26-Amado

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Narradora

Los días pasan volando y al parecer el celo de los omegas llegaría el mismo día.

—Será mejor que vallan haciendo sus nidos -hablo Alastor con una sonrisa a los demás omegas- Hay que estar precavidos pero eso no quiere decir que los estén vigilando cada segundo -se dirigió a los alfas que veían desde la puerta de prendas a los tres contrarios sentados en el piso-

Solo pudieron bajar la cabeza en regaño, Husk por otro lado estaba con vergüenza, nunca se había comportado de ese modo y estaba inquieto con la llegada del celo de Angel.

—Olvidenlo.. -el ciervo solo pudo sobarse la frente con los dedos- Hagamme el favor de preparar el desayuno, Charlie tu ayudas con la mezcla pero Husk es el que fríe ¿de acuerdo? -solos pudieron asentir para ir corriendo a la cocina a preparar los comestibles-

Solo pudo suspirar al ver como se alejaban, para mirar con cierta ternura a los dos omegas que elegían las prendas para su nido. Todavía le preocupaba sobre el celo pero dejaría ese pensamiento para más tarde.

—Alastor no vas a hacer tu nido -pregunto Anthony al ver que el ciervo solo se sentó en una esquina-

—Lo haré luego querido -Vaggie lo miro sorprendida- No te preocupes solo que necesito hacer algo antes de que llegue nuestro querido celo... -resaltado lo último con gracia- Si me disculpan me debo retirar, creo que esta oliendo a quemado y tal vez quemaron la cocina de nuevo -los contrarios empezaron a oler el ambiente, miraron al locutor pero este ya había desaparecido-

Bajo las escaleras poco a poco y que sorpresa la cocina estaba prendida en llamas y la princesa intentaba hecharle agua mientras el felino movía sus alas haber si con eso se apagaba. Nego con la cabeza y apago el fuego, los alfas estaban de rodillas recibiendo una reprendida por lo que ocurrió, al final de cuentas tendría que preparar em desayuno.
Pudo terminar a tiempo para ir a su habitación y hacer su nido con las prendas que escogía con anterioridad, Niffty lo ayudo a guardarlas y traerlas cuando fuera el momento.

Miro todo lo que había en el lugar, pero se sorprendió por cierta prenda una de color blanco con ciertos toques rojos y rosado claro. Lo olió por un momento y movió su colita de ciervo al estar a gusto con la prenda, estaba decidido estaría en el centro.

—Manzanita ya llegué -hablo Lucifer desde la entrada, al parecer no estaba enterado de nada- Man- -Charlie le termino poniendo una mano en su boca para llevarlo a otra sala-

—Papá ¿qué haces aquí? Pensé que te quedarías más días en el castillo -la princesa estaba nerviosa-

—¿Sucedió algo en mi ausencia? -ya le estaba preocupando la reacción de su hija-

—Pasaron muchas cosas papá -Lucifer ya estaba preocupado- Es que... Hoy empieza el celo de los omegas y ellos son muy territoriales, es por eso.

Por un momento todo se quedó en silencio, al menos hasta que se empezaron a identificar las feromenas de los omegas. Ya estaba empezando el ciclo y los omegas estaban buscando a su pareja.

—Papá hablamos dentro de una semana, nos vemos -fue lo último que dijo la princesa para correr directo a la habitación de su pareja-

El rey del infierno solo pudo mirar al bartender que estaba en bar.

—No me diga nada porque ahora debo atender a mi compañero -dijo el felino mirandolo- Por cierto, algo malo le sucede a Alastor y tiene que ver contigo me valdrá mierda que seas el rey te voy a matar.

El rey sólo pudo suspirar, muy a parte la amenaza del felino se quedó en su cabeza. Subió los escalones hasta su torre sumergido en sus pensamientos hasta llegar a la entrada, pero... La puerta no era como la de su torre. Estaba en la entrada de la torre de Alastor, nego con la cabeza para voltear e irse hasta que alguien lo jalo de la mano y lo metió a la habitación.

Un Amor Confuso Y DolorosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora