Las lágrimas salen solas y sin control de mis ojos, me falta el aire y he comenzado a hiperventilar.
Me levanto tan rápido como me he es posible, no puedo seguir en la misma cama que él.
El nudo en mi garganta se hace más grande entre más lo miro.
El pecho se me estruja y todo me duele.
La cabeza me palpita.
Comienzo a vestirme entre soysos, quiero salir de ahí.
Necesito alejarme.
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Nisiquiera soy completamente consciente como es que llegue al Rancho de Maria, solo se que su voz se escucho lejos a pesar de que estaba frente a mí, vi sus labios moverse y sus ojos mirarme con preocupación, se que me esta hablando a mi.
Pero sinceramente no me importa, las lágrimas no paran de deslizarse amarga u dolorosamente por mis mejillas.
—Lo encontré Maria.—Digo con la voz quebrada y baja, mirando hacia la nada.—Encontré al hombre que acabó con mi vida.
Ese maldito anillo de lobo el cual estaba en el dedo de Francesco no ha salido de mi cabeza.
Más los recuerdos de anoche con él, fue tal dulce y tan...
Y sin embargo aquella noche fue tan..Bestia.
Me odio a mi misma.
Me enamoré.
Me enamoré de ese hombre que destruyó mi vida.
Lo amo y al mismo tiempo lo odio con todo mi ser.
Dos sentimientos tan opuestos, y ambos los siento por la misma persona.
Francesco Bianchi.
Mi esposo.
Mis ojos se fijan en Maria que me sarandea un poco para que salga del paralizado shook en el que sigo y es cuando su voz comienza a ser más clara.
—¿De qué hablas Fabiana? ¿Dónde encontraste a ese hombre? ¿Qué pasó?
—Lo encontré...—Soyoso, trato de pasar saliva pero el gran nudo en mi garganta me lo impide.—En la misma cama..en la que yo estaba durmiendo.
Su semblante cambia en cuanto sito esas palabras y su confusión se hace más grande.
—¿Cómo que en la misma cama? ¡Fabiana¡ ¡por Lucifer! ¿qué paso?
Las piernas me tiemblan, de hecho todo mi cuerpo lo hace, y el aire aún no me llega ni a las vías respiratorias. Siento vapor en todo el cuerpo y es asfixiante todo lo que estoy sintiendo en este momento.
Me siento como si estuviera en medio del mar, con una piedra pesada sobre mi que me lleva al fondo dejándome sin respirar, sin poder ver y nisiquiera puedo nadar hacia la superficie porque no tengo fuerzas.
—Él hombre que más odio en el mundo, es Francesco Bianchi.
Al decir eso las piernas me fallan y caigo arrodillada al piso y me niego a seguir aguantando, lloro, grito, soyoso.
Pero no disminuye el dolor que siento, no sirve de nada.
Pero solo quiero llorar.
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Francesco.
Me muevo en busca del cuerpo de mi esposa, pero extrañamente su lado de la cama esta helado, eso hace que habrá los ojos con confusión y la luz que radia por la ventana me molesta pero es soportable.
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Entre el amor y la venganza
RomanceSaga: Vida mafiosa #2 Traiciones, Odio, Secretos, Venganza, rencores y secretos del pasado. Dos reyes herederos y una princesa. Un error del pasado la llevará a cumplir una venganza prometida hacia una persona que está tres metros bajo tierra. U...