07-Recuerdos

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Narradora

Los días pasan volando, si seguía de ese modo pronto vendría el perido de celo; el venado no estaba nada alegre por ello. La mayoría no sabía que que subgénero era; tal vez algunos si. Pero los demás no, tampoco sabía como reaccionarian y menos tenía ganas de que se enteren.

Muy aparte no le gustaba recordar esos momentos de cuando estaba vivo que fueron horribles... Tenía que utilizar supresores para no tener el periodo de celo y gracias a ello quedo con daños irreparables, solo le quedaba tomar las consecuencias luego, ¿por qué? Solo por un maldito alfa que fingía quererlo, y el solo podía creerle incluso si en frente suyo empezaba a coquetear con otros omegas "que se comportaban como debia comportarse un verdadero omega" según el miserable.
Alastor no lo olvida y se odia por ello ¿como pudo caer tan bajo por un simple "amor"? Si así podía nombrarse; pero se pregunta ¿qué hubiera pasado si no tenía a nadie a quien acudir? Si Rossie, Husk y Niffty en ese entonces no lo hubieran ayudado, no sabría que pudo haberle pasado por el excesivo consumo de supresores que utilizaba en esos tiempos. Ahora que lo recuerda mejor, no era solo en esos períodos, era para cualquier día que sus feromenas fueran visibles para alguien.

—Al ¿estas bien? ‐dijo Rossie, mirando al locutor preocupada-

De alguna manera siempre cuando se le venían a la cabeza esas cosas, buscaba apoyo donde Rossie, sus orejas agachados ojos cristalinos, cabiz baja. Su amiga solo lo miraba, ya sabía que era y no le gustaba para nada eso.

—No se que voy a hacer querida, tengo de alguna manera miedo.. -dijo aún mostrando una sonrisa- ¿qué voy a hacer? Estoy aterrado de lo que vaya a ocurrir, si pudiera solo...

—No -dijo la beta- Sabes muy bien porque te los restringimos en primer lugar.

Alastor sabía y no le gustaba para nada, las anteriores veces no tenía que pedirle eso a Rossie, pero los que se venía era peculiar, no quería que se enteraran, al menos los que faltaban del hotel.

—Muéstrame tu mano ‐el omega le hizo caso- Es enserió, querido lo prometiste sin supresores y que pasa me encuentro con un pinchón en tu brazo.

El omega sólo pudo mirar a otro lugar, solo se mostraba de esta manera a su amiga, si alguien más los viera si no sabría que haría. Justo sono la puerta, hoy día la dama había cerrado su boutique temprano para poner su total atención en su viejo amigo.

Ambos voltearon a atrás, era Husk con Niffty, el ciervo solo oculto su manga y miró como se sentaban en el sillón opuesto.

—¡Es enserió Alastor! -grito Husk votando el supresor en la mesa-

Nadie dijo nada, Niffty antes de ello realizaba su labor como mucama, haciendo la limpieza; todo sería normal si no fuera por pequeñas gotas de sangre en los aposentos del locutor, Niffty miro por todos lados busco y busco, solo miro abajo y ahí estaban... Supresores, aquellos que claramente los tres amigos le habían prohibido, se preocupo y a escondidas fue donde Husk, para dárselo. El felino solo pudo negar con la cabeza para pararse de su asiento en el bar y salir. Niffty tardo un poco porque necesitaba dejar todo limpio sin evidencia de los sucedido.

Volviendo al presente el demonio de alas esperaba alguna palabra del contrario, no obtuvo nada. Niffty se sentó al lado del omega y lo abrazo; Alastor no se immuto. Como siempre no diría nada aunque lo atraparon.
Husk solo pudo verlo, se le notaba la preocupación dime porqué, le pidió, nada. Habla al menos, di algo por favor Alastor su tono había subido, estaba exaltado se suponía que el locutor había mejorado, como después de tantos años vuelva a decaer como si nada.

—Lo siento -fue lo que dijo el omega- lo siento mucho.. -sus orejas seguían bajas-

—Solo, si lo hubieras dicho, se supone que somos familia!!! -dijo el alfa enojado- En vida y en muerte Alastor. Porque sólo vas con Rossie, porque no nos dices nada. Niffty esta preocupada, yo estoy preocupado, no lo ves.

—¡Qué querías que te dijera! -dijo Alastor parándose- Ese día te traté igual de horrible como a las demás almas, Niffty es pequeña, no debería escuchar estas cosas. Husk... tengo tu alma, no olvides que me debes odiar por ello.

Nadie dijo nada, el locutor solo pido irse dem lugar, mientras los demás solo se quedaron pensando. No entendían este comportamiento el mismo tampoco. Porque estás cosas ocurren justo ahora.



Un Amor Confuso Y DolorosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora