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POV JENNIE.

Volví a repasar los argumentos para mis adentros.

Un artículo en un periódico no podía definirme.

Ya me había enfrentado a muchas adversidades y las había superado.

Solo tenía que esforzarme más, hacerlo mejor, demostrarles que iban a comportarse como tontos si se deshacían de mí.

Para mí, todo seguía igual.

Volvía a estar detrás de mi mesa, actuando como si el artículo recién publicado nunca hubiera llegado a imprimirse.

Había confiado en Lalisa. Pensaba que me conocía. Y me había dejado alucinada cuando leí el perfil. Lo único que había sabido de ella desde entonces fueron las dos palabras que me envió en un mensaje.

«Lo siento».

Se me revolvía el estómago al recordar algunos fragmentos del artículo.

En él explicaba que algunas personas no eran aptas para los grandes consorcios y me sugería que me centrara en pequeñas empresas emergentes.

Astro había sido una pequeña empresa emergente. ¿Cómo se atrevía a decirme que debía abandonarla y seguir adelante? Decía que me gustaba ensuciarme las manos y que rehuía el trabajo de cara al exterior, en lo cual podía tener algo de razón. Pero hacía todo el trabajo, lo bueno y lo malo, lo esencial y la parte en la que negociaba con los accionistas y el mercado.

Ella había visto muchas pruebas de ello.

Creía que me conocía.

Y yo a ella.

¿Cómo me había equivocado tanto?

Unos golpes en la puerta de mi despacho me sacaron de aquella maraña de frustración y apareció Chaewon en el umbral. Intenté no quejarme, pero era la última persona a la que quería ver.

No me apetecía que me reprendiera por algo que era responsabilidad de Lalisa.

Levanté la mano.

—No voy a discutir contigo sobre el perfil.—le dije—. Le di acceso total. No soy responsable de lo que ha escrito. —Me puse a responder correos para no tener que ver su cara de desprecio.

Se desplomó en la silla frente a mi escritorio.

—Lo sé.

Sorprendida por su respuesta, la miré.

Tenía los hombros algo encorvados, lo que era un gran contraste con la postura erguida que solía adoptar.

Y me miraba con expresión neutra, los ojos apagados y un poco desganados.

—¿Qué quieres decir?

—Has hecho todo lo que te pedí.—respondió—. Le diste acceso. No intentaste controlar la historia.

—¿Estás diciendo que el perfil no es tan malo como creo? .—Si venía a decirme eso, no había leído el mismo artículo que yo.

—No, es tan malo como crees.

Tal vez Chaewon me pareciera irritante y su trabajo, innecesario, pero siempre había sido sincera conmigo y eso era algo que normalmente valoraba.

Aunque ese día me sacaba de quicio.

—Entonces, ¿vas a decirme que podemos darle la vuelta o que no es para tanto? .—Esperaba verla envuelta en un torbellino de energía, con una presentación sobre qué hacer a continuación. Pero no estaba percibiendo esas vibraciones.

Ceo KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora