Era inusual el dolor de cabeza que William sufría al despertarse. La fiesta de la noche anterior tardó unos segundos en aparecer en su conciencia para darle una justificación a porqué estaba acostado junto a Tabitha. Se frotó los ojos e intentando no despertarla quitó el brazo que la rodeaba que ya estaba empezando a hormiguearle.
Quería saber si la luz había regresado, no podía descubrirlo así solo porque solo entraba unos pocos rayos de sol por la ventana. Cogió su teléfono del suelo y agradeció que aun tuviera batería, se sorprendió al encontrarse con la notificación de un mail reenviado por su primo que respondía a la búsqueda del expediente en la fiscalía. Iba a abrirlo justo cuando sintió que Tabitha se movía a su espalda, dejó el teléfono y se giró para verla abriendo los ojos lentamente.
—¿Cómo te encuentras?
—Me duele la cabeza.
—Ya, a mi igual...¿porqué la gente se empeña en beber alcohol?—se quejó y se acomodó para mirarla—¿Quieres tomar agua?
Ella carraspeó y se incorporó solo un poco—No, gracias. Estoy bien.
William la miró y acarició su mejilla con suavidad. Si normalmente Tabitha le gustaba muchísimo, verla en su cama con el cabello revuelto y sin ropa, particularmente eso último, le gustaba muchísimo más. Recibió una sonrisa en respuesta, y él tragó saliva. Una ola de timidez lo invadió cuando quiso preguntarle una cosa. Tabitha sintió aquel cambió de humor y lo miró con cariño.
—¿La pasaste bien, anoche?
—Claro que sí—se acercó más notando cómo se le relajaban los hombros—¿Tú?
—La mejor noche de mi vida.
Tabitha soltó una risotada—Pues tardamos demasiado ¿no lo crees?
—Bueno, pero ahora tenemos todo el tiempo del mundo.
—No tanto...te vas en un mes y medio—se lamentó y apoyó su costado contra su pecho.
William suspiró. Era verdad que el reloj estaba corriendo rápido y lo único que quería al llegar al internado era que eso sucediera. Ahora estando así con ella, no era la mejor idea del mundo. Recordó la charla que tuvo con su primo mientras le acariciaba la espalda desnuda, sobre el futuro que quería con ella.
—¿Qué piensas hacer cuando termines el curso? ¿Tienes planes?
—Hace unos meses que empecé a buscar trabajo, algunas ofertas...pero mi idea es entrar en alguna constructora y empezar a diseñar.—murmuró—Mis padres están ayudándome tambien, así que es más fácil.
—¿Volverás a Irlanda?
—Tal vez, depende mucho del trabajo.
—Ajá...
No era la respuesta que esperaba y ella lo notó. Levantó su mirada para conectarla con la suya y sonrió:
—¿Qué? ¿Quieres que regrese a Manhattan contigo?
—Me encantaría—sonrió—Sólo quería conocer tus opciones.
Tabitha suspiró—Pues mira, aún tengo una casa allí. Además, tengo entendido que mis padres regresarán a la ciudad en las próximas semanas, visitarán a mis abuelos. Siempre puedo ir...¿pero tú, que harás?
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Estrellados © 3º
Novela JuvenilWill, Juno y Hayden deben cumplir el último deseo de su abuelo para poder acceder a su herencia: pasar tres meses en un internado apartados de todos no parece algo malo, excepto cuando se encuentran con personas que deseaban dejar atrás. Secretos d...