Claire
Me despierto sobresaltada cuando el peso de un cuerpo cae sobre mí. Un grito escapa de mi garganta, pero se extingue enseguida. No necesito más de dos segundos para comprender que ese cuerpo pertenece a Peyton. Palpo a tientas hasta dar con el interruptor de la luz auxiliar que tengo sobre la mesita de noche y la enciendo. Parpadeo varias veces antes de que mis ojos se acostumbren a la luz anaranjada que nos rodea. Peyton está tumbada a mi lado, en la cama, y me mira ceñuda, ajustándose las gafas en el puente de su nariz chata.
—¿Qué hora es? —pregunto aún aturdida por la neblina del sueño.
—Pronto. Las cuatro.
Abro mucho los ojos y me siento de golpe, aturdida por lo que significa eso.
—¿De la madrugada? —Peyton asiente con una sonrisa—. ¿Has conducido de noche, a pesar que lo detestas, solo para estar conmigo?
Peyton asiente de nuevo y yo me lanzo a sus brazos. Tener una amiga como ella es el mejor regalo que me ha hecho la vida. Es la familia que me falta y nuestro vínculo es irrompible. La emoción me embarga y las lágrimas se desprenden de mis ojos sin que pueda hacer nada por evitarlo. Dios, he llorado tanto en las últimas 24 horas que estoy a un paso de deshidratarme.
—Además, te he traído algo. —Salta de la cama, desaparece por la puerta del pasillo y regresa segundos después con una bolsa de papel cuyo logo con letras negras y fondo color mostaza reconozco al instante. Pertenece a Molly's, la pastelería de Greenstone. Me tiende la bolsa con una sonrisa y yo suelto un grito de felicidad, adelantándome a lo que sé que
encontraré en su interior. No me equivoco: son los muffins de calabaza, nueces y chocolate blanco de Molly, mis preferidos.
—Eres la mejor. —Beso a Peyton en la mejilla, cojo un muffin, le doy un mordisco y suspiro de placer. Da igual que al llegar a casa esta tarde, después de mi fuga en la boda, me haya zampado un bote de helado de quilo y medio, un paquete de galletas de chocolate y una bolsa entera de golosinas. Cuando tengo ansiedad mi adicción por el azúcar se agrava varios niveles.
—¿Cómo te encuentras? —Me mira preocupada—. Sigo sin creerme que Seth haya roto contigo en la boda...
—Yo también —admito a media voz, aunque mi ruptura con Seth no es la primera de mis preocupaciones actuales. La tristeza que sentía esta tarde tras la ruptura ha quedado sepultada bajo kilos y kilos de arrepentimiento por lo sucedido con Oliver.
—Es que no lo entiendo, se os veía bien juntos. —Peyton frunce la boca, con disgusto.
—Bueno, supongo que las apariencias engañan.
—¿Crees que hay otra mujer? —pregunta ella afligida, a media voz. Me encojo de hombros.
—Supongo que es una posibilidad, aunque no lo ha mencionado. — Intento averiguar cómo me sentiría al respecto si esta teoría fuera cierta.
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Entre Leyes y Suspiros (Libro 2: Saga Vínculos Legales) (BORRADOR)
RomanceMe llamo Claire Holmes y trabajo como secretaria en uno de los bufetes de abogados más prestigiosos de Nueva York. Mi jefe es el sexy y mujeriego Oliver MacKinnon, socio principal del bufete, y uno de los solteros más codiciados de la ciudad. Llevo...