Capitulo 23

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Fabiana.

La luz blanca molesta mis ojos pero ya me he acostumbrado un poco a ella, miró a mi alrededor y no hay nada, todo es blanco y no donde estoy, solo hay un pequeño banquito blanco tambien a unos pasos de mí.

¿Desde cuándo me siento tan...Liviana? como si fuera una pluma.

—Byby.—Esa voz....

Lo veo con una sonrisa a unos metros de mi, con ambos brazos extendidos y no dudo en correr y abrazarlo.

—Santi.—Las lágrimas comienzan a llenarme.

—Mi hermosa esposa...

—¿Dónde estamos?

—¿No te lo imaginas ?—Nos sentamos en el banquito.

—¿Mori?—Me atrevo a preguntar.

—No y es algo que no harás.

—¿Por qué?

—Todavía no es el momento, tienes muchas cosas pendientes.—Besa mi mano.

—Pero estoy bien aquí.

—Hay gente que te espera, tienes que regresar.

Nefme...

Mi niña.

—No tengas miedo en hacerlo, todo irá bien, ya lo verás.

—Pero.. No quiero dejarte.—Soyoso

—Nunca lo has hecho, siempre estoy contigo, soy consciente de lo que has hecho por mi y te lo agradezco, pero...—Se calla.

—¿Pero...qué?

—No puedo decirte muchas cosas, pero tienes que volver, las cosas se irán solucionando poco a poco. Tengo que irme, pero no olvides lo mucho que te quiero hermosa.—Se levanta y me abraza antes de alejarse con una sonrisa, quiero alcanzarlo pero mis pies estas plantados en el suelo y no los puedo mover.

La luz desaparece dejándome en una completa oscuridad.

Siento un estruendo acompañado de un choque eléctrico y voces un poco lejanas de personas que no reconozco.

—¡Tenemos pulso!!—Dice una mujer

El pitido de las máquinas hace que me de cuenta donde estoy  ≪Un Hospital≫ Me duele la cabeza y el tengo una molestia en el cuello.

Quiero abrir los ojos y hago el intento en más de una ocasión peri es en vano.

Una ves más.

Vuelvo a fallar en el intento y hasta intentar abrir los ojos duele y no se por que.

Por alguna razón no tengo el control de mi propio cuerpo y no puedo estar sin moverme mucho más como si fuera un maldito vegetal.

Intento abrir los ojos una vez mas pero sigo sin conseguirlo, intento mover alguna otra parte de mi cuerpo pero tampoco lo consigo.

¡Vamos vamos!! Ese día mate a más de cien personas sin saber si eran buenas o malas solo por que si.

Vuelvo a hacer el intento y fallo.

Estoy fatal.

Francesco.

No paro de dar vueltas y es doloroso para mi, ya que aun no me he recuperado totalmente.

Hace ya un mes que pasó lo de mi disparo y quedé inmovilizado en una silla de ruedas, los doctores no sabían si volvería a caminar, me tuve que someter a montones de cirugías y dolorosas rehabilitaciones que parecían nunca acabar, por suerte ya cada vez estoy mejor pero eso no es lo que realmente me importa ahora.

Hace un mes también fue el accidente donde Klaus y Carlo dieron la vida por salvar a mi esposa, una perdida dolorosa que nos ha afectado a todos y desde que llegó Fabiana al hospital y la operaron, la inducieron a un coma del que no saben si despertara.

Ella es fuerte

Saldrá de esta.

Me repito a diario pero verla postrada en esa cama como un vegetal me tiene con miedo, Nefme está igual, y ya no se como manejar esta situación, al principio le ocultamos lo que había pasado, pero es una niña demaciado inteligente y se dio cuenta, no me quedo de otra más que decirle que su mamá había tenido un accidente.

Claramente es pequeña y no le iba a dar detalles ni decir que realmente pasó, como tampoco logró explicarme que hacía Fabiana en ese lugar, Salvador me dijo que fue a descargar su ira con otros como en muchas ocasiones ha hecho, pero hay algo que sigue sin quedarme claro.

Mi tío Domenico vino en cuánto se entero, al igual que Tiff, le ha tomado mucho cariño a Fabiana y es normal que este preocupada, dejaron los niños en Italia y me han brindado verdadero apoyo. Mi madre viene y va con Nefme y a traerme ropa y demás, no he querido comer mucho, solo cuando le digo a Nefme que si ella come yo lo haré también.

Los reyes de la Bratva también han venido a darme su apoyo, estábamos por reanudar negociaciones cuando pasó todo esto, también por lo que me di cuenta, la Reina Roja y La dama de la mafia Italiana, o sea Tiff y Laura, son mejores amigas, asique el apoyo también es para ella. Los Alemanes también han llamado, se excusaron por no venir personalmente, y es comprensible, todos tienen una mafia que atender, solo que mis allegados y familia lo dejaron en pausa por venir a apoyarme.

Hace unos minutos muchas enfermeras y doctores entraron a la habitación de Frabiana y no me quisieron dar respuesta en ese momento y solo ha hecho que mi alma prenda de un hilo a te la posibilidad de perderla.

La necesito conmigo

Me hace demaciado bien.

—Todo va a estar bien.—Escucho que me dice mi tío Domenico, no respondo, solo quiero que salgan y me digan que ella...Mi esposa, esta bien.

—Ella ha pasado muchas cosas, es más fuerte que esto.—Dice Alvaro y logro escuchar los soyosos de Maria que solo ha estado llorando por miedo a Fabiana.

Veo al doctor salir y me acerco antes de que el lo haga.

—¿Cómo está doctor?

Es el mismo doctor que me atendió a mi es de toda mi confianza.

—Señor, debería estar reposando la pierna.—Me dice.

—Eso me vale una mierda si de mi esposa se trata ¿Cómo está mi mujer?—Pregunto casi gritando sin paciencia alguna.

—No te voy a mentir, la señora Fabiana no esta nada bien, creí que al inducirle el coma podría detener los paros que esta teniendo, pero acaba de tener uno. Por suerte con adrenalina y electrochops pudimos reanimarla, pero hay que estar atentos, podría entrar en paro nuevamente en cualquier momento.

—¿Y qué puedo hacer? Qué se puede hacer para detenerlo.

—Por ahora, esperar, no voy a permitir ninguna visita, quienes únicos podremos entrar seremos yo y una enfermera de toda mi confianza.

—No me parece.—Refuto con evidente molestia.—Nadie me va a prohibir ver a mi mujer.

—Es por la seguridad de la paciente...

—Su seguridad se la doy yo doctor.—Lo callo.—Igual que el maldito dinero con el que se da la vida que tiene asique no me venga con mamadas.

—¡Cálmate sobrino!!—Interviene Domenico.

—No me jodas tío, en mi situación estuvieras hasta peor.—Lo callo.

Las lágrimas siguen corriendo por mis ojos y estoy seguro que los mismos están rodeados por las ojeras que se que cargo de tantas noches que llevo sin poder dormir, el doctor se va y sigo dando vueltas.

Quiero verla.

El doctor dijo que me prepararía una orden para que solo yo pudiera verla, mientras tentó que esperar y ciertamente carezco de paciencia.

Entre el amor y la venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora