Capitulo 39

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  ≪Una Semana.≫

Esas palabras se repiten una vez más en mi cabeza, el silencio y la soledad de la habitación me aguarda.

Creo que ya se ha vuelto costumbre el que pase tanto tiempo en una cama de hospital.

Un ardor agudo en mi espalda, tobillo y teta me sacan una mueca y quejido de dolor.

Parece que ya se han pasado los efectos de los sedantes.

La puerta vuelve a abrirse y me jode tener que esperar a que quien haya entrado tenga que hablar para reconocerlo.

Otra cosa que tengo que agradecerle a la zorra de Yilena.

Espero un poco impaciente que la persona que ha entrado ha le para reconocerla, pero tardo algunos segundos en escuchar su voz.

—¿Cómo estás?—Su voz es igual de suave que siempre, pero sabiendo nuestro último encuentro, me extraña verlo aquí.

—De la mierda.—Respondo cortada, un abrumante silencio algo incómodo se dispersa en la habitación y es increíble lo extraño que se ha vuelto incluso el hecho de compartir el mismo aire.

—Nefme me contó lo que pasó.—Dice rompiendo dicho silencio.—Y como le explicaste porque no las rescaté, yo le dije que mi padre esta enfermo y...

—No quiero saber de ese hombre.—Lo interrumpo.

—Es mi padre.—Dice.

—Es...El hombre que destruyó mi vida, mato a Santiago y me violó ¿No lo entiendes?

No puedo creer hasta que punto su padre lo tiene manipulado, parece una vil marioneta de su padre.

—¿Sigues con eso Fabiana? ¡Por Lucifer! Mi padre no sería capaz de matar a alguien inocente, mucho menos de cometer un acto tan atroz colo el que dices, a no ser...—Se calla.

—¿A no ser qué?

—A no ser que Santiego no fuera tan inocente como dices.

Sus palabras hacen que la sangre me hierva, no soy capaz de entender hasta que punto Francesco es capaz de volverse un cabron idiota por mantener a su padre en el pedestal en el que lo tiene.

—No te atrevas a decir algo en contra de Santiago.—Le Advierto.—No lo conociste, no puedes hablar de un...muerto así, ¡Respeta!

—Es igual que tú hablando de mi padre sin conocerlo.

—Tus palabras solo me demuestran que en realidad no conoces a tu padre.

—¡Por Favor Fabiana! ¿Cómo no voy a conocer al hombre que ha estado conmigo desde que nací?

—Porque te ha estado mostrando su lado bueno y perfecto, algo muy distinto a lo que verdaderamente es.

—¡Ya vasta!—Alza la voz.

—¡Es la verdad Francesco! Pero por lo que veo vas a seguir negandolo.

—No vas a hacer que cambie mi perspectiva hacia mi padre.

—Eres su marioneta date cuenta.

—¡Ya! Haber, dime, ¿Cómo es...que abuso de ti? según tú.

—Tenia puesto un pasamontañas, no lo pude reconocer al instante hasta...

—¡Mierda Fabiana!!—Exclama gritando interrumpiendo mis palabras, me duele que me trate así.—Te das cuenta de que cada que te pregunto me sacas una historia diferente, no tiene coherencia.

—Tal vez entendieras si me dejaras terminar la historia de una puta vez.—Se me colma la paciencia.—¡Vete!—Pido.

—¿Qué..?

Entre el amor y la venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora