Capítulo 19|| "La mascota del profesor"

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Juno se encontraba debajo del cuerpo de Charles disfrutando de la forma en que habían decidido trabajar con la tensión que los perseguía desde el día que se encontraron en aquella fiesta. Ella no podía mantener los ojos abiertos del nivel de placer que estaba sintiendo y cayó en la cuenta de que nunca nadie la había hecho sentir de aquella forma antes.

—Eres tan perfecta para mí.—él habló en su oído de forma grave que le repartió escalofríos por todo el cuerpo.

—No me mientas. —logró responder entre jadeos. No cuando ella estaba confiando en él.

—Nunca te haría eso—continuó susurrando—¿No puedes ver cómo estoy por ti?

Juno no respondió, simplemente gimió más alto cuando el aumentó sus movimientos. Al no recibir respuesta, Charles le rodeó el cuello con su mano y apretó:

—No escucho tu respuesta, princesa. ¿Lo sientes? ¿Lo loco que me tienes?

Ella le calvó las uñas en la espalda—Sí...

Aún no entendía cuando o cómo terminaron de esta forma, pero no iba a quejarse para nada. Se dejó llevar en sus brazos y cómo él le indicó gritó su nombre al terminar. La primera, la segunda y la tercera vez.

Se encargaron de recorrer sus cuerpos de todas las formas posibles. Ya derrotados por tanta acción, Juno se desplomó sobre su pecho totalmente agotada. Él la rodeó con un brazo antes de taparlos a ambos con una sábana. El silencio los invadió, ella estaba muy débil para siquiera pensar en algún tema de charla mientras que él sólo podía pensar en cómo había tirado abajo todas las órdenes por un ataque de celos.

Pasados unos minutos, Charles se incorporó para mirarle el rostro: estaba dormida y no pudo evitar que una pequeña sonrisa se posara en sus labios. Dormida, con sus barreras bajas, Juno lucía aquella buena chica que quería aparentar. Inocente y sensible. Pocas personas sabían que eso estaba muy lejos de ser realidad. Acarició su mejilla antes de volver a acomodarse y poder dormir tambien.

Las cosas se habían salido de control. No pudo controlarse y quería...quería hacerlo para no manchar su trabajo, pero fue inútil y él lo sabía desde la primera vez que cruzaron miradas. Charles la había observado de más en su adolescencia, pero era muy pequeña para que funcionara y tampoco estaba seguro de lo que él necesitaba. Los años le sentaron espectaculares y aprovechar este trabajo, le permitía acercarse para ver en qué punto se encontraba ahora.

Evidentemente todo estaba claro. Fue demasiado fácil saber que había llegado el momento indicado y ni siquiera supo porqué lo sentía así. Tal vez era el destino o tal vez las ganas pasadas volvieron para arrebatarlos.

Varias horas pasaron. Había empezado a amanecer cuando Juno rodó en la cama lejos del calor del cuerpo de Charles. Lentamente comenzó a abrir sus ojos y le costó un momento ubicarse, cuando lo hizo se incorporó de inmediato. Logró ubicar su bolso al lado de la cama y lo cogió para sacar su celular. Tenía un mensaje y un mail de hace aproximadamente diez minutos. Se fijó que se trataba de su hermano, frunció el ceño al leer:

Hayden: Te reenvié lo que me respondieron de la fiscalía.

Juno: ¿Will lo sabe?

Hayden: Aún no me respondió, debe seguir durmiendo.

Juno: ¿No estás con él?

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