Claire
—¿Me estás diciendo que te acostaste con Oliver ayer por la noche? ¿Y qué estás hablando conmigo encerrada en el baño mientras él sigue durmiendo en la cama? —La voz de Peyton suena incrédula al otro lado del hilo telefónico.
Hace unos minutos, cuando me he despertado y he visto a Oliver desnudo a mi lado con su brazo rodeándome la cintura sobre la cama, he sentido la necesidad imperiosa de llamar a mi amiga para contárselo todo.
—Estoy hecha un lío, Peyton. Debería sentirme fatal, como siempre que ha pasado algo entre Oliver y yo, pero no es el caso. No me arrepiento de nada.
—¿Tan bien estuvo? —Aunque no puedo verla siento su sonrisa.
—Eh... Sí. Dios, sí. —Las mejillas me arden al recordar todo lo que hicimos. Digamos que ha sido una noche... intensa. Después del polvo sobre la alfombra lo hicimos una vez más de pie antes de llegar a la cama y luego otra vez más en la cama. Y luego... bueno, digamos que no hemos dormido mucho—. Ha sido alucinante, Peyton. El mejor sexo de toda mi vida. ¿No es terrible?
Peyton se ríe.
—Creo que tenemos conceptos distintos de lo que es terrible.
—Hablo en serio. Debería sentirme fatal, ¡eso es lo normal cuándo haces algo malo! Pero no me siento mal... Me siento... Me siento...
—¿Cachonda y con ganas de más? —Peyton se ríe de nuevo y yo, a pesar de que intento reprimirme, acabo riendo también.
—Dios, voy a arder en el fuego del infierno.
—Probablemente.
—¿Así me animas, mejor amiga?
—Chica, acabas de decirme que has tenido el mejor sexo de toda tu vida, no pareces necesitar que te animen.
Suelto un suspiro.
—¿Qué debería hacer ahora? —pregunto, intentando poner en orden mis sentimientos contradictorios. Si esto fuera una película de Hollywood ahora mismo tendría dos mini Claires sobre mis hombros. Una de ellas sería una Claire vestida de angelito que me estaría diciendo muy enfadada que lo que ocurrió ayer está mal, que Oliver es mi jefe y que por culpa de lo ocurrido he puesto en peligro mi puesto de trabajo en el bufete. La otra sería una Claire vestida de demonio que, con una sonrisa picarona y alzando su tridente, me intentaría convencer de que no solo lo que ha pasado está bien, sino que debería salir de aquí para repetirlo.
—Según como lo veo yo —Peyton me devuelve a una realidad donde ambas mini Claires no existen—, lo que deberías hacer para empezar es dejar de esconderte en el cuarto de baño y mantener una conversación con Oliver sobre lo que ocurrió anoche. Es una conversación incómoda, lo sé, pero dadas las circunstancias no podéis seguir haciendo como si nada. Es mejor marcar límites y reglas antes de que las cosas se compliquen demasiado.
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Entre Leyes y Suspiros (Libro 2: Saga Vínculos Legales) (BORRADOR)
Roman d'amourMe llamo Claire Holmes y trabajo como secretaria en uno de los bufetes de abogados más prestigiosos de Nueva York. Mi jefe es el sexy y mujeriego Oliver MacKinnon, socio principal del bufete, y uno de los solteros más codiciados de la ciudad. Llevo...