En la oscuridad de la noche, un lobo solitario de pelaje gris se deslizaba entre los árboles de la densa vegetación que rodeaba la reserva Quileute. La luna llena brillaba en lo alto, iluminando el camino del lobo mientras este corría con una velocidad impresionante, su aliento agitado se mezclaba con el sonido de sus patas golpeando el suelo.
Paul Lahote, un miembro de la manada quileute, corría con una determinación feroz, su mente atormentada por pensamientos turbulentos y emociones encontradas. Desde la llegada de los Cullen a Forks, la tranquilidad de su vida se había visto perturbada, y la presencia de aquella vampira solo había complicado aún más las cosas.
Paul gruñó frustrado mientras sus pensamientos se volvían hacia la chica que había irrumpido en su vida de manera inesperada. Alessandra. El nombre resonaba en su mente, evocando una mezcla de confusión y atracción que Paul se negaba a admitir. Aunque su impronta con él estaba destinada a ser, él se aferraba obstinadamente a la idea de que era solo una broma del destino.
Pero a medida que continuaba su carrera a través de los bosques oscuros, Paul no podía ignorar el tirón persistente en su interior, el vínculo invisible que lo unía a Alessandra de una manera que no podía explicar ni entender. A pesar de su resistencia, había algo en ella que lo llamaba, algo que despertaba un anhelo profundo y primitivo en lo más profundo de su ser.
A medida que la luna seguía ascendiendo en el cielo, Paul se detuvo en seco, su mirada fija en la oscuridad que se extendía ante él. Sabía que no podía escapar de su destino, que tarde o temprano tendría que enfrentarse a la verdad que se escondía en lo más profundo de su corazón. Pero por ahora, en la quietud de la noche, Paul se permitió un momento de descanso, un momento para contemplar el misterio que era Alessandra y el torbellino de emociones que despertaba en él.
Y así, bajo el resplandor de la luna llena, el lobo solitario continuó su viaje, sabiendo que su destino estaba entrelazado con el de la encantadora vampira que había llegado a su vida y había cambiado todo para siempre.
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Desafiando al destino | Paul Lahote
Fiksi Penggemar"Si hubiera sabido que nuestra historia sería así, la habría aceptado desde el principio". "Tú y yo sabemos que nada de esto habría sido tan fácil".