25. la idea de ginny

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Para cuando llegó el postre, las cosas se sentían algo más normales.

Los hermanos de Fred lo molestaron incansablemente por haber tenido que pedirle una segunda oportunidad a Marie, como si nadie tuviese ninguna duda de que el que la había cagado la primera vez era él, y se lo hicieron saber sin miramientos.

La conversación fluyó tranquilamente. Charlie le explicó a Marie que se quedaría hasta el final del verano de vacaciones. Jacinta (Jaz, le decía George) resultó ser una chica muy amable (Hufflepuff, un año menor que ellos, por eso Marie la recordaba) y experta en criaturas mágicas, así que tenía mucho de qué hablar con Charlie. Percy aventuraba un ascenso en el Ministerio. Ron afirmaba que la tienda de Quidditch iba bien, y que tenía muchos planes para ella. En general, la vida de los Weasley era tranquila y buena.

La mano fantasma desapareció cuando Marie se relajó.

Molly seguía distante. Ni si quiera el vino o el postre pudieron ablandar su corazón ni disminuir la brecha que se había creado entre ellas. Era difícil creer que esta era la mujer con la que una vez había hablado de métodos anticonceptivos porque su propia madre se negaba a tocar el tema.

Así que cuando todo el mundo se levantó y se trasladó a la sala de estar, Marie creyó que abordar a Molly en la cocina sería una buena oportunidad para hablar.

La pilló poniendo la tetera y sonrió mientras se apoyaba en el umbral de la puerta. Molly Weasley era un animal de costumbre. Cinco años después, y seguía necesitando su té de manzanilla luego de cenar.

"¿Puedo ayudarte en algo?"

Le tomó un segundo darse cuenta de que Molly había hablado y que se dirigía a ella. Marie encorvó los hombros como si pudiese protegerse el corazón con ellos.

"Creí que... Tal vez necesitarías ayuda"

Molly resopló.

"No, gracias"

Continuó con lo suyo. Sacó una taza vieja de la alacena y le buscó un plato a juego.

"Molly..."

La bruja se dio vuelta a mirarla. Sus ojos castaños eran duros y desafiantes, y Marie recordó que esta era una mujer que había salido viva no de una, sino dos guerras.

"¿Estás molesta por algo?" aventuró.

Los ojos en blanco no eran un "no".

"¿Por qué crees que estoy molesta, Marie?" le preguntó dándole la espalda.

"Bueno..."

"¿Será porque uno de mis hijos se casó y no se molestó en decírmelo?" ofreció, girándose a mirarla. Antes de que Marie pudiera responder, continuó: "¿O será porque tuve que enterarme por el diario? ¿O quizás porque no pude verlo, no pude asistir a la ceremonia?"

"Entiendo que..."

"¿Qué?" le preguntó. "¿Qué es lo que entiendes, Marie? ¿Qué es lo que finalmente entendiste?"

Se quedó callada. Nunca se había enfrentado a Molly así. Nunca se había enfrentado a Molly y punto. Cuando tenía dieciséis, y ella y Fred comenzaron a salir, tuvo la buena suerte de caerle bien de inmediato. Cuando pasó su primer verano en la Madriguera, Molly y ella básicamente se ponían en contra de Fred juntas para lograr que hiciera lo que ellas querían. Jamás había recibido nada de Molly que no fueran palabras afectuosas y cuidados maternales.

Ciertamente no ese tono tan afilado.

"Lo siento" intentó. "No... No pensé que tú..."

"¿Qué? ¿Que a una vieja bruja como yo le importaría?"

Estaba pasmada. Claro que Molly estaría enojada por eso. Se sintió tonta por ni si quiera pensarlo. Recordó lo involucrada que estuvo en la boda de Bill, y se pudo imaginar lo mucho que le había dolido no poder si quiera asistir a la de Fred.

Oh, Molly... Si tan sólo supiera...

"Claro que te importaría" le dijo suavemente, tratando de apaciguar las cosas. "Claro que te importaría, no puedo creer que no pensé..."

"No te molestaste en pensar en mí en cinco años, Marie" la interrumpió y se dio vuelta para apagar la tetera. "De todos modos no esperaba que empezaras ahora"

Así que eso era. Marie suspiró y miró a Molly, la miró de verdad, ahora con una mirada renovada.

Estaba dolida. Porque no la había buscado en todo este tiempo.

¿Cómo podía explicarle? ¿Cómo podía explicar que no se atrevía a buscarla porque esto era precisamente algo que le aterraba? Terminar con Fred ya había sido lo suficientemente malo, pero perderlos a ellos, a todos ellos, a los hermanos que se habían convertido en eso también para ella...

Marie se preguntó todos los días que estuvo en Francia por lo que pensarían los Weasley de ella. Se preguntó cuántos días, semanas o meses tendrían que pasar para que se olvidaran de ella, para que la dejaran ir, para que su nombre se convirtiera en uno más en la lista del pasado de la familia, para que ella se convirtiera en una anécdota que contarían en cenas futuras con la chica que sí lograra amarrar a Fred Weasley y hacerlo sentar cabeza. "¡Marie! ¿Te acuerdas de Marie? Estaba loca y nos obligaba a ver los partidos de Quidditch tres veces seguidas para ver cada jugada. Ni te imaginas lo que era".

Ella los amaba. A cada uno de ellos. Pero sabía que no eran su familia. Eran la de él. Y tenía que dejarlos ir.

"Molly..."

Se acercó a ella. Lento. Un paso y después el otro. Como con un animal asustado.

Llegó a su lado. Cinco años. Habían pasado cinco años. Podía verlos a esa corta distancia. Molly estaba más vieja. Sus arrugas más marcadas. Su orgullo más pesado.

"Perdóname" le pidió. No se atrevió a tomarle las manos. Las palabras se sentían insuficientes. "Nunca fue... Nunca fue mi intención"

"Te fuiste y no me dijiste ni adiós"

Molly no cedía. No la miraba a la cara, como si estuviese avergonzada de haberle soltado todo eso encima.

Tal vez... Marie pensó que tal vez había un par de cosas que debió hacer diferente. Tal vez haber ido a ver a Molly Weasley una sola vez después de todo eso habría sido bueno. No habría curado su corazón roto, y quizás ver los ojos de Molly, tan parecidos a los de Fred, le habría recordado todo lo que había perdido, pero...

"Lo siento"

Todavía no la miraba a la cara.

"¿Puedo... Hay algo que pueda hacer para remediarlo?"

Molly negó con la cabeza y le hizo un gesto con la mano como para descartarlo del todo. Como si aquella conversación no valiera la pena en realidad.

"Podrían hacer una ceremonia"

Marie frunció el ceño al oír la voz de Ginny. Estaba comenzando a girarse cuando Molly por fin habló:

"Paredes delgadas" le dijo señalando al techo con un dedo corto y regordete, "¿recuerdas?"

Marie cerró los ojos, rendida. Ginny tomó el silencio como una invitación a asomarse a la cocina.

"Podrían hacer una ceremonia Fred y tú" ofreció, demasiado divertida con la idea. "Para que mamá pueda asistir"

Escuchó la voz de Fred en algún lugar detrás de su hermana, pero demasiado lejos para ser del todo inteligible dentro de la cocina.

"¿Qué dices, Marie?" insistió Ginny, y Molly estaba comenzando a protestar cuando Marie lo decidió.

"Me encantaría" respondió, sorprendida con su propia sinceridad. Se giró a ver a Molly. "¿Te gustaría?"

Molly sonrió. Una sonrisa pequeña y algo tímida, y se atrevió a tomar el rostro de Marie en sus manos.

"Me muero por verte de blanco"

recién casados • fred weasley fanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora