Capitulo 33

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Ésto era una bomba de tiempo que tarde o temprano iba a explotar y así fue.

Mis palabras fueron como esa bomba detonante que faltaba por salir.

Por fin pude sacar eso que tenía en el pecho desde hace tanto tirmpo.

Francesco me mira con una clara confusión y sorpresa por mis palabras, Leah esta como si esto fuera una pesadilla y su esposo no fuera capas de hacer algo tan atroz como eso.

Mi pecho sube y baja durante algunos segundos por la agitación que me da haber expuesto mi pasado de una vez por todas. El aire me llega insuficiente a los pulmones pero eso solo es el menor de mis pesares.

—Eso harás.—Mi tono de voz baja, me he quedado vacía por dentro al revelar mi pasado y si antes tenía la garganta desgarrada ahora nisiquiera tengo garganta.—Violarme otra vez.—Mi voz se rompe más por el llanto.

La expresión de Donaletto es una clara declaración de que no se esperaba tal cosa de mi, quizás pensó que no tenía los cojones para exponerlo frente a su hijo, pero se equivoco.

Comienza a retroceder varias veces mientras niega intentando convencer a Francesco de que no es cierto y que no me crea, hace una expresión de dolor claramente fingido.

—No le creas mijo ¡Hayy!—Gruñe.

—Eso es lo que eres, un asesino, maldito cobarde violador.—Digo acercándome haciendo que se retuerce por un supuesto dolor.—¿Qué te pasa? ¿Eh? ¿Qué tienes? Te las das de muy macho pero te acobardas frente a tu hijo. ¡Eres una maldita rata asquerosa!

—Creí que me esta dando un infarto hijo.—Agarra su brazo fingiendo un dolor real.

—No le creas, está fingiendo...

Francesco se acerca a el.

—¡Ya Fabiana! Mi papá está mal, ¿no te das cuenta?

—No le creas.—Soyoso.—Te esta mintiendo, lo hace para...—Intento pasar saliva pero el nudo en mi garganta me lo impide.—Para manipular te.

—¡Fabiana que está mal mi papá!—Repite en voz alta con lágrimas en los ojos que recién le veo deslizándose por sus mejillas mientras mi asqueroso violador no deja de quedarse por un supuesto dolor.

Mi reacción pudo haber sido otra tal vez, pero no soportaba ver como Donaletto se aprovechaba del ciego amor de Francesco para manipularlo tan descaradamente por lo que me fui corriendo de ahí.

Mientras corría saliendo de la casa logré escuchar la voz de Francesco gritando que alguien llamara a una ambulancia.

No me creyó a mi.

Y eso me duele.

¿Pero qué mierda esperabas Fabiana?

Soy idiota en verdad.

Claro que le va a creer al hombre que ha estado con el desde que tiene memoria, mostrandole una faceta de hombre perfecto e intachable que obviamente es falsa.

Quizás me equivoque con Francesco y nuestro amor no es lo suficientemente grande como para lidiar con esto.

Tal ves el amor que le tiene a su padre es mucho más grande que la verdad que le he mostrado de el y que por razones lógicas, no quiere creer.

Por mi cabeza surge la gran pregunta de ¿El amor está hecho para mí?

Primero Donaletto mata a Santiago en nuestra noche de bodas y ahora por el también es posible que me separe de Francesco.

Puede que me haya hecho ilusiones en vano y que mi destino finalmente sea sufrir por amor toda mi vida.

Mi teléfono suena y es un número que no reconozco y por mi mente cruza la posibilidad de que sea sobre Nefme lo cual hace que conteste de inmediato dejando de correr.

Entre el amor y la venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora