48. plan de escape

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"Tengo una idea"

Marie levantó la mirada de su libro. Fred se encontraba al pie de la cama, con su cepillo de dientes en mano, la musculosa que usaba para dormir y los pantalones de pijama cayendo suavemente sobre sus caderas.

"¿Sí?"

"El lazo" comenzó con cuidado, "depende de los votos que nos hayamos hecho, ¿verdad? O sea que si yo te prometí unirme a ti hasta que... Me picara un doxy en el trasero, sólo tendríamos que conseguir que el doxy me picara en el trasero para disolverlo"

Ella levantó una ceja.

"¿Quieres que un doxy te pique en el trasero?"

"Sólo estoy tratando de ser racional, Marie"

Marie suspiró y cerró el libro.

"Fred, ya lo hemos hablado. Si ninguno de los dos recuerda nada de esa noche, no podemos saber cuáles fueron nuestros votos"

"Ya" dijo Fred, colocando una rodilla en la cama y sentándose frente a ella. "¿Pero y si descubrimos una forma de averiguarlos? Podríamos desistir de Moriarty, ¿no es así?"

"Supongo que sí" dijo Marie, insegura. "Pero no hay forma de saberlo..."

"¿Y si la hay?"

"¿En qué estás pensando?"

"He estado recordando" su mirada era seria, y Marie podía percibir el nerviosismo en sus palabras. "Harry nos ha contado historias sobre los artefactos que Dumbledore tenía en su oficina. ¿Sabes lo que es un pensadero?"

"No puedo decir que lo sepa, no"

"Es como... Un bebedero de aves, según lo que nos contó Harry, pero puedes meter recuerdos ahí y verlos como si estuvieras en ellos. He estado pensando..."

"¿Fred?"

"¿Qué tal si podemos ver nuestros recuerdos de esa noche... Y escuchar lo que nos prometimos?"

Una pequeña chispa de esperanza se encendió en su pecho. Si pudieran averiguar sus votos... No tendrían que correr riesgo alguno, y podrían deshacer el lazo cuando quisieran.

"Pero ninguno de los dos recuerda nada"

"Ya sé, pero... Tal vez podemos encontrar a alguien que... Que sepa legeremancia y... Y encontrarlos"

¿Legeremancia? Marie no sabía qué tan a gusto se sentía sometiéndose voluntariamente a un legeremens.

"¿Y luego qué?" le preguntó, porque de todas formas creía que se habían encontrado ante un callejón sin salida. "¿Tienes un pensadero?"

"Yo no" reconoció. "Pero el de Dumbledore se quedó en su oficina, en Hogwarts"

"¿En Hogwarts?" repitió. "¿Y qué? ¿Planeas meterte en la oficina de McGonagall para recuperarlo?"

"No seas ridícula" la miró ofendido. "McGonagall me lo prestará sin dudarlo. Siempre me ha amado"

Marie no estaba tan segura de ello.

"¿Y el legeremens?"

"Bueno..."

"No"

"¡Es el único que ha realizado el encantamiento con éxito!"

"¡Una vez!"

"¿Qué es lo peor que puede pasar?"

"No quiero a Harry Potter en mi mente"

"No lo tendrás en tu mente" replicó. "Sólo... Podrá ver un poquito en ella. Hurgar por ahí"

"¡¿Hurgar por ahí?!" repitió casi gritando. La sola idea de darle permiso a Harry de entrar en su mente y buscar a su antojo...

recién casados • fred weasley fanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora