23-Celos

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Narradora

El felino seguía ronroneando en los brazos del omega, mientras su pequeña cachorra grababa y su hermana sonreía.

En esos momentos estaban caminando por las calles oscuras por la noche, cuando solo los alumbraba la luna. Al parecer no regresarían a la hora que le dijeron a Charlie.
Al parecer una radio seguía sonando a mitad de la madrugada, puede que hubieran algunos demonios pero empezaban a correr cuando ponían su mirada en aquel grupo caminando.

~No hay corazón como el mío, linda, para amar
Que sufre y calla con la pena, linda, que me das~

Una radio de quien sabe de donde provenía tocaba aquella melodía, y como un felino tiene los sentidos muy agudos se dio por levantarse, obvio que seguía borracho entonces en su razonamiento se puso a cantar soltando a Alastor para pararse.

~No hay corazón como el mío, lindo, para amar
Que sufre y calla con la pena, lindo, que le das~

Los demás se aguantaban la risa, ya les había ocurrido lo mismo cuando se fueron a beber una que otra copa por el corazón roto de Husk, ahora les tocó visualizarlo en la calle pero por otra razón.

—Al parecer alguien está enamorado -rio Rossie-

~Dizque tienes, dizque tienes unos ojos lindos como el sol
Y que me miran, que me miran, linda, con amor
Dizque tienes, dizque tienes unos ojos lindos como el sol
Y que me miran, que me miran, linda, con amor~

—Se nota querida -hablo Alastor- al menos ya no cantara la gata bajo la lluvia, como aquella vez. -hablo recordando la borrachera del felino al estar dolido-

—Lo dice el que ni puede conseguirse pareja, así ya se ve imposible que te cases -hablo el alfa para volver a cantar-

El omega sólo lo miro con cólera me las pagarás. Sus orejas estaban gachas y su mirada entre cerrada, mientras que en su espalda dos señoritas se reían por lo dicho.

~Dame caldo de gallina
Que se me ha abierto la gana
Anda pues a la cocina
Que te acompañe tu hermana~

Por otro lado en el hotel estaba Charlie moviéndose de un lado para el otro en la puerta principal haber si llegaban los demás. Vaggie intentaba tranquilizarla pero no funcionaba, al final Lucifer tuvo que intervenir llevándola a la limusina para conducir por toda la ciudad para ver si llegaban hasta el mismo Anthony fue, andaba preocupado por su felino.
Vaya sorpresa que se dieron al ver a dos demonios muy pero muy similares a los que buscaban bailando en el centro, no solo ello también cantaban y una gran multitud los rodeaba expectantes.
Al parecer el ciervo se unió a su amigo como indirecta de que si podía terminando en un espectáculo que ya casi nunca daban.

~¡Qué rico!
Vamos a cantarlo fuerte, ¿okay?
Apostemos, apostemos, apostemos que me caso
Y te dejo, y te dejo, y te dejo de querer~

Alastor cantaba a todo pulmón esa parte, estaba alegre y se notaba por sus movimientos. Su mirada estaba en todo su público sacando a una pequeña cabrita a bailar, la había reconocido era aquella muchacha que siempre le vendía carne para sus comidas, ella era un amor de persona.

~Apostemos, apostemos, apostemos que me caso
Y te dejo, y te dejo, y te dejo de querer~

La princesa se quedo con la boca abierta por lo que veía, su novia terminó bajándola del auto para dirigirse entre la multitud.
Anthony solo se subió al techo del automóvil para ver mejor lo que sucedía, para esos momentos el ciervo dejo de bailar con su conocida para dirigir su mirada al felino. Hay que decirlo le estaba hirviendo la sangre por los celos y no era el único, Lucifer imito su acción de subirse al techo la estatura no le ayudaba, solo pudo cerrar su manos en un puño.

~Moreno ingrato, no seas así
Una mañana no me has de ver
Moreno ingrato, no seas así
Una mañana no me has de ver~

El felino le dedicaba como respuesta a la parte que canto su amigo. El omega araña solo los miraba, aquel alfa tenía una sonrisa nueva algo que no le había mostrado nunca a el pero si a Alastor, se sentía mal aunque bien sabia que no conocía del todo al alfa de todas formas somo eran meses lo que tienen de relación.

—¡Alastor! -grito la princesa cuando estuvo más cerca, el contrario solo la pudo mirar diciendo y que se dice, levantando las manos y el público empezó a cantar la misma melodía apostemos... Vaggie se quedó impresionada por ello, miró a sí pareja y ya estaba bailando con el demonio de la Radio- No sabes lo preocupada que estaba, creí que te había pasado algo.

—Que me va a pasar querida, recuerda que me puedo defender solo pero... No es momento para hablar de eso, disfruta el momento -dijo el cervatillo para seguir bailando, al parecer tuvieron la dicha de que entre el público hubieran músicos, los mismos sacaron sus instrumentos y tocaron-

Acabo la música, el público estaba triste aunque no de todo animando a los cantantes para que continuarán, y como alguien se pasó de borrachera le indicó que tocarán otra. Rossie lo miro con enojo y gracia, este si que se pasó de borracho decía para sus adentros.

—¡Para todos a los que le rompieron el corazón o no se pueden confesar! -grito Husk, quien se la arreglo para obtener una botella de alcohol-

~Te miro y sigues siendo reina
Yo sigo esclavo por tu amor
Que vivo, y alabo y me muero
Persiguiendo una ilusión~

El público grito de emoción, se pusieron a bailar. El felino miró hacia donde estaba su compañero y lo vio bailando con Charlie, al final dio un cambio y empezó a bailar con su pareja que andaba sonrojada por la acción, riendo al último.

~Qué pena, qué pena
Que seas todo para mí
En cambio yo para ti
No significo nada~

Alastor miro a todos lados, talvez alguien mas acompaño a Charlie y Vaggie, pensaba. Su vista se poso en el del omega de la limusina, se alegro al ver a Angel y con un chasquido ya estaba en la pista. Husk no se espero y lo saco a bailar mientras el demonio sonreía complacido.
Miro nuevamente al auto, pensó que ya no había nadie, que equivocada estaba, su mirada se poso en el contrario que lo veia también, era Lucifer; que coincidencia la suya justo la letra de la canción era un resumen de lo que ocurría entre los dos.

~Qué pena, qué pena
Que seas todo para mí
En cambio yo para ti
No significo nada~

El ciervo se la estaba dedicando mientras lo miraba a los ojos, aquellos de tonalidad rojiza que le hacía ver cuan imbecil fue al herirlo.

~Qué pena, qué pena
Que seas todo para mí
En cambio yo para ti
No significo nada~

Muy bien sabia que su perdón no sería fácil de conseguir, lo miro nuevamente pero el ya le había dado la espalda. Estaba convencido, se iba a esforzar para conseguir que lo perdonara y cuando lo logrará intentaría todo para obtener su amor.

La canción terminó y se subieron a la limusina. La mayoría se quedó dormido en el auto y cuando llegaron al hotel Alastor tenía a una pequeña en su cabeza y a Rossie en sus brazos; Anthony cargaba a Husk como un bebé y Charlie dormía en los brazos de su omega. Y Lucifer pues... Tenía a sus patitos, en especial al que daba una voltereta y escupía fuego.

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Buenos días, tardes y noches. Les agradezco que lean está historia y hablo de antemano porque creo que Alastor seguirá cantando.
Es que Alastor peruano que veo cantar, canción que pongo en la lectura.






Un Amor Confuso Y DolorosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora