20-Más golpes de lo normal

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Narradora

Ese día Lucifer tuvo que ser golpeado por su hija para reaccionar. Al parecer Rossie le hizo sentir el verdadero terror desde hace años que no pensaba volver a tenerlo.

La dama se fue, calro que dándole un último golpe a alfa con su bolso, siendo regañado por el omega que ya estaba estresado por lo ocurrido, mientras Niffty estaba en el suelo recobrando el aire que fue perdiendo por hacerles porras a su tía, la contrario de dio una palmadas y se despidió de todos.

—Alastor puedo saber que sucedió exactamente -decía preocupada, no se le pasaba por la cabeza ni la más mínima idea de lo que escucho-

—Este demonio se enamoro de tu papá, este maldito que tienes en los brazos lo beso y luego le dijo que fue un error -hablo el felino que despertaba de su siesta, andaba gruñendo con solo ver al monarca del infierno- Y.. ¿Rossie lo golpeo de verdad? -hablo con una sonrisa de satisfacción en su rostro, en esos momentos le valía si se andaba burlando de un demonio que lo podría matar en ese instante-

—Al parecer si mi felino amigo, no por nada tendría las mejillas más rojas de lo normal -hablaba irritado el locutor, sus orejas estaban bajas y atrás-

Vaggie solo pudo ver como algo en la mente de su pareja se rompió, se había desmayado de la impresión.

—Papá, creo que Charlie se descompuso -decía la menor en el piso jalando del pantalón al contrario a su lado-

El más alto solo pudo mostrarle una sonrisa para amenazar con la mirada al alfa de alas rojas en las escaleras. Lo cual solo hizo que el gatuno lo viera con ojos de inocente en son de burla.

Vaggie tuvo que llevarse a su pareja a su habitación, Alastor su retiro del lugar junto a su cachorra, Husk se fue a un lugar más privado a su omega y pues.. Lucifer seguía en el suelo, claro adolorido con la pequeña Niffty antes de irse le tiro su daga y una patada, eres peor que un chico malo fue lo que dijo.

Por otra parte estaba la omega mirando con pena a su alfa en estado de shock, tuvo que impregnar la habitación con sus feromenas y darle un beso para que despertara. Lo cual si no la hubiera detenido aquel beso ya no sería algo tierno.

—Amor, ¿estas bien? —dijo la ex-angel con sus manos en los cachetes de la contraria-

—Mi vida, en realidad no se como reaccionar -hablo pegándose su frente con la de la contraria- De alguna manera quería que fueran pareja, hablo de Alastor y mi padre -sus ojos se pasaron en el suelo- y ahora me vengo a enterar que posiblemente mi padre jugo con los sentimientos de mi socio.

Solo pudo aferrarse al cuerpo de la contrario buscando consuelo, mientras que el padre de la misma iba al cuarto del omega rechazado, su instinto le pedía que arreglaran las cosas y en parte iba para eso pero su percepción de la realidad estaba más alterada que terminaría haciéndole daño al omega.

—Alastor podemos hablar -dijo el alfa en la puerta, mirando una escena bastante tierna de un omega jugando con su cachorra para que luego esta le grupera por su presencia en el lugar-

—Niffty... Puede preguntar a que se debe su diminuta presencia en mis aposentos su majestad -le hablo cortante lo cual no le gustaba a ninguno de los dos instintos, por un lado uno estaba oculto y el otro quería buscarlo para pedir perdón de rodillas pero el alfa no lo dejaba-

—Se puede saber porque tu invitada me golpeo -le dijo señalando sus moretones y mejillas rojas que se empezaban a notar- olvidalo, ¿qué te dije ese noche-

Tomo al omega de imprevisto por aquella interrogativa, el locutor lo pensó un poco para responder, puso su mejor sonrisa.

—Dijo bastantes tonterías su alteza -lo miro fijamente- dijiste que me querías -el rey lo miro con sorpresa- pero claramente fueron ment

El alfa se quedó mudo en su interior estaba peleando por no querer abrazarlo y rogarle que lo perdonara, que no fue su intención que todo lo que dijo fue verdad que no lo quería en verdad lo amaba.

—Ja, parece que todos los omegas caen con simples palabras -hablo sonriente en esos momentos se quería tirar un puñetazo- Cualquiera puede decir palabras bonitas si sentirlo querido espero no te ofendas.

Al omega ya le estaba hartando la situación haciendo que Fred fuera a buscar a la princesa paga que detuviera lo que estaba apunto de ocurrir. El detonante fueron unas simples palabras que merecían otra golpiza de parte de Rossie si jugué con tus sentimientos lo lamento querido, pero sin rencores.

—¡Lucifer! Se muy bien que no sientes lo mismo pero dilo de frente y no me pisotees cada vez que creo que todo va a estar bien -ya no pudo ocultar más a su instinto el cual estaba resentido y cada palabra que salia del contrario le rompía la poca alma que le quedaba-

El rey lo miraba intentando responder a las palabras que él contrario le dirigia pero no lo lograba un nudo en su garganta se lo impedía.

—Tu farsa esta acabando con mi vida -el contrario se intento acercar pero fue apartado- Solo fue un beso, algo preciado para mi pero no para ti ¿no te cansas de hacerme sufrir?. ‐eso fue el detonante para que el alfa en el interior de Lucifer saliera-

Si el alfa se queria acercar no podía, la cachorra del omega se lo impedía al tirarle todo tipo de cosas que hubiera en el lugar. El volumen de la situación subia cada vez más y poco a poco se arrepentía de todo palabra que saco de su boca para herir al locutor que en esos momentos temblaba por enojo, desesperación y repudio -lo lamento  salía de la boca del rey. ¡Mentira! Incluso ahora no paras de mentir le respondió el contrario.

Fred logro avisar a la princesa que llegó en el momento preciso, socio estaba llorando, la pequeña lazandole cosas a su padre, pero esperen... El locutor estaba llorando, Charlie abrió sus ojos de par en par se puso al frente de su padre y le tiro un cacheta, nadie en su inmunda vida hace llorar a un omega era lo que siempre le reitera él mismo, y véanlo ahora hizo todo lo contrario a su palabra.

El lugar se quedó en silencio, Alastor tenía las manos en su boca con sorpresa, sus ojos estaban cristalinos y sus orejas gachas. Si el instinto del mismo no hubiera tomado el control de su cuerpo de seguro lo hubiera ignorado y nadie de ello hubiese pasado.

Un Amor Confuso Y DolorosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora