LONDON BOY [[GEORGE RUSSELL]]

Capítulo 27

Montreal, Canada

Ava

La bulliciosa cafetería en el paddock de F1 estaba llena de risas y charlas animadas antes de la carrera. Estaba en un rincón acogedor, disfrutando de un delicioso postre con mi acompañante.

— ¿Te gusta mucho la malteada de chocolate, Jack? —pregunté, viendo cómo sus ojos se iluminaban con entusiasmo mientras daba un sorbo a su batido.

— Sí, Ava, es mi favorito —Respondió con una sonrisa, con un poco de chocolate en las comisuras de los labios.

Ambos reímos, sumergiéndonos en el ambiente relajado de la cafetería.

Tuve la oportunidad de conocer al pequeño Jack, hace algunas semanas y se gano mi corazón rapidamente, es un niño encantador. 

Me sorprendí lo facil que congenie con él, considerando el hecho que casi no conviviá con niños.

— ¿Te gusta venir a las carreras? —Le pregunté, tomando un bocado de mi pastel.

Jack asintió con energía, sus ojos brillando.

— Me encanta venir aquí y ver a todos los pilotos y los autos. Y ver a George, él es mi favorito y tambíen quiero a Lewis— Eso me saco una sonrisa, Jack si que expresaba su cariño por los pilotos de Mercedes pero con George, era diferente. Es evidente que admira al inglés bonito.

— Si ellos son geniales.

—¿A ti te gustan tambien?

—Claro, son mis favoritos—Jack tomó otro sorbo de su batido antes de mirarme con una expresión reflexiva.

— Oye, Ava, ¿cuando me visitas en mi casa, otra vez?

Sonreí ante su solicitud tan directa y llena de inocencia.

— Espero hacerlo pronto y espero que tú algún día tambien me visites ¿Qué dices?, podemos hacer un pastel de chocolate, se me da bien hacerlos.

— Eso sería genial, Ava—Jack pensó por un momento, sonreí ante eso, imaginando que estará pasando por su mente—  cuando vaya, llevare mi coche de juguete favorito y contarte más sobre mis peliculas favoritas.

Asentí con gusto, emocionada ante la perspectiva de pasar tiempo con él.

— Suena como un plan increíble, Jack.  Esperaré con ansias tu visita.

— Ava, mira es George— Su pequeña vocecita se elevo, emocionando, gire mi cara y vi a George a pocos metros de distancia.

George, al notar la atención de Jack, se acercó con una sonrisa amigable.

— Hola, Jack ¿Cómo estás hoy? —Saludó George, agachándose para estar a la altura del pequeño.

—Hola, George, estoy genial— Respondió Jack con ojos brillantes llenos de admiración.