LONDON BOY [[GEORGE RUSSELL]]

Capítulo 35

Spa, Francorchamps, Belgium

Ava

Me encuentro en la entrada del paddock junto con Rachel, mi mejor amiga después de pasar unos días en Italia, ahora esta aquí conmigo, después de la ultima vez que nos vimos, lo cual me hace recordar que fue para el desfile de Lewis.

Pasó mi tarjeta por el identificador, mi amiga me imita, no puedo evitar sonreír por tenerla aquí conmigo.

— ¿Te haces una idea de lo mucho que te he extrañado? —pregunto, con un brillo de alegría en mis ojos.

— Obviamente— Responde ella, con esa sonrisa radiante que la caracteriza— estar cada día lejos de ti, es difícil.

—Me pasa igual pero podrías mudarte conmigo—Le propongo, la miro de reojo, ella niega con la cabeza, toma mi brazo enganchándolo con el suyo.

— ¿Te estás escuchando? Aunque la idea es tentadora, paso, estoy cómoda con mi trabajo en New York, es decir no soporto a mi jefe pero soy buena en lo que hago.

— Eres la mejor en tu área—La codeo—no hay ninguna mujer que sea tan buena en finanzas como lo eres tú, dios Rachel, eres una maquina para los números.

—Lo se— Se rié— pero no te miento, un cambio de aire, sabes que ha estado en mi lista de vida pero aún no es el momento.

—De acuerdo—Si mi mejor amiga, tiene una lista de lo que quiere hacer en su vida, aunque ella me diga que son pocas cosas, la realidad es diferente— me muero por mostrarte el garaje de Mercedes, lo vas a amar. Además estoy segura que a los chicos se alegrarán de verte.

—Mientras sean solo los chicos Mercedes.

— ¿Tan mal te cayo Lando?— Aún recuerdo todo lo que paso con ellos dos en el desfile.

—Considerando que el idiota se cree, la super estrella y que todo el mundo muere por él, claro que sí— Responde con un deje de molestia.

—Lando es un gran chico— Le digo con absoluta sinceridad—tal vez, solo necesitas conocerlo un poco más.

— Lo poco que lo conocí me pareció lo contrario, es irritante—Me mira— además un casanova como él, que anda dejando like en cuentas de algunas chicas, solo significa problemas.

Frunzo el ceño, sorprendida por la revelación.

—¿Cómo sabes eso? —pregunto, intrigada.

—Clarissa, mi asistente, vive obsesionada con él. Un día la pillé viendo alguna página de chismes y justo hablaban de la vida juguetona del piloto de McLaren.

Asiento con entendimiento, comprendiendo de dónde viene su opinión sobre Lando. Aunque no estoy completamente convencida de juzgarlo por chismes, aunque no tenga una idea sobre su vida amorosa.