Entre el amor y la venganza

Capitulo 9

El dolor en mi pecho aumenta con cada intento de respirar que hago inútilmente, siento una pequeña capa de sudor que se ha formado en mi frente, mi pecho sube y baja por la falta de aire, el nudo en mi garganta se hace más grande y nisiquiera me deja pasar saliva, los ojos criztalizados me pican, la cabeza me duele.

Quiero llorar.

Las pesadillas, más bien recuerdos de esa noche me siguen atormentando, más ahora que duermo en la misma habitación que un hombre, hacia años no compartía ni siquiera el mismo aire que un hombre, y me aterra siquiera eso.

No puedo dejar de pensar que estoy traicionando a mi esposo, han pasado años y me sigue doliendo su muerte, más todo lo que paso esa maldita noche...

Esa noche que no solo acabo con la vida de mi esposo, con la mia también.

Estoy muerta por dentro.

Por culpa de ese maldito.

Ese maldito enmascarado con anillo de lobo.

Es algo que nunca podré olvidar y mucho menos...

Superar..

Era lo único que podía ver entre la lluvia y la oscuridad.

Ese maldito desquiciado que me destrozo el alma y la vida.

Pero un día lo voy a encontrar.

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—¡Mami!—Los brazos de Nefme me rodean en un pequeño abrazo haciéndome sonreír, ella logra eliminar cualquier cosa mala que tenga solo con su hermosa voz.

—¡Pulguita mia!—Me agacho para quedar hasta su altura y llenar su carita de besos.—Mamá te extrañó mucho.

—Yo también te extrañé mami ¿por qué te fuiste? Te estaba esperando en tu cuarto y me quedé dormida.—Hace puchero.—¿Te enojaste porque no te sorprendí?

—No mi amor, mamá nunca podría enojarse contigo.—La beso.—Sabes que eres lo más bonito que tengo ¿verdad?

—Que linda mami.

—Yo te a...

—Mo.

—Y tu me a...

—Más

—Te amo mami.

—Yo más pulguita traviesa.

Pellizco su nariz y ella me sonríe.

—Pulguita, mamá tiene que hablar contigo.—Me pongo seria recordando el tema de Francesco que tengo que tocar con ella y no se de que forma, es una niña pequeña y lógicamente no entendería del trato por dos años que tengo con los Bianchi, tengo que decirle de otra forma.

—¿Qué paso mami?

—¿Recuerdas el hombre del que me salvaste? —Digo oara no decir que fue al que le disparo, auqnue es la verdad, no quiero que se sienta que la estoy cuñpando o algo asi.—¿él del callejón?

—Si mami, el me salvo de unos hombres malos que me perseguían.—Me cuenta reafirmando la versión que me dio Francesco cuando nos vimos por segunda vez.—Al que castigue para que te soltara, el es bueno, pero no quería que te lastimara.

—Mi amor ¿ese hombre no te trato mal?—Niega.

—Fue muy bueno conmigo mami, me iba a ayudar a buscarte, y me ayudo a subirme en su auto.

—Entiendo cariño.

Sonrío, la verdad es algo que no me esperaba de Francesco, me negaba a creer que era así, estaba viendo otro lado de el, uno negativo, pero esto me demuestra que no es el hombre que realmente pensaba.