Después de revisar otros asuntos en los laboratorios, despedir a varios ineptos más y hacer los controles con la producción de la droga, voy a buscar a mi pequeña pulga. No demoro en encontrarla en la oficina de Irina jugando algo en la computadora, muy entretenida.
—¡Mami miraa!!—Grita en cuanto me ve.—Le gane a la tía Irina.
Con una sonrisa me acerco a ver.
—Esa es mi princesa pulgua.—Digo sonriendo al ver el juego en la pantalla.
—Hiciste trampa, pulga tramposa.—Irina se hace la indignada.
—No es mi culpa tía, es que tú ya eres mayor y yo tengo que ganar.—Sonríe maliciosamente, ruedo los ojos.
—Siempre consiguiendo lo que quieres niña. Bien te debo un algodón de azúcar.—Dice Irina encogiendose de hombros.
Entrecierro los ojos para mirar fijamente a la manipuladora que tengo como hija.
—Pulga...
—Si mami.—Dice con inocencia.
—Ya te había dicho que si comes helado no vas a comer algodón de azúcar.
—Mami pero la tía me lo puede dar mañana, fue una apuesta y yo gane.
—Pero con trampas.
—Pero gane mami, y las apuestas se pagan.
Miro a Irina antes de rodar los ojos ambas nos reímos. Irina además de ser mi secretaria, es mi amiga, Nefme le tiene mucho cariño y es la única que sabe por toda la mierda que he pasado.
—Bueno pulga, vine a buscarte para ir a la feria.
—Por fin vamos a ir mami.—Asiento.—¡Siiii!—Celebra con entusiasmo.
—Bien vamos, pero no te alejes de mi, de acuerdo pulga.—La señalo con el dedo como advertencia.
—Prometido mami.—Alza su mano en señal de paz y promesa.
Ambas nos despedimos de Irina y salimos caminando tomadas de la mano.
Estaciono el auto y ambas Bajamos del auto, veo como Nefme mira a todos lados con gran entusiasmo, se que querrá subirse a todo.
—Mami ¿me dejas subirme en ese carrusel?—Me señala con la mano a un carrusel de caballos alados que gira.
—Si la pulguita de mamá lo quiere...
—Gracias mami.
Corre y prácticamente me jala hacia ese lugar.
Cualquiera podría pensar que malcrio demciado a Nefme, pero solo quiero que sea feliz y tenga lo que quiere, y así no siente tanto la ausencia de una figura paterna que no le puedo dar.
Ignorando ese pensamiento doloroso me enfoco en ayudar a subir a uno de los caballos a la pulga, me dice adiós con la mano en el momento en el que el carrusel comienza a girar lentamente, la escucho gritar un "arre caballito" que hace que una risa se me escape de los labios.
Es como la tercera vez que me pide una vuelta en ese carrusel, cosa que por tercera vez no he podido negarle gracias a esos ojitos que me hace.
—Mamii!!—Chilla.—Me compras un algodón de azúcar.—Me señala un carrito que esta un poco lejos del carrusel que aún está en movimiento.
—Cuando bajes te lo compro cariño.
—Mami porfa, para eso falta mucho.—me hace ojitos.—Yo voy a estar tranquila aquí, Aston me protege.
—¿Aston?
—El caballo.—Me sonríe.
Niego varias veces y le hago la advertencia de que no se mueva cuando el carrusel se detenga hasta que yo vuelva.
ESTÁS LEYENDO
Entre el amor y la venganza
RomanceSaga: Vida mafiosa #2 Traiciones, Odio, Secretos, Venganza, rencores y secretos del pasado. Dos reyes herederos y una princesa. Un error del pasado la llevará a cumplir una venganza prometida hacia una persona que está tres metros bajo tierra. U...