38. la tienda

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Durante las siguientes semanas, Fred y Marie funcionaron como una máquina bien aceitada.

Fred siguió cocinando, Marie se relajó un poco. La prensa se olvidó del asunto del partido y ella hizo lo mismo. Syches la tenía entrenando duro, así que llegaba tarde en la noche a una cena deliciosa y a contarle cómo avanzaba su libro antes de dormir. Incluso aceptó un par de salidas a cenar a Londres. Hasta se puso vestido y tacones y sonrió genuinamente cuando los fotógrafos de las revistas llamaban su nombre.

Fueron dos semanas de pura paz. Ninguno de ellos mencionó su pasado, y por fin parecía que habían dejado ir los fantasmas del ayer y podrían salir vivos de todo ese asunto.

Parecía que se habían olvidado de Moriarty, también, aunque la fecha del encuentro –y del partido de la Copa Europea– seguía ahí, en el fondo de sus mentes y acercándose rápidamente.

También se acercaban otras cosas, como la fecha que Molly había fijado para la ceremonia en La Madriguera, y naturalmente, su suegra quería que ella participara de todo, a todas horas, todos los días.

Cedió con los fines de semana. Marie andaba con Molly Weasley del brazo por las calles de Londres seleccionando retazos de tela, platos, centros de mesa, sillas y lámparas.

Lo cual, afortunadamente, no le dejaba tiempo para volver a borrar los límites con Fred.

"¿Qué opinas de este, Marie?" le preguntaba Molly mostrándole otra decoración innecesaria, lo que Marie aprendió rápidamente a aceptar. Cuidaba no aceptar todo a la primera, o Molly se daría cuenta de que en realidad no estaba prestando atención, pero le pareció una buena estrategia para salir adelante con aquella boda.

Muchas de las preparaciones se llevaban a cabo en Londres, así que Marie pasaba por la tienda durante las tardes para recoger a Fred e irse juntos a casa. Era algo que en realidad no era necesario, pues ambos podían aparecerse fácilmente por separado en Holyhead, pero a Marie le gustaba tomarle la mano a Fred y ahorrarse el esfuerzo de aparecerse sola.

Aquella tarde, entró por las puertas dobles de Sortilegios Weasley mientras los últimos rayos del sol iban desapareciendo del Callejón. El clima ya estaba definitivamente distinto. El otoño se había hecho más crudo y Marie sentía que el invierno estaba a la vuelta de la esquina.

"Hola, Mar"

La voz de una mujer la sacó de sus últimas reflexiones sobre bordes de encaje y servilletas de lino, y frunció el ceño al ver a una chica de piel oscura y cabello rizado detrás del mostrador.

"Jazz" le dijo sonriendo cuando logró identificarla. "Hola. Sólo venía a buscar a Fred"

"Él y George están arriba" le indicó con un gesto la escalera. "Yo estoy por cerrar, ¿tienen planes para la cena?"

Marie pensó que probablemente sí. De seguro Fred tenía un filete descongelándose en el lavaplatos del departamento, o un salmón marinando en el refrigerador, y ya podía prácticamente saborear lo que fuese que iba a hacer con ese romero que había comprado el otro día.

A pesar de ello, Jazz se veía entusiasta, y no quiso ser grosera con ella.

"Nada en especial" contestó, "¿Alguna invitación interesante?"

Se le iluminó el rostro.

"George y yo queríamos ir a probar el nuevo restaurante al final del Callejón, ¿se nos unen?"

"¿Estás segura?"

"¡Claro!"

"Está bien" aceptó, y se acercó a ella. "¿Estás... Trabajando aquí?"

recién casados • fred weasley fanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora