Capítulo 22. "Mentiras".
Bella me había mandado un mensaje diciéndome cómo se sentía y cómo Edward la estaba tratando. Por supuesto, sentía empatía por ella, y aunque no había nada claro sobre su situación, le dije que la apoyaría. Por lo tanto, me pidió que hablara con Rose, con quien ya había hablado por teléfono.
Estábamos todos esperando su llegada; Carlisle había preparado todo lo necesario para atender a Bella y habíamos cazado por la madrugada, previniéndonos por cualquier eventualidad.
Estaba en la habitación de Rose; ella y Emmett estaban dibujando juntos, una actividad que habían estado haciendo desde que los conocí. Yo estaba de intrusa en una silla, leyendo. Los tres estábamos perdiendo el tiempo esperando la llegada de los recién casados.
Mi teléfono comenzó a sonar, indicando una llamada entrante. Era Paul. Rose volteó a verme, tal vez creyendo que era Bella.
- ¡Hola, Paul! - respondí.
Rose volteó de nuevo a su dibujo. Aproveché para irme a mi habitación; de todos modos, escucharían, pero me sentiría con más privacidad.
- ¿Hola, nena? ¡Tengo buenas noticias! - dijo Paul, emocionado - Montaron una pequeña feria en el pueblo. Sue ha querido ir desde que se enteró, y pensé que tal vez tú, Sue, el torpe de Seth y yo podríamos ir. Está nublado, así que no veo problemas para que puedas ir.
- Pensé que hoy tenías guardia doble - traté de sabotear el plan.
- La tengo, pero Jared la hará por mí. Me salió un poco caro, pero vale la pena por pasar tiempo contigo - contestó aún animado.
Cerré los ojos en un intento de encontrar valor, mientras pensaba si había sido una buena idea prometerle a Bella mi apoyo.
- Lo siento, amor, pero prometí a Jasper ayudarlo con algo - dije, tratando de sonar convincente.
- Oh, bueno, podemos ir otro día - respondió de inmediato - Tal vez pueda ir a tu casa y ayudarte con el asunto de Jasper.
- No estamos en mi casa, Paul. El asunto de Jasper es en Seattle - dije, sintiéndome completamente mal por mentirle, de nuevo.
- Oh, bueno - soltó, sonando desanimado - ¿Llegarás muy tarde?
No sabía qué contestar. No conocía la magnitud de la situación de Bella. Y mientras pasaban los segundos sin decir nada, escuché cómo llegaba un carro a la casa; sabía quiénes eran.
- Lo siento, amor, no estoy segura - me asomé por la ventana - ¿Te llamo más tarde? Debo colgar.
- Sí, por supuesto - dijo de inmediato - Adiós, nena. Te amo.
- Te amo, Paul - dije antes de colgar.
Bajé las escaleras a velocidad humana, sintiéndome horrible por mi llamada con Paul. Lo amo y no quiero que esto arruine nada, pero no sabía qué tanto afectaba esto a nuestro tratado con los lobos y no quería darles una premisa de algo que ni siquiera sé de qué se trata.
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Desafiando al destino | Paul Lahote
ספרות חובבים"Si hubiera sabido que nuestra historia sería así, la habría aceptado desde el principio". "Tú y yo sabemos que nada de esto habría sido tan fácil".