Un Amor Confuso Y Doloroso

19-Verdad

Narradora

Los días pasaban, ambos demonios no se tomaban la palabra su ignorancia era mutua, el omega ya empezaba a olvidar lo sucedido de todas formas pronto se acercaba su celo, lo cual era más importante que lo anterior en especial si su instinto está oculto por pena.

-Charlie querida, no vuelvan a tocar la cocina otra vez ¿de acuerdo? -dijo mirando a la contraria que tenía ojos de cachorrito- Es la tercera vez está semana que de alguna forma, que ni yo entiendo queman la cocina -la princesa estaba cabiz baja por el regaño solo subió su rostro cuando sintió que le acariciaba la cabeza-.

En respuesta ronroneo un poco, Vaggie estaba llegando con algunos papeleos del hotel que se habían dejado de lado y ahora se les había acumulado. Al locutor se le estaba apunto de estallar una vena, solo suspiro y se llevó la mayoría de las torres de papel hacia sus aposentos.
Por otro lado el alfa se estaba peleando con su instinto por la ubicación del omega, de alguna manera en sus adentros era más sincero que su conciencia. Que iba a hacer, no lograba comprender ese sentimiento, era casi similar a lo que sintió con Lilith de alguna forma sentía que la estaba traicionando mientras que su yo interno a cada rato le recordaba que estaban divorciados de la alfa; no soporto más y salio de la habitación encontrándose con aquel demonio que no salía de su cabeza, abrió su boca para decir algo pero el más alto se pasó de frente sin verlo, no habían terminado en buenos términos y parece que sería difícil solucionarlo.

-¡Que te dijo qué! -hablo Rosie a través del teléfono antiguo de su galeria- Ahora si lo mato, ¿por qué no me dijiste en su momento? Me valía un comino que fuera el rey del inframundo nadie juego con los sentimientos de mi cachorro -la fama estaba furioso por la confesión de Alastor- Quédate en donde estás voy para allá.

-Mi estimada no es necesario, solo quería sacarme un peso de encima confesando lo que me atormentaba a todas horas -decía sobandose la cabeza-

-Ya lo se querido pero ese alfa me va a escuchar, y nosotros que tenemos un mal gusto en alfas, imagínate si ni el mio para comida sirvió -hablo riendo por lo último- Bueno, voy a cortar cuando llegue ya lo sabrás, será mejor que nadie este en el hotel, hasta dentro de un rato querida, besitos -colgó la llamada con su característica sonrisa-

El locutor solo pudo negar con la cabeza feliz, sabía de lo que su amiga era capaz, pero no creía que llegaría a hacerle frente al rey del inframundo... Olvidenlo si era capaz y con que ganas lo haría, termino llamando a Fred, Niffty y Husk. Necesita su ayuda para evitar que los demás se dieran cuenta de la presencia de aquella dama que estaba apunto de llegar al lugar y en especial que no se encontrara con Lucifer.

Los más pequeños se fueron con un a la orden capitán para salir por la puerta de la habitación donde estaban. Husk se quedó por curiosidad a que se debía el favor que le pedía, lo interrogó y el contrario solo pudo decir la verdad absolutamente la verdad.

-¡¿Qué hiciste que?! -sus alas se abrieron de par en par evitando que la luz proveniente de las ventanas alumbrará el lugar- recapitulando te dijo qué fue un error ¿verdad? Rossie se entero y ahora lo viene a matar, ¿correcto?

-Tu intuición de felino es tan clara mi estimado -asintió en respuesta a las animaciones anteriores-

-Ojalá Rossie le de el golpe de su vida a es miserable -hablo sonriente- espera... Eso significa que lo sentiste como rechazo, los demás deberían sentir como te sientes yo debería sentirlo, por Dios Alastor, que hiciste esta vez -hablo agarrando la malo del locutor para ver si había marcas de supresores-

-No vas a encontrar nada, mi instinto se oculto por su seguridad, solo es eso -dijo sonriente- Ahora vamonos pronto llegará nuestra estimada dama.

Bajaron las escaleras, Niffty se encargo de distraer a Charlie y Vaggi, Husk a Anthony y Fred a Lucifer.
Al principio estaban normal, hasta que cuando querían ir a la sala no los dejaban, empezaron a dudar. Lucifer fue el primero en llegar a la sala principal siendo recibido por una cachetada.

-Maldito infeliz -decía la dama irritada agarrada del omega a su lado- Como pude dejar que este omega se enamorara otra vez -empezó a gruñir- Sueltame Alastor, me vale que sea el rey me va a escuchar y va a entender lo hizo.

El ciervo solo podía suspirara sujetando a la dama por los brazos, Lucifer estaba en shock por el golpe, recibiendo otro nuevamente.
Al parecer la dama se safo del agarre y dio una seria de golpes en la cara al alfa que estaba al frente suyo. El omega arácnido fue el siguiente en bajar no porque sospechara si no porque su alfa se había quedado dormido y el tenía sed. Sacó su celular y empezó a grabar lo que sucedió desde las escaleras.
Por último fue Charlie y su pareja ambas se miraron quedando paralizadas.

-Rossie cálmate querida, todo el mundo te está viendo -decía Alastor con las orejas bajas por la irritación-

-Mira querido -dijo agarrandolo de uno de las orejas al contrario- Me vale que me estén viendo a este yo lo mato por hacerte sufrir -el contrario se sobo la oreja que le habían jalado- Tu primer alfa te hizo sufrir como nunca y yo no pude hacer nada hasta que todo termino que fue cuando me enteré, ahora... No ocurrirá lo mismo.

Fue su última palabra para agarra a golpes al monarca que no se defendía por el shock que tuvo del primer golpe.
Niffty fue donde su papá, el locutor solo podía reír al igual que la Araña por la pelea que se estaba armando.

Al final Charlie tuvo que agarra a su papá, mientras su omega agarraba a la beta que mostraba irritación porque la interrupción.

La princesa agitaba a su papá para que reaccionará pero este no mostraba señal de conciencia, Rossie dijo que la soltaran y eso hicieron miro amenazante al rey que ya hacia en el piso y fue donde su cachorro que no sabía que hacer más que ver como terminó todo.

-Querida no te vuelvo a contar nada -decía nervioso-

-Aunque no me lo cuentas igual me voy a enterar, este te vuelve a hacer algo y yo me desconozco como hace rato -hablaba gustosa, de alguna manera se relajaba cuando protegía a los demás.