LONDON BOY [[GEORGE RUSSELL]]

Capítulo 25

Montecarlo, Mónaco

Ava

Había escuchado de Mónaco que creer que ahora estoy pisando un pie en este lugar es surrealista, es algo que la antigua Ava no se lo creería.

La elegancia y el lujo de esta pequeña joya en la Riviera francesa me han envuelto desde el primer instante. Las calles estrechas y sinuosas estan adornadas con tiendas de diseñadores y boutiques que hacen que mi corazón lata más rápido con cada escaparate, en el cual veía algo que me gustaba pero no olvidaba que estaba aquí por trabajo.

La atmósfera en Mónaco es única, con un aire de exclusividad que se respiraba en cada esquina. Cada rincón de la ciudad parecía llevar impreso el glamour de una película de Hollywood. Me siento como si estuviera caminando a través de un escenario perfectamente diseñado para una vida llena de lujos y excentricidades, algo que no estaba acostumbrada.

Mi vida fue sencilla, no me falto nada, gracias a mi padre y nunca me queje, antes de Scott, mi independencia era buena, soy una persona que supo sobrevivir cuando deje la casa de mi padre y me mudé a New York, para tratar que mis estudios no se llevarán todo su dinero, conseguía diversos trabajos para mis cosas, hasta que obtuve mi primer trabajo oficial.

Pero volviendo a la emoción de estar en Monáco, al momento que llegué a la pista de carreras de Fórmula 1,el famoso circuito de Mónaco, con su trazado sinuoso y estrecho, estaba allí frente a mis ojos. La realidad de estar parada junto a una de las pistas más icónicas del mundo me dejó sin aliento.

Los edificios altos y coloridos se alinean a lo largo del circuito, proporcionando una vista impresionante desde cualquier ángulo.

Ahora me encontraba  sentada en el lujoso motorhome de Mercedes, revisando la agenda de George para después de la carrera.

Mi papel como relacionista pública de mi inglés implicaba estar al tanto de cada detalle para asegurar que todo funcionara sin problemas. Mientras hojeaba las páginas, mi teléfono vibró, el nombre de mi mejor amiga se asomaba en la pantalla.

— Hola mi vida, ¿cómo va todo? ¿Cuentame todo sobre Mónaco?—Pregunto Rachel con entusiasmo.

—Todo está genial por aquí, Mónaco es simplemente increíble, la atmósfera previa a la carrera es emocionante.

—Dios, tengo envidia de la buena—Escucho su risa—a la proxima estaré ahi y quien sabe si con suerte, me encuentro un suggar.

—Rachel, por dios.

— Que es verdad—Niego con la cabeza divertida a sus palabras.

Alzó la mirada y veo a George pasar, me da una sonrisa y me guiña un ojo, le devuelvo el gesto.

Ya quedan poco para que la carrera inicie, así que no lo distraigo.

—Rachel, necesito contarte algo importante—Cambio de tema, mi tono de voz sonaba serio y no era para menos para lo que estaba a punto de soltarle.