Un Amor Confuso Y Doloroso

02-Actividades

Narradora

Ya habían pasado días de los ocurrido, la alfa sólo pudo seguir con sus actividades, con algunos mimos de sus omega en el transcurso. No se olvidaba lo que le había dicho a su papá y como lo había tomado.

—Alastor, puedo hablar un momento contigo... -pregunto la pequeña al locutor que estaba en el bar-

El solo la miro curioso moviendo sus orejas una bajada y la otra en alto, dejó su vino a un lado y se fue con ella a otro lugar.

—¿Qué pasó esta vez linda? Tu semblante casi nunca esta decaído -dijo para ponerle una mano en el cachete de la paqueña-

Ella solo lo podía ver, no sabía como decirle lo que le contó a su padre, si se enojaba, si ya no la quería o la trataba como su cachorra.

—Querías saber si hibas a participar en la actividad de hoy, ya casi nunca compartes tiempo con nosotros, yo pensé... -hablaba para recostarse en la mano del contario-

—Si quieres que este entonces lo haré, pero te adelanto que tal vez tengamos una visita de Rosie.

Charlie la miro con ojitos iluminados y el contrario solo pudo suspirar, ni el se creía lo que haría. Los juegos empezaban por la tarde entonces solo fue a su estación de radio y se quedó allí hasta que lo llamaran.

Al final Niffty vino llamándolo rey cucaracha mientras ambos se reían sobre su entendimiento hacia el otro. Fue jalado por la pequeña hacia la sala donde todos los demás estaban esperando. La actividad consistía en preguntas y respuestas sinceras, Vaggie solo esperaba que nada saliera mal. Por otro lado el locutor queria que terminará rápido, para colmo, llego su primera pregunta.

—Alastor.. -dijo Charlie nerviosa- ¿alguna vez tuviste la idea de ser la pareja de mi padre? -el omega se sorprendió por la pregunta-

—Por suerte no querida, digamos que es muy pequeño para mi gusto -hablo moviendo sus dedos es seña de pequeñes-

Husk solo podía aguantarse las ganas de reír por la cara del gobernante, Angel por otra parte salía con palomitas de la cocina, el decía yo no busco chisme, el chisme viene a mi , mirando a Husk para que se aguantara las ganas de reir. La alfa solo lo miro avergonzada para seguir con el juego.

—Su alteza, si fuera esposo de Alastor ¿qué haría? -dijo Husk poniendo énfasis en todo, quería meterle candela a la situación-

—Ya que preguntas, le pondría veneno en su café -hablo mirando al venado que justamente tomaba una taza de café-

—Que bueno, por que si usted fuera mi esposo me bebería ese café ‐dijo el omega para tomar otro sorbo de su cafecito-

Husk parecía disfrutar la situación comiendo la palomitas que Angel le dio. Vaggie ya andaba estresada, y su alfa avergonzada de como llegaron  a esto. Hubiera seguido el silencio si no fuera porque la puerta se habría llegando una dama con elegancia asía el locutor.

—Buenas tardes, mi estimada Rossie -dijo Alastor para besar la mano de la beta-

—Ay querido, porque tantas formalidades si nos conocemos hasta en vida -dijo para agarrar su mejilla-

—Rossie... -dijo Husk en el bar-

—Cuanto tiempo Husk, su alteza -exclamo lo último dando una reverencia-

Rossie se recompuso y fue a abrazar a Charlie, la cual lo recibió alegremente. Le explicaron las reglas del juego y volvieron a lo mismo.

—Rossie ¿verdad? ¿Cómo se conocieron tu y Alastor y de qué murieron?

—Que encantador.. -dijo mirando a la Araña-

—Angel ¿verdad? Respondiendo lo primero nos conocimos por una fiesta. Y lo otro... -bajo su tono de voz-

—No tienes que responder si no quieres querida -dijo Alastor con su tono de radio apagado, lo cual sorprendió a todos-

—Tranquilo querido, mejor pido tu permiso -solo recibió una movimiento de cabeza del omega-

El omega araña solo miraba confundido, lo demás estaban en shock por escuchar a Alastor sin su estatica común, mientras que Lucifer miraba el comportamiento del locutor un poco angustiado.

—Volviendo a tu pregunta querido, Alastor murió... -paro unos segundos y volví a hablar- por un disparo en la cabeza y comido por perros, y yo... Morí envenenada por mi madre.

Nadie pudo hablar con lo dicho, la beta de gran sonrisa se quedó seria con lo último, la alarma del tiempo de la actividad se había acabado. Nadie sabía que hacer, Alastor la apago y acompaño a su amiga hacia su casa.