Sería mentira decir que Juno Black no estaba esperando encontrarse con Charles en cualquier momento. Sabía que él ya tenía que estar en la ciudad y el simple hecho de poder cruzárselo la emocionaba. Hace mucho tiempo no se sentía así por un chico y no era muy fanática de empezar a hacerlo nuevamente.
Había pasado unas horas estudiando ya que viajaría al campus, rendiría los exámenes faltantes y luego se iría con sus amigas a ese tan deseado viaje que tuvieron que postergar. Cuando decidió tomarse un descanso bajó a la cocina para prepararse un café. Su hermano no estaba en casa ya que fue a reunirse con unos amigos que se encontraban por la zona y creyó que se encontraba sola hasta que su madre la sorprendió.
Con una mano en el pecho, Juno la miró—¡Mamá me asustaste! ¿Qué haces aquí?
—Lo siento, cariño—la rodeó para coger una botella de agua del refrigerador—Necesitaba unos papales que dejé guardados en la oficina de tu padre y vine a buscarlos. Me retrasé porque la abuela me llamó.
—Oh...
Alya la miró de reojo mientras terminaba de servirse el café—Me dijo que fueron a verla.
—Así es. Queríamos terminar de saciar nuestras dudas.
—¿Lo consiguieron?—inquirió.
Juno asintió con la cabeza, pero no dijo nada. Su madre si bien sentía cierta curiosidad no estaba segura de querer enterarse. Ya había pasado por mucho y la decisión de apartarse-si bien le costó demasiado-había sido la correcta y no perdería su tiempo en rememorar el pasado. Sólo accedería si sus hijos necesitaran que los escuchara, sino prefería mantenerse al margen.
—Bien, sabes que cualquier cosa pueden contar con papá y conmigo ¿si?—se acercó para acariciarle el brazo, pero rápidamente miró la hora en su reloj—Se me hace tarde, debo irme.
—Vale, yo regresaré a estudiar en unos minutos.
Su madre besó su mejilla y salió de la cocina, pero antes de irse del todo le dijo:
—Oh casi me olvido, la abuela acaba de estar con Charles ¿lo recuerdas no?
Un calor subió por sus mejillas y carraspeó—Ya te dije que sí, mamá. No olvido a las personas.
—Vale, sólo decía...
—Deja de usar ese tono, por favor—se quejó, un tanto avergonzada de su madre.
—No sé de que tono me hablas.
—Cómo si quisieras emparejarme con él.
—Es que te gustaba antes...y ahora harían buena pareja.—suspiró
—Eso no lo sabes.
Alya sonrió al oírla—Me gusta que no lo niegas. Me gusta mucho.
—No pasará nada con él.
—Te conozco Juno y yo también tuve tu edad...—susurró insinuando muchas cosas—Que tengas bonito día.
Se fue sin más, dejándola totalmente desconcertada.
«¿Tanto se me nota?»
Juno negó con la cabeza intentando desprenderse de esos pensamientos. Estaba segura de no tener ninguna especie de sentimiento romántico hacia él, simplemente tienen mucha tensión sexual y funcionan muy bien en ese aspecto, nada más. Mejor dicho, ella intentaba convencerse de todo eso, porque Charles la había desequilibrado en todos los aspectos y no entendía por qué.
Terminó su café y regresó a su cuarto para finalizar la unidad en la que estaba trabajando. Se encontraba concentrada haciendo anotaciones cuando un mensaje llegó a su teléfono. Pensaba ignorarlo, pero cuando vio de quien se trataba no pudo hacerlo.
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Estrellados © 3º
Teen FictionWill, Juno y Hayden deben cumplir el último deseo de su abuelo para poder acceder a su herencia: pasar tres meses en un internado apartados de todos no parece algo malo, excepto cuando se encuentran con personas que deseaban dejar atrás. Secretos d...