Mareas emocionales

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Capítulo 2. "Mareas emocionales".

Pasé toda la noche pensando en lo que Alice había dicho. Después de 15 años como vampiro, al fin conocería a mi compañero. No voy a mentir, me tomó por sorpresa; creí que conocería a mi compañero hasta después de un siglo.

Pero en fin, ahora nos encontramos en el bosque esperando a los lobos para prepararnos para la batalla con los neófitos. Mientras esperábamos, no podía dejar de imaginar cómo sería mi compañero, por lo que trataría de salir lo más que pueda de casa para apresurar el destino y conocerlo lo más pronto posible.

- Realmente eres una desesperada - soltó Edward sonriendo mientras se acercaba junto con Bella de la mano.

- Y tú eres un chismoso - solté un poco avergonzada al ser descubierta - Hola Bella, ¿preparada para verme patinarle el trasero a tu novio?

- Hola Ale - contestó Bella, pareciendo emocionada - En realidad, estoy ansiosa por conocer tu don en persona.

En vez de contestar, le volví a ver a Edward de manera inquisitiva. No me gustaba mi don y mucho menos que representara una parte de mi vida humana. Así que no le comentaba a nadie sobre él. Solo mi familia y los Vulturi saben de su existencia.

- Lo siento, pero con Bella no tengo secretos - respondió Edward con su voz tranquila.

- No es tu secreto, Edward - contesté un poco a la defensiva.

Tal vez no debería exagerar el tema, pero de verdad no me gusta mi don.

- Oye, Ale, lo siento - dijo Bella rápidamente, tratando de defender a su novio - No quería ocasionar problemas, en serio.

Tal vez solo era que me sentía enojada, pero lo único que pensé cuando Bella soltó ese comentario fue que ha causado problemas desde que llegó a Forks. Pero creo que mis pensamientos afectaron a Edward porque me lanzó una mirada de muerte.

- No es tu culpa, Bella. Alessandra solo se está comportando como una niña - dijo Edward.

Él sabía que odiaba ser tratada como niña. Una cosa eran los apodos tontos de Emmet o los mimos por parte de Esme y Carlisle, pero cuando me trataban como si no supiera lo que hacía o si no entendiera lo que me estaban diciendo, simplemente ser tratada como alguien infantil me hacía recordar mi vida como humana.

- No sabes lo que estás diciendo, Edward - respondí un poco alterada - Retráctate o tendré que cerrarte la boca yo misma.

- ¿Y cómo lo harás? ¿Utilizando tu don? - preguntó Edward con ironía, mientras se acercaba a mí.

- Es suficiente - intervino Esme mientras se metía entre Edward y yo, con evidente preocupación en su rostro.

- Tienen que relajarse, pronto llegarán los lobos y su comportamiento no será útil para la práctica - dijo Carlisle mientras nos veía con advertencia en su mirada.

- Será de utilidad si nuestra bebé usa su enojo para golpear a Edward - dijo Emmett con una mirada divertida.

- ¡Cállate, Emmett! - dijo Rose mientras lo arrastraba para acercarse a Jasper y Alice, que se encontraban un poco lejos de donde se encontraba la discusión.

- Creo que lo mejor ahora es que se tranquilicen y después en casa tendrán tiempo suficiente para arreglar sus problemas de hermanos - dijo Esme mientras entrelazaba su brazo con el mío y me llevaba hacia el resto de la familia.

No pude escuchar lo que le dijo Carlisle a Edward cuando nos alejamos, pero le ayudó a Edward a relajarse.

- Vamos, corazón, los lobos están llegando - Esme me dijo con una sonrisa y señaló hacia el bosque con su cabeza.

Solo pude sonreírle a Esme después de su comentario, pero la idea de practicar con los hombres lobos no me entusiasmaba realmente. Son conocidos por tener un mal temperamento, su olor es desagradable y, ¿qué otra cosa? Ah sí, somos enemigos naturales.

- No tienen confianza para mostrarse en su forma humana - dijo Edward, logrando interrumpir mis pensamientos.

Aún me sentía un poco alterada y las constantes olas de calma que Jasper enviaba en mi dirección no parecían realmente ayudar. Todo esto, sumado las constantes miradas que Alice me dirigía, eran simplemente estímulos que me hacían sentir más irritada. Lo único que quería en este momento era irme a mi habitación y fingir estar dormida.

- Quieren saber por qué son diferentes los neófitos - dijo Edward, volviendo a interrumpir mis pensamientos.

No sabía cuánto me había perdido de toda la conversación hasta el momento, pero escuchar solo a Edward hablar resultaba fastidioso.

- Son mucho más fuertes que nosotros porque aún hay sangre humana en sus tejidos - contestó Carlisle a la pregunta de los licántropos.

Dejé de prestar atención de nuevo y traté de tranquilizarme. Seguía sintiéndome un poco enojada, pero al mismo tiempo me estaba sintiendo emocionada y no sabía a qué se debía ese sentimiento. Lo que sí tenía claro era que esa tarde no practicaría, porque si lo hacía lo más seguro es que terminaría lastimando intencionalmente a Edward.

- ¿No te moverás de ahí, bebé? - preguntó Emmett, sonriéndome burlesco.

Al voltear, me di cuenta de que la mayoría de los presentes me estaban observando, incluyendo a los lobos. No sabía por qué yo era el centro de atención en estos momentos, así que busqué una explicación con la persona en la que más confianza tenía y volví la mirada hacia Jasper.

- Empezaremos la práctica y necesitamos ir en esa dirección - respondió Jasper a mi pregunta no dicha, mientras señalaba con la cabeza detrás de mí.

¡Por favor! ¿En serio? El bosque es tan grande, pero tienen que cruzar por donde estoy parada para llegar a su centro de entrenamiento. No dije ninguna palabra, solo me di media vuelta y caminé hacia donde Jasper había indicado.

Ya habían pasado un par de horas y estaba agradecida con Jasper por no haberme pedido hacer alguna demostración frente a los licántropos. También estaba agradecida con Rose, porque cuando no estaba practicando, se venía a sentar junto a mí, sin buscar entablar alguna conversación, solo estando a mi lado.

- Muy bien, haremos la última demostración del día - dijo Jasper mientras se posicionaba en el centro de donde nos encontrábamos todos - Alessandra, ¿podrías venir, por favor?

Volteé a ver a Jasper con cara sorprendida. Creí que de verdad no me tocaría practicar hoy. Estaba realmente cómoda sentada, bueno, no realmente, me sentía constantemente observada, pero prefería eso a tener que practicar. Me encontraba más tranquila que al principio, pero si Jasper quería emparejarme con Edward, tal vez podría hacer uso de mi don para que el idiota se dañara él mismo.

- Yo quiero pasar con ella - dijo Edward.

Tal vez había leído mis pensamientos y por eso me estaba viendo como si de verdad tuviera una oportunidad contra mí. Pobre iluso.

- No pasarán juntos, ¿cierto? - preguntó Bella, mostrando preocupación mientras se levantaba del lado de Jacob.

- No pasarás con ella, Edward - dijo Carlisle con un tono de voz que denotaba cierta preocupación, mientras miraba a Jasper en busca de confirmación.

Mientras Jasper y Carlisle compartían miradas, yo me dispuse a levantarme. Enfrentarme al chismoso de Edward no era mi problema principal en este momento; mi preocupación era el hecho de que me mareé al momento de levantarme. ¿Un vampiro puede siquiera marearse? ¿Es normal?

Desafiando al destino | Paul LahoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora