...
—¡No, Juno! ¡Son unos mentirosos!—los señaló— ¡Nos engañaron toda la vida!
—Decidimos no decirles nada porque fue un momento en que no estábamos bien—su madre finalmente habló. Su mayor miedo la estaba enfrentando y se sentía paralizada.—Nunca buscamos engañarlos, cariño...
—No, claro. Sólo crearon toda una familia en base a una mentira y pensaron que nos parecería correcto.
—Deja de hablarle así a tu madre.—Maddox intentó detenerlo—Y cualquier cosa que ocurriera antes de ti, es nuestro problema.
—Yo no estoy diciendo eso. Sólo quiero que me digan en la cara que todo lo que nos contaron a lo largo de nuestra vida, todas sus historias y su gran amor puro es una farsa.—dos lágrimas cayeron por sus mejillas—Porque ustedes me hicieron creer que era posible encontrar algo así y llevo buscándolo hace tanto tiempo...—su voz se quebró—para que sea todo una tonta historia de hadas.
—Cariño, nada de todo eso es mentira— su madre se acercó a él —Nosotros tuvimos un comienzo difícil, pero eso no evitó que nos enamoramos de verdad.
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Estrellados © 3º
Teen FictionWill, Juno y Hayden deben cumplir el último deseo de su abuelo para poder acceder a su herencia: pasar tres meses en un internado apartados de todos no parece algo malo, excepto cuando se encuentran con personas que deseaban dejar atrás. Secretos d...