Marie había olvidado que tenía una cita con Molly Weasley a la mañana siguiente, hasta que los golpes en la puerta se lo recordaron.
"Mierda" suspiró mientras escupía pasta de dientes en el fregadero de la cocina. "Mierda, lo olvidé"
Antes de que pudiera llegar a ella, Nora abrió la puerta. Ahí estaba Molly: con su chal tejido y su bolso de mano, con una sonrisa en el rostro que se quedó congelada cuando vio a Nora.
A Molly no le gustaba su hermana, y el sentimiento era mutuo. Se habían conocido en el cumpleaños número dieciocho de Marie, y se habían topado un par de veces, como en la Navidad que los Mercier pasaron con los Weasley, o en el cumpleaños veintiuno de Marie, y nunca podían cruzar más de unas cuantas palabras sin ponerse a discutir en el tono más pasivo agresivo del mundo.
Molly creía que Nora era una estirada y una esnob, y Nora creía que Molly era entrometida y campirana. Ambas tenían una cuota de razón, y quizás eso era lo peor de todo.
"Hola, Molly"
"¿Nora?"
"Nora llegó anoche" dijo Marie detrás de ella. "De sorpresa" agregó y Molly levantó las cejas.
"Para la boda" explicó Nora sonriente.
"Pasa, Molly"
Su suegra entró en el departamento sin quitarle la mirada de encima a su hermana. Marie terminó de abotonarse la blusa y trató de cepillarse el cabello.
"¿Tu hermana?" le susurró Molly una vez que Nora se sentó en la mesa del comedor. "Pobrecita"
De alguna manera extraña, eso la reconfortó. No solo porque alguien más entendía lo mucho que Nora lograba irritarla, sino porque recordó aquellos tiempos en que Marie se sentaba en la mesa de la cocina en La Madriguera y le hablaba a Molly sobre su hermana por horas sin cesar.
"Dame un segundo, Molly"
Terminó de secarse el cabello y de ponerse calcetines. Se calzó las botas y buscó la billetera que por algún motivo no estaba en su bolso. Cuando regresó a la sala, Nora y Molly estaban en silencio absoluto, ignorándose monumentalmente.
"Estoy lista" anunció. "¿Ginny nos espera ahí?"
"¿A dónde vamos?" preguntó Nora poniéndose de pie.
"¿Vamos?"
Nora asintió.
"Vine para estar contigo en las semanas previas a tu boda, Marie" le recordó. "No creerás que vas a salir sin mi"
Nora miró a Molly en búsqueda de salvación.
"Vamos a probar pasteles para la boda. Tenemos reservación" apuntó Molly. "Y es para cuatro"
"Conmigo hacen cuatro" respondió Nora, con un tono menos alegre que el que usaba con Marie.
"Inger también va. Son las damas de honor"
Marie supo de inmediato que Molly había ido un pelín demasiado lejos.
Nora se volteó a verla, dolida y escandalizada. Sus rizos, incluso temprano en la mañana, eran perfectos, sus pestañas largas y rizadas, y si no le constara lo contrario, Marie habría creído que se había levantado con el alba para verse así de hermosa.
"¿Damas de honor?" repitió. "¿Tus damas de honor son esas dos?"
Marie suspiró y puso los ojos en blanco.
"Son mis amigas más cercanas, Nora. Ginny, además, es mi cuñada"
"¡Yo soy tu hermana!"
¿Y eso qué significa? quería preguntarle Marie. Era su hermana, pero en Hogwarts nunca volteaba a mirarla. Era su hermana, pero nunca le escribía. Era su hermana, pero ni siquiera iba a sus partidos. Era su hermana, pero no eran amigas. Ni antes ni ahora. Lo único que significaba era que Nora siempre había sido la persona capaz de arruinarle el día a Marie con su sola presencia.
"A Ginny y a Inger las veo todo el tiempo" trató de explicar Marie.
"Bueno" sentenció Nora, "si el problema es que estaba muy lejos, pues no hay problema en absoluto. Ya estoy aquí y no me iré, así que puedo ser tu dama de honor"
Miró a Molly, y por la mueca agria en los labios de su suegra, Marie supo que habían perdido esta ronda.
Llegaron a tiempo a la reservación. Ginny ya estaba dentro con Inger, sentadas en una mesa blanca junto a la ventana de la pastelería de Gianni, quien conversaba animadamente con el par de arpías.
"¡Marie!" exclamó cuando la vio entrar por las puertas de vidrio. "No sabes el honor que supone este encargo"
Le besó las mejillas con un gesto sonoro y la tomó por los hombros para mirarla.
"Serás una novia hermosa, cara mia"
"Gracias, Gianni" le sonrió. "Esta es mi suegra, Molly. Y mi hermana, Nora. ¿Puedes hacer espacio para una más?"
"¡Donde comen cuatro, comen cinco, Marie!" respondió encantado mientras le hacía señas al muchacho detrás del mostrador. "Además, no hay nada que no haría por nuestro orgullo local"
Las cordialidades llegaron hasta ahí, porque una vez que Gianni las dejó para ir en busca de los pasteles, y Nora tomó asiento junto a sus compañeras, Marie recordó exactamente lo mal que solían llevarse.
Ginny no le dijo nada, pero su cara lo decía todo. La menor de los Weasley nunca había sido buena en ocultar sus emociones.
"Así que..." comenzó Inger.
"No sabía que serías dama de honor" soltó Ginny mirando a Nora.
Ella le devolvió una mirada fría y desafiante.
"Soy la hermana de la novia" señaló.
"Ah, así que fue un nombramiento por obligación. Ya veo"
"Ginny..." advirtió Marie.
"¿Disculpa?" respondió Nora. "¿Acaso no estás aquí por ser hermana del novio?"
"Marie y yo somos amigas" se defendió Ginny. "Y compañeras de equipo"
"Ya" se rio Nora. "Y supongo que a ti no te tomó por sorpresa"
A Marie se le detuvo el corazón. ¿Había hablado con sus padres? No sabía cómo, pero Nora siempre había tenido ese talento para dar justo en el blanco, justo en el punto débil.
A Ginny se le desconfiguró la cara aún más. Marie deseó que Nora no hubiese dicho aquello. Toda la boda era la forma de Ginny de torturar un poco a Marie por guardarle el secreto de su relación con Fred, pero Marie sabía lo importante que era para Ginny el que le hubiese pedido ser su dama de honor. Habían paleado un poco las diferencias, aunque fuese un poco.
"Eso pensé" zanjó Nora cuando llegaron los pasteles a la mesa.
"¿Marie?" preguntó Gianni por encima de su hombro. "¿Puedo hablar contigo un momento en el mostrador?"
Agradecida por la excusa para dejar esa batalla campal, Marie lo siguió.
"Cara mia" le dijo con una expresión preocupada una vez que se encontraron lejos de las demás. "Ha habido un problema con el pago. Desde Gringotts han rechazado tu tarjeta"
"¿Un problema...? No entiendo"
"Al parecer" agregó dubitativo, "tienen orden de detener todos los pagos hechos con tu cuenta"
"Eso no es posible"
"Mencionaron el nombre de tu esposo"
Marie se quedó de piedra. Nunca había tenido ese tipo de problemas. Siempre había sido responsable con su dinero, y se preocupaba de pagar a tiempo las pocas deudas que contraía.
"Disculpa, Gianni" le dijo rebuscando en su bolso su billetera. "Yo... Puedo pagarte algo en efectivo y... ¿Podrías esperarme hasta esta tarde...?"
"Marie" la detuvo colocando una mano en su brazo. "Ese no es el problema. Te conozco desde que llegaste a Holyhead. Págame cuando puedas, pero te recomiendo arreglar este asunto cuanto antes. Sobre todo, antes de que llegue a los oídos equivocados"
Marie asintió, desorientada.
"Disfruta de tus pasteles, cara mia"
Asintió de nuevo, sin escuchar. Le agradeció a Gianni y luego de pedirle a Molly que escogiera ella el pastel, salió de la tienda en dirección a casa.
A buscar a su marido.
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recién casados • fred weasley fanfiction
Fiksi PenggemarFred y Marie se reencuentran años después de haber terminado su relación y creen que ir por un par de tragos para recordar viejos tiempos es una buena idea. Algo inocente. Es una pésima idea. Al día siguiente, Fred y Marie despiertan juntos, en la...