Un Amor Confuso Y Doloroso

09-Encuentro y escapé

Narradora

Podria decirse que la mayoría empezaba a pensar que aquel demonio los abandono; solo dos pequeñas que todavía tenían cierta esperanza de que eso no era verdad. Era de esperarse ya que eran como las cachorras del locutor.
Por otra parte estaba Fred, que había desaparecido el mismo tiempo que Alastor, pero nadie se dio cuenta hasta que volvieron a revisar las habitaciones como última opción. No le dieron mucha importancia hasta hacer la revisión nuevamente.

—Si Fred no esta.. significa que debe estar con Alastor, ¿verdad? -dijo para mirar a los demás-

Solo la podían mirar angustiados, ya era de saberse que si una persona desaparece pero a tomado a algunas como cachorros pasarán por luto y negación al tener un vínculo de familia.
Seguirían mirando a la pequeña si no fuera por que se habría la puerta principal, y ahí estaba.. Fred, todo campante con maletas mirando si había alguien, como si escondiera algo. No se  habia percatado de la presencia de los demás por que estaban en otra sala, subio las escaleras y coloco las maletas en los aposentos del demonio.
Los demas en puntillas lo estuvieron siguiendo y con la puerta semi-abierta miraban las acciones del contrario.
El luego de acomodar todo y hecharse en la cama se dio cuenta de la presencia de los demás, y como un pollito se dio a la fuga.
No duró mucho hasta que Husk lo atrapó y se lo llevó al hotel, ya parecía interrogatorio el lugar; Vaggie tranquilizaba a su novia, y Niffty buscaba entre las cosas del demonio para encontrar alguna pista.

—¡Deja de hacer eso, el jefe me pidió que nadie tocara sus cosas! -exclamo para intentar detener la más baja-

—Entonces sabes donde esta Alastor -dijo Charlie para abalanzarse a la silla donde lo tenían amarrado-

El huevo solo podía mirarla con miedo por la expresión que tenía, solo asintió.

—¡Ven! Les dije que estaba con Alastor, por favor dime donde esta -hablo la alfa con ojos de cachorro-

—Alastor dijo que ya lo sabían -dijo el secuestrado con confusión- Se llevó las cosas y fue a una reunión con la dama hermosa.

Todos se miraron entre sí ¿como que ya lo sabíamos? Se preguntaron, miraron al contrario que ya temblaba de miedo, parecían depredadores que iban a comer a su presa ya cazada.

En este caso huevo frito.

—Dijo que había dejado una nota en la cocina... -fue lo último que dijo antes de que todos corrieran como de maratón se tratara hacia la cocina-

Llegaron, no había nada... Volvieron donde dejaron am rehén, tampoco estaba había vuelto a la fuga y quien sabe a donde se fue a ubicar.

En otro lugar, ya hacia el locutor qie miraba por la ventana de la cafeteria a su ayudante correr, solo para que el contrario saltarse y se apegara a una de sus piernas. Alastor solo pudo suspirar y agarrarlo para que se sentará al lado suyo.

—Sabes... estos lugares me relajan -el menor puso su atención en lo que decidia- Me recuerdan a cuando estaba vivo. -dijo con su estática de siempre para tomar si taza de café.

El más chico solo lo miro, para luego comer el postre que el locutor pidió para el, al igual que la bebida de fresas. De alguna manera cuando supo que su ex jefe falleció, no pudo evitar llorar era el único que quedaba con vida, su hermanos ya no estaban con él.
El locutor en ese tiempo le entregó un pañuelo, y poco a poco ya no pudo despegarse.

Ya habían terminado de consumir sus aperitivos, los dos se levantaron, se despidieron del cordero que los atendió y con un chasquido estaban en la torre de radio del hotel.

—No hay que hacer bulla querido, por que tal vez nos puedan atrapar -dijo el más alto para dar una señal de silencio-

El menor asintió y cerró todas la puertas para que nadie pudiera entrar, el locutor encendió su radio buenas tardes demonios del infierno, es bueno estar de vuelta al aire con este clima para morirse. Todos los demás lo escucharon desde la radio de abajo, nadie pido reaccionar hasta ver a la hija de Lucifer correr hacia las escaleras en dirección hacia la torre de radio.