Capitulo 15

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La mujer frente a mí me mira como si fuera una completa desconocida, sorprendida por la situación y al mismo tiempo puedo ver un enojo y decepción enorme en su mirada ante mis palabras.

-¿Estás embarazada?

No se como ella logró encontrarme aquí en Alemania, me aseguré de esconderme bien y no dejar rastro, ya no solo temo por mi vida, sino también por la pequeña criatura en mi bientre.

El hecho de que este bebé no haya sido planeado, ni creado de la mejor forma, no quiere decir que no es como una luz en medio de tanta oscuridad que siento en estos momentos.

Creo que es lo único por lo que me he permitido seguir viva, respirar y agradecerle al destino y a mis amigos Alvaro y Maria por haberme salvado la vida.

Ahora tengo una razón más por la que luchar, una pequeña cosita hermosa, que no tiene la culpa de los errores que cometí, mucho menos tiene la culpa de lo que me pasó o en las sirvunstancias en las que llegará al mundo.

No lo esperaba, es cierto, tengo miedo, demaciado miedo, por todo, por lo que pasó, por lo que me pueda a pasar a mi o a mi bebé, porqué me encuentren de la misma forma que mi madre me encontró y esta vez si me maten, lo peor de todo es que nisiquiera puedo pedirle protección a la mujer frente a mí, mucho menos contarle la realidad de todo lo que en realidad me sucedió.

Estoy consciente de que mi cilencio será un peso muy grande, pero no me importa, con tal de garantizarle el bienestar de mi bebé.

Ser madre será algo nuevo para mí, pero haré lo mejor que pueda con ello.

Me despierto y no se en qué momento me quedé dormida, pero no ha sido de mis mejores noches, más bien, de las peores, llevo días durmiendo mal, desde el beso con Francesco, gracias al infierno no ha tocado el tema, de hecho no nos hemos visto mucho.

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Francesco.

Camino por el río que tantos recuerdos me trae, ese río donde confesé los sentimientos más puros que he tenido y donde me rechazaron sin razón.

Se que sientes lo mismo que yo Fabiana.

No sé por qué, tiene tanto miedo de abrirse conmigo, de darnos esa oportunidad que podemos tener, no se que pudo haber sido eso tan fuerte que vivió que la dejo así, y me duele que se niegue a algo que puede ser nuevo y hermoso para ambos.

Me detengo absolutamente detrás de unas ramas en cuento veo a esa Diosa frente a mí, la miro de arriba abajo, no es algo que me esperaba, pero me deja perplejo.

Fabiana es hermosa, de eso no tenia dudas, pero ahora que la veo así, completamente desnuda, si, es una Diosa en toda la extensión de la palabra.

Siento mis pantalones molestarme por la gran erección que se ha formado en mi entrepierna gracias a la vista que tengo desde aquí. Nunca antes la había sentido tan dura en mi vida, he visto millones de mujeres sin ropa.

Pero ninguna me la ha puesto asi se dura como ella, que con tan solo mirarla, ya se me quiere partir.

No se en que momento sus ojos se encuentran con los míos, su semblante cambia a uno más tenso y molesto como habitualmente siempre se pone cuando estoy cerca, lleva las manos a su cuerpo, cubriéndose como puede, pero no puedo evitar mantener mi mirada sobre su hermoso cuerpo.

-¿Qué haces ahí viéndome imbesil?-Su voz se escucha a grito, y si ahora si me siento como un total idiota.

-Perdón yo...

-¡¡Date la vuelta cabron!!-Me Grita y por inercia a sus palabras lo hago.

-Yo...No vi nada Fabiana, no sabia que estarías aquí mucho menos así...Pero te juro que no vi nada.

Entre el amor y la venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora